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Ricardo Villanueva Lomelí asumió la rectoría de la Universidad de Guadalajara en medio de un ambiente de tensión. Por un lado se han llevado a cabo reacomodos del poder al interior de la casa de estudios y por el otro han resurgido las protestas estudiantiles que en el último año fueron una piedra en el zapato para la alta jerarquía universitaria.
A unos pasos de la entrada del Conjunto de Artes Escénicas donde Villanueva Lomelí tomaba protesta, un grupo de estudiantes de licenciaturas como Sociología, Historia, Derecho y Trabajo Social señalaba el ambiente de presión que se vive en las nuevas instalaciones y el contubernio de viejas figuras del padillismo que han sido intocables en sus funciones por haber servido al grupo que controla la universidad.
Con consignas como “fuera Padilla” y alusiones a que el exrector Raúl Padilla López significa la continuidad de un proyecto ahora con la rectoría de Ricardo Villanueva Lomelí, una veintena de estudiantes, acompañados por miembros del Colectivo de Reflexión Universitaria, profesores críticos al interior de la casa de estudios, realizaron la protesta.
Al llegar a la explanada de la Biblioteca Pública del Estado los estudiantes desplegaron una manta en la cual criticaban a organizaciones como la Federación de Estudiantes Universitarios, la cual dio continuidad a la representación estudiantil luego de la Federación de Estudiantes de Guadalajara; y el Sindicato de Trabajadores Académicos de la UdeG, señalando que estas son controladas por ‘porros’.
Posteriormente los estudiantes comenzaron a caminar rumbo al Conjunto de Artes Escénicas, donde Villanueva Lomelí tomaba protesta a puerta cerrada. Por lo que guardias de seguridad privada y elementos no identificados comenzaron a retenerlos y agredirlos de forma física para impedir su paso.
Tras este altercado los estudiantes argumentaron que se trataba de un espacio público y algunos profesores mostraron sus credenciales para acreditar que eran parte de la comunidad universitaria.
Así mantuvieron su protesta durante las dos horas del evento, donde una valla de elementos de seguridad Centurión impedía su paso al recinto. Algunas de las chicas que participaban en el evento comenzaron a denunciar que los elementos estaban pegando su cuerpo a las espaldas de las manifestantes, lo que podía significar una agresión sexual de parte de las autoridades universitarias.
Estas protestas se dieron en repudio a la “representación de un pasado rancio” que los estudiantes ven en la figura de Villanueva Lomelí. Pero también tras el altercado que se vivió el pasado miércoles 27 de marzo en las instalaciones del CUCSH Belenes.
“(Se exige) la renuncia del licenciado Montialberti Serrano Cervantes como coordinador de seguridad universitaria, quien cuenta con acusaciones por portación de arma prohibida en agravio de la sociedad y no se tolerará su reincorporación a la nómina de la Universidad de Guadalajara bajo otro cargo”, se leyó en un pronunciamiento.
Durante la manifestación algunos estudiantes grabaron con aerosol consignas como “fuera Padilla” o “FEU-Villanueva, la misma chingadera”, lo que ocasionó que los estudiantes fueran increpados por la prensa si el caso de agresión en sus instalaciones ameritaba realizar este tipo de actos en edificios públicos.
“Se borra. Lo que no se borra es el esguince que tienen el compañero, lo que no se borra son las repercusiones que va a haber posteriormente con los negocios que se pretenden hacer (…). Eso se borra, no se puede argumentar que se está dañando el patrimonio. Se daña el patrimonio y se hacen toda una cantidad de negocios (en la UdeG) ¿por qué eso no se cuestiona?”, respondió uno de los estudiantes de la licenciatura que se identificó como Roque.
Mientras tanto, desde el interior, Ricardo Villanueva esbozaba un discurso de apertura a la comunidad universitaria y de una revisión a la situación de la UdeG, anunciando una gira que llevará a cabo por la Red Universitaria en todo el estado para determinar sus fortalezas y limitaciones.
Relevo generacional
El nuevo rector Ricardo Villanueva ha sido caracterizado por la opinión pública como una figura que enmarca el cambio generacional al interior de la máxima casa de estudios.
Pero su reciente reingeniería, como ha catalogado el nombramiento de nuevas figuras de alto nivel, ha sido más un reacomodo de los grupos de poder que al interior se disputan algunos puestos importantes, como las dependencias que tienen subordinados a los gremios académicos, administrativos y la organización estudiantil, propios del grupo que lo llevó al poder.
“La Universidad de Guadalajara no está gobernada por sus académicos, menos por sus estudiantes o trabajadores, sino por un grupo político que devino en poder fáctico y es el que mantiene a la segunda universidad pública del país en la antidemocracia y la opacidad en el manejo de los recursos públicos, sobre todo los que van a parar a las empresas universitarias.
“El arribo de Ricardo Villanueva, como parte de ese grupo político asegura que nada cambie en los próximos seis años que dura en el cargo”, señaló este lunes el académico de la Universidad de Guadalajara, Bernardo Jaén.