Denuncian violaciones a derechos Humanos contra pacientes en Hospital Fray Bernardino

Las personas con padecimientos mentales internadas en el Hospital Psiquiátrico de Fray Bernardino son objetos de discriminación y malos tratos por los empleados que los atienden
David Martínez David Martínez Publicado el
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Exempleados del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, ubicado en la alcaldía de Tlalpan, denuncian que existen violaciones a los derechos humanos de los pacientes que atienden, situación que incluso llega al maltrato físico.

Los testimonios afirman que esto pasa aún cuando ya hubo observaciones y recomendaciones por parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

Aislamiento, actos de tortura y descuido en las instalaciones son algunas de las realidades que afectan a esta población vulnerable

De acuerdo con el Informe ISP10/2018 del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura sobre los hospitales que dependen del Gobierno federal, realizado en 2018 por el órgano dependiente de la CNDH, el Fray Bernardino tiene tres factores de riesgo: denuncias por maltrato, falta de personal y carencia de equipamiento.

En dicho texto se evalúa la situación generalizada de 39 hospitales psiquiátricos de todo el país que, hasta 2018, atendían a una población total de tres mil 661 personas.

En el 43.58 por ciento de los nosocomios, se utilizan medidas de aislamiento en los pacientes lo que también es maltrato y vulnera su dignidad, señala el informe.

Respecto al maltrato en el Fray Bernardino, el documento indica que se cometen diversas irregularidades también en el ámbito administrativo, pues en caso de una denuncia, se remite al área jurídica del hospital en lugar de dar aviso al Ministerio Público.

Un extrabajador del psiquiátrico y actual empleado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), quien se identificó como Josué Aldo, refiere que en el hospital los pacientes sufren maltrato por parte de enfermeros y doctores.

“Los jalan o a la fuerza hacen que se tomen sus medicamentos; se les trata como si fueran personas que no tienen derechos”, indica.

El testimonio menciona que, además de esto, los internamientos no se hacen de manera adecuada porque se realizan sin el consentimiento de los pacientes aún cuando éstos tienen la capacidad de decidir.

“Muchos pacientes vienen conscientes. Están enfermos, sí, pero su familia prefiere dejarlos aquí y sin su consentimiento los internan. El argumento es que su padecimiento los imposibilita para decidir, pero eso debe tener una certificación médica; eso no pasa, los internan y ya”, menciona.

Además, señala que los enfermeros o médicos tienen un trato desfavorable hacia las personas con algún padecimiento y no trabajan con la ética necesaria.

“Falta el trato digno, el derecho humano a ello se ve muy afectado por el estigma que tienen los trabajadores en general. Los enfermeros o médicos, siendo especialistas, provocan una pérdida de derechos al no creerles lo que les dicen o al referirse a ellos de forma despectiva”, puntualiza.

Incluso, indica que hay empleados que pierden la paciencia ante los arrebatos propios de una persona con una enfermedad psiquiátrica.

Les dicen locos o les tienen lástima. Muchas veces los pacientes tienden a ser impulsivos, entonces los enfermeros o enfermeras como castigo les aumentan el medicamento
Josué AldoExempleado del Fray Bernardino

Josué Aldo menciona que estas situaciones, en lugar de ser denunciadas por las familias de los pacientes, desafortunadamente son aceptadas por ellas, pues no prestan atención a este tipo de actitudes y también tienen el estigma sobre la enfermedad al creer que son “locos peligrosos”.

Reporte Índigo consultó a una familiar de un paciente internado, quien indica que la situación dentro del hospital le parece normal.

“Mi paciente dice que luego le gritan o lo regañan mucho, pero está enfermo, yo creo que es normal que a veces lo traten así porque es difícil convivir con personas que tienen un mal mental”, señala la mujer que se identificó como Luna.

Hospital Fray Bernardino rechaza acusaciones

Angélica María Morfin Trejo, jefa de Servicio del Hospital Fray Bernardino Álvarez, niega las acusaciones y reitera que hay respeto a los derechos humanos en la institución médica.

“Se les proporciona una alimentación balanceada, un trato digno, tienen cama, baño con agua caliente y se les asignan actividades para que puedan mantenerse ocupados”, refiere Morfín Trejo.

La funcionaria indica que todo el personal está capacitado para tratar a los enfermos con apego a los derechos humanos, pues en el instituto psiquiátrico a su cargo los internamientos que se hacen de manera involuntaria se llevan a cabo con el debido respeto para los pacientes.

“Se hace una valoración médica cuando llega el paciente; ésta se realiza con base en su historial y una revisión del psiquiatra si es necesario que se quede. Se le informa al paciente y el familiar firma una hoja de consentimiento. Por último, revisamos que el paciente no traiga heridas y si las trae, le damos a firmar a su familiar una responsiva”, menciona.

Por último, Morfin Trejo señala que la atención podría mejorar si el Gobierno impulsara las condiciones de los hospitales psiquiátricos del país.

Discriminación por enfermedad psiquiátrica

En 2015, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (Copred) en la Ciudad de México informó que habitan 41 mil personas con un trastorno mental, quienes también son objeto de discriminación.

De acuerdo con la Encuesta sobre Discriminación de la Ciudad de México, el 20 por ciento de los enfermos mentales son ignorados; al 17.5 por ciento se les niega el trabajo y sufren rechazo el 25.9 por ciento.

María Herrera, mujer de 65 años de edad y habitante de la alcaldía de Venustiano Carranza, afirma que aún le da miedo decir abiertamente que padece de ansiedad y depresión.

“Mucha gente no sabe que voy a psiquiatría, tengo miedo de que me excluyan, la sociedad no se acostumbra a ver que alguien tiene una enfermedad mental”, explica.

A Herrera la diagnosticaron desde hace cinco años con los padecimientos mencionados y hasta ahora sólo su familia sabe que se atiende en el psiquiatra.

Sin embargo, dentro de su círculo familiar, padece discriminación.

“A veces una hermana mía no confía en mí, me ve como alguien inferior, como si fuera una tonta”, declara.

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