En las últimas semanas del 2018, la Universidad de Guadalajara (UdeG) destacó por los proyectos inmobiliarios que contempla como parte de sus trabajos corporativos-privados para un supuesto mejoramiento de los entornos urbanos que están bajo su control.
Sin embargo estos planes también han generado críticas por quienes lo ven como negocios que opacan el espíritu educativo de la universidad y por los problemas que podrían enfrentar los miembros de la comunidad universitaria al ser trasladados a la zona de Belenes para continuar sus estudios.
A mediados de diciembre del año pasado, el director general de Uniterra Inmobiliaria Universitaria, Héctor Curiel, dio a conocer un proyecto de alrededor de 700 viviendas en el llamado Distrito Cultural Universitario, una zona de amplia extensión en el norte de la Zona Metropolitana, ubicada en el municipio de Zapopan, donde ya se lleva a cabo el Centro Cultural Universitario.
Esto es sólo la primera parte de un proyecto más amplio que tiene la Inmobiliaria Universitaria, pues se contempla que en el siguiente lustro se puedan crear hasta 7 mil 680 viviendas en torres departamentales dentro del distrito cultural que podrían tener hasta una altura de 15 pisos.
Las estimaciones del Corporativo de Empresas Universitarias contemplan que hasta 30 mil habitantes más lleguen a la zona, en la que ya viven cerca de 70 mil personas.
El proyecto se dio luego de que el gobierno federal, vía la Comisión Intersecretarial de Vivienda, le otorgó a este complejo una constancia de certificación con el que se tienen que cumplir objetivos de los llamados Polígonos Urbanos Estratégicos, según lo establecen la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) y la Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI) a través de la mencionada comisión.
La certificación contempla un espacio de 456 hectáreas del denominado Distrito Cultural Universitario, de los que 173 son propiedad de la UdeG, 31 del municipio de Zapopan, 12 del gobierno estatal y 240 de la iniciativa privada.
Uno de los propósitos principales de esta certificación es que los propietarios reciban recursos públicos para llevar a cabo obras de infraestructura básica. En el caso de la UdeG se espera que puedan acceder a los cerca de 300 y hasta 350 millones de pesos de la federación para invertirlos en el distrito cultural.
Pero uno de los requisitos esenciales de esta certificación para poder acceder a las partidas presupuestales es que el complejo cultural y de espectáculos cuente con habitantes dentro de las 456 hectáreas.
Además de los espacios culturales, la Universidad de Guadalajara cuenta con tres espacios educativos: el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas, el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) y la Preparatoria número 10.
El total de alumnos que albergarían estos espacios educativos, si contamos a todos los alumnos del CUCEA, Prepa 10 y del CUCSH –ya que apenas se han movido algunas carreras debido a un plan progresivo que ya movió otras cuatro carreras a la zona de Belenes– serían 35 mil 143, según las cifras más recientes de la Coordinación General de Control Escolar.
El número total de alumnos es muy cercano a las estimaciones que contempla Uniterra que podrían completar la población cuando sean concluidas las viviendas en el Distrito Cultural Universitario, ya que el CUCEA es el centro de pregrado y posgrado con mayor población a nivel metropolitano de la UdeG.
Alumnos afectados
Una de las preocupaciones de la comunidad estudiantil ha sido el comienzo de los traslados de alumnos del CUCSH La Normal a la zona de Belenes, en el distrito cultural, debido a que la distancia es mayor.
Hasta ahora este centro albergaría a tres mil 647 alumnos, de los 11 mil 551 que se suman con los que aún se quedan en el centro de la ciudad y los que ya fueron llevados hasta la periferia de la metrópoli.
Para este año ya se encuentran en este centro las licenciaturas de Trabajo Social, Sociología, Estudios Políticos y Gobierno, Relaciones Internacionales, Comunicación Pública y los posgrados.
Cambios en el uso de suelo apuntan a que los espacios que ahora albergan La Normal también se convertirán en vivienda.
Sin embargo, el actual rector, Miguel Ángel Navarro, ha dicho que aún no se sabe qué destino tendrán los actuales edificios y negó que se destinarán a vivienda vertical
Esto pese a que desde octubre de 2017 se hicieron diversos cambios en uso de suelo de predios correspondientes al distrito 1, donde se alberga el CUCSH La Normal. De acuerdo con la entonces coordinadora de gestión de la ciudad en Guadalajara, Patricia Martínez Barba, los cambios fueron aprobados por un proceso de redensificación de la ciudad impulsado por la UdeG y por el Gobierno de Jalisco.
Mientras que la respuesta de los estudiantes fue más crítica que la de los docentes, como se lee en lo expuesto por la Colectiva de Derecho: “la construcción del Distrito Cultural y el Centro Cultural Universitario (CCU) son la muestra del ambicioso propósito corporativista que se oculta bajo la fachada educativa, los cientos de millones invertidos en la industria multimedia y de entretenimiento son una negación de las problemáticas que como sociedad nos atraviesan”, se lee en el posicionamiento del alumnado.