Violencia, un monstruo que se vuelve más atroz en México

La violencia en México escaló a un nivel más atroz: no solo los llamados crímenes de extrema violencia van al alza, también el ensañamiento en contra de las víctimas se ha recrudecido en la última década.

Para dimensionar el nivel de violencia en México es importante resaltar el incremento de descubrimientos de fosas clandestinas, las masacres perpetradas por grupos del crimen organizado e incluso el alza de la cifra de víctimas que sufrieron mutilaciones, fueron descuartizadas o, en el peor de los casos, sus cadáveres fueron destruidos con sustancias como el ácido.

La organización civil Causa en Común describe como atrocidad el uso intencional de la fuerza física para causar muerte, además de quitarle la vida a un número alto de personas. En el concepto también se incluye la generación de terror en las poblaciones.

El término, en la semántica de la violencia en México, es relativamente nuevo. La organización lo acuñó hace unos años ante la escalada de delitos de esta naturaleza.

Los datos retratan la realidad que se vive en la actualidad: se cometen, en promedio, 19 atrocidades cada 24 horas en la República y la tendencia apunta a que estas cifras seguirán en ascenso. Por ejemplo, solo en los dos primeros meses de este 2023, este tipo de delitos considerados como “atroces” se incrementó 24 por ciento, comparado con 2021, al pasar de 894 a mil 106 eventos.

Y son justo las mujeres el sector de la población que más padecen de esta extrema violencia, pues las cifras revelan que son ellas las que más sufren de crueldad extrema: padecen torturas como la mutilación antes de ser asesinadas. Esta realidad se inserta en la tasa de feminicidios que prevalece en el país con 10 al día, según todos los registros oficiales.

Si bien la violencia se mantiene en aumento, los asesinatos de esta naturaleza persisten desde hace dos sexenios con el recrudecimiento de la guerra que se inició con diversos grupos del crimen organizado por parte del gobierno federal de entonces y que ha dejado zonas de silencio en varios puntos del país.

La fundación Seguridad, Justicia y Paz dio a conocer este año que, de las 50 ciudades más violentas en el mundo en 2022, 17 ciudades mexicanas se ubican en este ranking, mientras que siete acaparan del primero al octavo lugar.

Crímenes atroces: al amparo de la impunidad

En entrevista con Reporte Índigo, Luis Carlos Sánchez Díaz, coordinador del proyecto “Galería del horror: atrocidades y eventos de alto impacto“, en Causa en Común, enfatizó que la violencia ha escalado a tal punto que la sociedad comienza a normalizar estas atrocidades. De ahí, sostuvo, la urgencia para frenar estos índices delictivos.

“El tema no es menor: vemos un ensañamiento con las mujeres, los niños y otros sectores vulnerables como los migrantes y personas en situación de calle. Ahora, el problema es que comenzamos a normalizar estos crímenes de este grado debido a que se han vuelto una constante en todo México”, aseveró el académico.

Según la investigación, los estados que concentran el mayor número de estos delitos en lo que va de este año son Chihuahua, Guanajuato, Guerrero, Baja California y Morelos; sin embargo, la mayoría de las entidades del país reporta asesinatos con estas características.

El especialista abundó que la impunidad que se vive en los Ministerios Públicos y las fiscalías también ha sido un factor clave para que estos crímenes se hayan incrementado en varios estados pues los responsables de estos delitos son rara vez sancionados y mucho menos logran una sentencia ante la justicia mexicana.

Además, la falta de denuncias y la baja efectividad para esclarecer ilícitos sirven como factores para que la probabilidad de que se resuelva un delito en México sea apenas de 1.1 por ciento, según arroja la encuesta sobre Percepción de Impunidad 2022 de la organización Impunidad Cero.

La atrocidad pone en la mira a las autoridades

Los efectos colaterales de este tipo de crímenes también alcanzaron a las autoridades municipales que son el eslabón que más sufre de agresiones por grupos de la delincuencia organizada, desapariciones y asesinatos.

Y son justo los policías municipales que más padecen de esta de ola de violencia por distintos sectores como el crimen organizado, pero también actores políticos e incluso de la propia ciudadanía, a tal grado de llegar a situaciones como el linchamiento y la tortura.

Los datos reflejan que los crímenes de esta naturaleza que más se cometen son la tortura, la mutilación, el descuartizamiento, las masacres y el calcinamiento.