A prácticamente un año de haber vivido la alternancia política, ahora de la mano de Morena, la esperanza de un cambio se empieza a desvanecer entre la población de entidades como Colima, Nayarit, Sinaloa, Sonora y especialmente en Zacatecas, en donde la ausencia de gobernabilidad se agudiza sin que haya una respuesta oficial para combatir la violencia.
Los bloqueos y vehículos incendiados durante el pasado fin de semana son solo la última muestra de la crisis que se vive en la entidad, la cual viene si bien ha ido en aumento desde hace varios años, ha empeorado durante la administración del gobernador David Monreal.
La alternancia se ha convertido en sinónimo de repunte de la violencia, otras entidades que también cambiaron su gobierno durante el último año han visto cómo se agudizan sus problemáticas, principalmente las relacionadas con el crimen organizado como los asesinatos y las desapariciones.
Ni el hecho de contar con el respaldo político de Palacio Nacional y de las fuerzas federales ha sido suficiente para revertir la tendencia.
‘Viviendo en la zona gris’
Este fenómeno es explicado por Guillermo Trejo y Sandra Ley en su libro “Votos, drogas y violencia. La lógica política de las guerras criminales en México” (Editorial Debate), en el cual concluyen que los procesos de transición democrática, aunados a la fragmentación del poder político, son las principales causas del estallido y la intensificación de las guerras en contra de los grupos del crimen organizado, así como su expansión a la política y la sociedad.
De acuerdo con los investigadores en crimen organizado y seguridad, cuando un partido o grupo político gobierna por mucho tiempo una región, se conforma una “zona gris”, la cual es aprovechada por los grupos criminales para crecer, reproducirse y triunfar, muchas veces con la protección de las autoridades.
Pero cuando llega la alternancia política al gobierno, la “zona gris” también cambia, lo que origina la violencia que actualmente padecemos.
Los autores ejemplifican este fenómeno con el tiempo en el que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) gobernó en prácticamente todo el país, condición que garantizó a los grupos del crimen organizado la lealtad de las fuerzas de seguridad del Estado.
Sandra Ley apunta que otro de los problemas que explica el fenómeno del aumento de la violencia cuando se da una transición política, es la falta de justicia transicional y de un mensaje claro de que lo que pasó en el pasado no se puede repetir en el presente para que los grupos del crimen organizado sepan que no pueden continuar operando con total impunidad.
“En la medida en que no existan estas capacidades, el crimen organizado seguirá capturando instituciones a nivel local y esa es la gran tragedia de cómo se están transformando las instituciones, la democracia y la vida política del país. No hemos obtenido un proceso de reforma de nuestro sistema de justicia para que sí tenga dientes y sea independiente”, dice la especialista.
Falta de articulación contra la violencia y el crimen
Durante el fin de semana pasado Zacatecas vivió una de las jornadas más violentas de las que se tengan registro en la época actual: narcobloqueos, balaceras y quemas de vehículos en prácticamente toda la entidad.
Estas escenas también se vieron en otras entidades que hace pocos meses vivieron la alternancia política como Baja California, Colima, Nayarit, Sinaloa y Sonora.
Después de la jornada violenta en Zacatecas, el gobernador David Monreal, calificó como “inteligente” al crimen organizado, por lo que compartió responsabilidades y pidió a toda la sociedad unirse para combatirlo en vez de presentar una estrategia de seguridad más allá del despliegue de las fuerzas federales en la entidad.
“Lo que sucedió ahora el fin de semana, no es sino la consecuencia de sus propias estrategias y sus métodos.
Dando seguimiento a las palabras de Monreal, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), expresó su preocupación por los hechos violentos y exigió a las autoridades una estrategia de seguridad enfocada en la prevención del delito, con la finalidad de garantizar la paz, el bienestar de los ciudadanos, el desarrollo económico y social.
La Coparmex también pidió una estrategia articulada entre los distintos niveles de gobierno.
“En Coparmex vemos con preocupación el incremento exponencial de las manifestaciones de violencia en Zacatecas que afectan a toda la población y frente a esta situación intolerable, reiteramos nuestro llamado para que los gobiernos asuman con responsabilidad su función de proveer seguridad a las y los zacatecanos.
“Hacemos un llamado al gobierno de Zacatecas a actuar con firmeza frente a la violencia, a coordinarse de manera efectiva con la federación y los municipios; con la finalidad de no repetir fórmulas implementadas por administraciones anteriores que dejaron en manos de la federación la responsabilidad del combate a la inseguridad y que está probado, no arrojaron resultados positivos en la materia”, concluyeron.
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