Tras una larga audiencia, el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, fue vinculado a proceso por un juez de la Ciudad de México la noche de este sábado, por lo que ahora deberá enfrentar un largo proceso judicial por los delitos que se le acusan.
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¿Qué implica ser vinculado a proceso?
En términos prácticos, la vinculación a proceso es la resolución que toma el juez cuando determina que hay pruebas e indicios suficientes para que el acusado enfrente un juicio penal. En el caso de Duarte, el juez resolvió que existe material para iniciar un proceso judicial en contra del exgobernador, esto no quiere decir que ya ha sido declarado culpable.
¿Alcanza fianza o permanecerá en la cárcel?
Aunque no siempre la vinculación a proceso implica cárcel, en el caso de Duarte, el juez determinó que el veracruzano debe pasar por lo menos seis meses en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, para que la Procuraduría General de la República (PGR) continúe con la recolección de pruebas que comprueben la presunta culpabilidad del exmandatario.
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La PGR buscaba que Duarte fuera trasladado al penal federal de Ayala, Morelos, sin embargo, el juez determinó que esta prisión no es de máxima seguridad, requisito para internar a personas relacionadas con los delitos de delincuencia organizada, como es este caso. Hasta el momento, la posibilidad de una fianza está descartada.
¿Los abogados pueden apelar la vinculación?
La defensa de Duarte, encabezada por Marco Antonio del Toro, dijo la noche de este sábado que impugnarán la decisión del juez. Los abogados deben de presentar el recurso de apelación, a más tardar, en las próximas 144 horas, entonces el juez deberá resolver si la apelación tiene o no fundamentos.
¿De qué se le acusa a Duarte?
El exgobernador está acusado por los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, ambos durante su administración en Veracruz, las acusaciones en su contra son graves, sin embargo, los abogados de Duarte han dicho que éstas carecen de fundamento.
La PGR presentó durante la audiencia 82 pruebas contra Duarte y señaló que el exgobernador es responsable de dirigir una organización criminal que desvió mil 670 millones de pesos entre 2011 y 2016 mediante operaciones bancarias, a través de 38 empresas fantasma, que operaban en Estados Unidos, Veracruz, Campeche y la Ciudad de México.
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Con ese dinero, distintos prestanombres suyos habrían realizado numerosas compraventas de terrenos con sobreprecios de hasta un 15.000%, adquisiciones de apartamentos, vehículos de lujo y joyas, y hasta la compra de un piso para una amante del mandatario.
Aunque la defensa consideró que todas las acusaciones eran “endebles” e incluso “patéticas” porque no se concretaba el papel del político ni quedaban claros los montos evadidos, la fiscalía presentó documentos bancarios, escrituras y dos testimonios de excolaboradores suyos, que el juez consideró suficientes para iniciar el proceso.
¿Y la sonrisa?
La agencia de noticias AP informó que a Duarte se le pudo ver con cara de angustia y sin querer hacer declaraciones, tras la larga audiencia de este sábado, contrario a la sonrisa y el buen humor que mantuvo en las audiencias de extradición celebradas en Guatemala.
