Los abusos sexuales, las violaciones y la violencia cibernética se han incrementado en el contexto del confinamiento que se vive por la pandemia de coronavirus, explica Ana Fátima López Iturríos, de la Red de Abogadas Violeta.
Eso lo ha visto a través de los casos que han asesorado desde que empezó la emergencia sanitaria y la recomendación de quedarse en casa.
“Los abusos ocurren en los hogares, por ejemplo, en uno de ellos, una violación, sucedió en la azotea para que la familia no se diera cuenta. En otro de los casos, el agresor es incluso un funcionario público”.
Ana Fátima explica que la violencia se recrudeció durante la primera semana de mayo, cuando ya se llevaba un mes en confinamiento.
Incluso, ante la falta de respuesta de las autoridades y las declaraciones del presidente, quien señaló que la mayoría de las llamadas al 911 eran falsas, organizaciones civiles y colectivas feministas realizaron una manifestación virtual este lunes 25 de mayo con el hashtag #NosotrasTenemosOtrosDatos.
“Una se pregunta, ¿dónde está el gabinete feminista?, ¿Dónde está la Conavin (Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres)?, ¿Dónde está el Inmujeres (Instituto Nacional de las Mujeres)? Para que le digan que la violencia es violencia familiar”, dice Fátima.
Chantaje cibernético
Ana Fátima explica que en esta época también están proliferando páginas pornográficas con las que se chantajea a las mujeres con exhibir sus fotos si no pagan cierta cantidad de dinero.
“Toman las fotos íntimas de las mujeres, las suben a una nube y les dicen que si quieren que se bajen sus fotos paguen o que si no van a ser publicadas en redes sociales.
“Esto pasó en Oaxaca, posteriormente en Nayarit y ahorita en Ciudad de México, y en esas listas hay nombres que te sorprendería que estén ahí porque son mujeres públicas y políticas”, explica.
Sin embargo, es muy complicado que estos hechos se configuren como delito porque las amenazas llegan a través de mensajes de texto y es difícil rastrearlos y saber quién está detrás de ellos.
“¿Cómo vamos a determinar quién es si no tengo nombre, cuenta o apellido más que un mensaje que me llega de vez en cuando?”, dice.
Niñez afectada por violencia
En México hay tres factores que dejan vulnerables a las y los niños y a las mujeres que sufren violencia familiar, situación que ya existía antes de la pandemia, pero que por el confinamiento se agravó.
“Se conjuga el confinamiento, la reducción de las respuestas institucionales y la pérdida de redes sociales de protección”, explica Juan Martín Pérez García, Director Ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).
Por ejemplo, antes de la pandemia era posible enterarse de los hechos de violencia en la escuela, en la comunidad o en los centros de interacción, lo cual ya es imposible por el confinamiento.
Mientras que el poco personal que existe ahora en el Poder Judicial debido a esta misma situación ha impedido que los casos avancen.
El año pasado se superó la barrera de los 100 homicidios diarios, también teníamos 10 feminicidios diarios, 3.6 homicidios de niños y niñas diariamente y 7 desapariciones; lamentablemente estos datos van a crecer, alerta el defensor.
Debido a la ausencia del Estado, Pérez García dice que se tiene que exigir a las instituciones que tienen ámbitos de competencia que se articulen y trabajen.
“Me refiero a Inmujeres, al Sistema DIF, a Gobernación, Sipinna, todos los que se puedan que tienen ámbitos de competencia y esto es muy importante”.
También dice que algo fundamental es estimular los lazos de solidaridad entre vecinos que son la mejor forma de protección, porque son quienes están todos los días escuchando y pueden distinguir una agresión.
Por otra parte, comenta que REDIM ha insistido en que el Sistema DIF y las procuradurías de protección de la niñas ya tendrían que haber visitado al menos los casos de los niños que en el último año se encontraban en condiciones de riesgo, cosa que no ha sucedido.
“Son las mismas víctimas que antes de la pandemia ya estaban sufriendo. Son las víctimas que antes de la pandemia estaban pidiendo ayuda y son las mismas víctimas que estaban ya en riesgos muy graves que se complican ahora y que requieren protección urgente de las instituciones”.