Víctimas de violencia se plantan en CEAVEM para exigir justicia contra Carmen Zamora Villedas

Víctimas de la activista Carmen Zamora se manifiestan en la CEAVEM para exigir justicia por estropear sus procesos judiciales tras negociar con sus agresores
Monserrat Ortiz Monserrat Ortiz Publicado el
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Varias víctimas de violencia de género se manifiestan al interior de la Comisión Estatal de Víctimas del Estado de México (CEAVEM), con sede en Toluca, para solicitarle a la comisionada Carolina Alanis Moreno revisar varias denuncias contra la activista María del Carmen Zamora Villedas, quien se encuentra en un proceso judicial por engañarlas y entorpecer sus casos a cambio de dinero.

Los manifestantes llevan ahí tres días, a la espera de que la comisionada atienda sus casos y se tomen en cuenta las carpetas de investigación aperturadas contra Zamora Villedas por diversos delitos, entre ellos, usurpación de profesiones y abuso de confianza.

Entre las víctimas de la mujer se encuentra Gabriela Sánchez, a quien presuntamente Zamora Villedas engañó para darle supuestas terapias psicológicas por el abuso sexual que sufrió su hija Rosita.

Sin embargo, Zamora Villedas aparentemente negoció con el agresor de la niña para que pudiera escapar de la justicia, a cambio de dinero que el sujeto le entregó.

“Estamos aquí por la serie de anomalías en las carpetas de investigación contra Zamora Villedas, pues esa mujer nos engañó haciéndonos creer que era una catedrática con licenciatura en Derecho para revisar las carpetas que teníamos contra nuestros agresores”.

Existen, por lo menos, 16 carpetas de investigación contra la señora Villedas, interpuestas por víctimas a quienes engañó para solicitar, ilegalmente, sus expedientes judiciales y entregarlos a sus victimarios para “acordar” con ellos terminar los procesos a cambio de dinero.

Zamora Villedas fue vinculada a proceso el 17 de noviembre de 2019 por el delito de usurpación de profesiones en agravio de la fe pública; esto, al no poder comprobar que efectivamente era profesionista ni tenía una cédula profesional para asesorar jurídicamente a las víctimas de violencia.

La vinculación resultó de diez denuncias penales con 61 personas afectadas por los malos usos que la mujer dio a sus carpetas de investigación, a las que autoridades municipales y estatales dieron acceso en calidad de “abogada”, aún cuando se demostró que la mujer no tiene ningún estudio en Derecho.

Pese a ello, la mujer fue desvinculada algunos meses después por supuestas irregularidades en el procedimiento.

“La comisionada no nos ha atendido, únicamente fue el lunes para decirnos que prometía ayudar en lo que fuera necesario. Hay una víctima de Zamora, Ameyali, quien corre peligro porque Zamora le quitó a sus hijas haciéndose pasar por abogada”.

Entre las últimas víctimas de la activista, se encuentra Amayeli Ibarra Moreno, una joven policía auxiliar adscrita a la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX (SSC-CDMX), quien había solicitado ayuda a Zamora Villedas para conseguir una pensión alimenticia para sus hijas por parte de su expareja.

Sin embargo, cuando Ameyali se negó a darle dinero a Carmen Zamora para sus gastos personales, la activista le arrebató a sus dos niñas menores de edad para otorgarle la guarda y custodia a una tercera persona.

“Estamos muy consternadas porque nos quitaron a las niñas”, dijo Maribel Ibarra, tía de Ameyali.

“Carmen Zamora tiene que pagar por todo lo que nos hizo. Le quitó a las niñas y donde están ellas reciben maltrato, incluso la niña mayor dice que se quiere suicidar porque no quiere estar lejos de su mamá”.

Viviendo de las víctimas

Zamora ofrece acompañamiento jurídico y apoyo psicológico gratuito a víctimas de delitos como abuso sexual, tortura, secuestro y tentativa de feminicidio a través de la extinta “Fundación Carmen Zamora”, hoy “Colectiva Feminista Ehécatl”.

Sin embargo, además de negociar con sus agresores, Zamora Villedas literalmente vive de quienes dice proteger.

Más de 13 testimonios declararon que la mujer no sólo les solicita dinero en efectivo para sus gastos; sino también deben comprarle sus alimentos, cigarros e incluso bebidas alcohólicas.

Bajo el supuesto de que es psicóloga, también las obliga a tomar terapias con ella una o dos veces por semana, cobrándoles 300 pesos cada hora. Si no las toman, les retira el “apoyo”.

Una de ellas es Flor Rodríguez, quien asegura que el Centro de Justicia para las Mujeres había “extraviado” su carpeta de investigación contra la expareja que intentó asesinarla, expediente que apareció “mágicamente” cuando Carmen Zamora lo solicitó.

Pero la ayuda no es gratis, dice Flor.

“A partir de ese momento ella me aclaró que todas las víctimas cooperaban para su comida, sus cigarros y la gasolina de las patrullas que la llevan de allá para acá, todo el tiempo”.

Pero la mujer no come cualquier cosa. A todos les exige pagar “alimentos sin grasa” como pollo, pescado y mariscos; aun cuando la mayoría de esas personas no pueden comprar eso ni para ellas mismas. Así lo confirmó Esperanza:

“Me pedía que le pagara todos sus traslados y siempre quería viajar en taxi. Quería comer en restaurantes de mariscos, ensaladas y cosas así porque dice que ella no come cualquier cosa”.

Derivado de las exigencias de dinero por parte de la activista, la señora Reyna Hernández Hernández, a quien Zamora llamaba “la indígena”, perdió la vida.

Reina, originaria de Oaxaca, había presentado una denuncia en la carpeta de investigación ECO-2430/2017 contra Zamora Villedas.

El 9 de septiembre de 2019 falleció porque, siendo diabética, dejó de comprar su insulina para, en lugar de eso, darle el dinero a la mujer.

Así lo constataron las víctimas que acompañaron a Reina durante sus últimos días de vida, como Gabriela Sánchez.

“Yo conocía a Reina desde hace más de 20 años, ella vendía pan hecho por ella misma. Era falleció y perdió su patrimonio por estar juntando el dinero para pagarle sus terapias y sus gastos a Zamora. Vendió todas sus herramientas de la panadería”.

“Ya no tengo nada. Me lo quitó todo. Hasta el medicamento me dejé de tomar por culpa de ella”, fueron, según sus amigas, las palabras de Reina la última vez que la vieron con vida.

La señora Gabriela Sánchez es epiléptica y teme que, de seguir ahí, su salud pueda verse deteriorada. Sin embargo, ella y las otras víctimas no se van a mover hasta que la comisionada revise cada una de las denuncias contra Carmen Zamora y le prohíban seguir haciendo daño a hombres y mujeres que sufrieron algún tipo de violencia.

@ItsMonseOrtiz

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