El obispo de la Diócesis de El Paso, Texas, Mark Joseph Seitz, visitó el campamento formado por migrantes venezolanos junto al cauce del Río Bravo en Ciudad Juárez, Chihuahua. El religioso dijo que el gobierno de Estados Unidos debe respetar sus propias leyes, que contemplan el asilo político, consideró inhumana la aplicación del Título 42 y se comprometió a abogar por la derogación de este instrumento que ha permitido el retorno de decenas de migrantes a México.
Cerca de las 10:00 de la mañana el obispo y personas del Instituto Esperanza que funciona en El Paso llegaron al campamento donde se estima se encuentran entre 250 a 500 personas migrantes, más del 90 por ciento de Venezuela y algunos de Honduras, Colombia, Perú, República Dominicana, Ecuador y Guatemala.
El religioso caminó entre las casas de campaña, subió a una parte alta del terreno donde las personas colocaron banderas de México y Estados Unidos, ahí escuchó a los migrantes, expresó que Estados Unidos tiene una ley internacional y nacional para los quienes piden asilo político, consideró ilógico que el país del norte permita ingresar a migrantes de ciertas naciones y a los venezolanos los retorne a México.
“Lastimosamente las políticas de nuestro lugar, particularmente antes de las elecciones que van a estar el 8 de noviembre son muy difíciles, no pueden esperar que va a cambiar de inmediato, después de las elecciones tampoco”, dijo el sacerdote.
Uno de los migrantes le explicó al clérigo que Estados Unidos conoce la mano de obra de los venezolanos pues el 80 por ciento de las empresas trasnacionales que se habían establecido en Venezuela son estadounidenses y que ellos solo quieren emigrar a ese país a trabajar y explicó que no han aceptado ir a un albergue porque en el pasado han sufrido atropellos en estos sitios y han encontrado que esos espacios no están acondicionados para vivir.
“Pedimos por favor, háganos un censo, tómenos en consideración, vean la mano de obra, vean la parte humanitaria no vean que somos de otro país, somos hermanos todos”, pidió uno de los migrantes al obispo.
Antes de retirarse el obispo hizo una oración, dio la bendición a quienes lo solicitaron y elevó un Padre Nuestro.
“Tenemos la fe que estas cerca de los que sufren, cerca de los que no tienen casa, ni nada que comer, sea con ellos, muestra su poder Señor para hacer su voluntad en medio de esta preocupante situación, guíalos eñor, guíanos también en nuestros países para tener un corazón para esta comunidad, ayúdanos, muéstranos el camino Señor, se con ellos, protégelos y ayúdalos a caminar hacía el reino de tu promesa, bendícelos Señor”, pidió el clérigo.
Las personas que acompañaban al obispo indicaron que la Diócesis de El Paso ha respondido con un programa que cuenta con más de 100 mil dólares para atender el fenómeno de los venezolanos en la frontera, de ambos lados del Río Bravo e indicaron que antes de visitar el campamento estuvieron en el albergue que está a cargo del Gobierno Federal de México y ahí esperan llegar un programa de atención médica y psicológico.