El silencio de Mauricio Centurión no se quiso comprar con un cheque de 800 mil pesos, asegura Julio Hernández Barros,.
El miembro de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) desmintió a su homóloga Olga Noriega Sáenz, quien aseguró que se intentó sobornar a su asesor particular.
El pasado jueves Noriega Sáenz denunció que a uno de sus dos hombres de confianza le exigieron, bajo amenazas, dejar su puesto.
Acusó a Hernández Barrios, quien un día después precisó que solo “para atestiguar que no se fueran a vulnerar sus derechos laborales” ofreció un finiquito laboral a Centurión. Y lo hizo, aseguró, en una reunión con el equipo administrativo.
Las razones del comisionado de la CEAV para prescindir de los servicios de Centurión son claras.
“Al estar adscrito a la presidencia de Noriega, quien dejó su cargo el 29 de abril pasado no se le quería seguir pagando por prácticamente no hacer nada. Las funciones de esta persona eran innecesarias”, explicó.
El sueldo de Centurión no era cosa menor. Percibía 153 mil pesos mensuales.
De acuerdo con Hernández Barros, los casi 800 mil pesos a los que aludió Noriega Sáenz es la suma de los sueldos devengados y no cobrados por su asesor durante los meses de octubre a diciembre de 2013, así como su liquidación en términos de la Ley General del Trabajo.
“Ni un peso de más, pero ni un peso de menos”, precisó a Reporte Indigo.
El comisionado señaló además que este sueldo rebasa con mucho la percepción de cualquier asesor del resto de los comisionados. Más del doble, precisó.
Pero las acusaciones de la expresidenta fueron más lejos. El 4 de junio refirió a la periodista Carmen Aristegui que una discusión en torno al reglamento de la CEAV propició su salida forzada.
Dijo que ella buscaba hacer más operativo al órgano colegiado, para que las sesiones del pleno fueran técnicas y la presidencia se encargara de toda la administración y de la legalidad de toda la institución.
Eso, indicó Noriega Sáenz, molestó a los comisionados.
La exfuncionaria indicó que tras retirarse de la sesión del pleno donde este debate acontecía, los comisionados alteraron el orden del día y decidieron nombrar a Jaime Rochín del Rincón como su sustituto.
El viernes pasado, Hernández Barrios dio una versión contrapuesta de estos hechos. Relató que en el marco de este conflicto Noriega Sáenz hizo pública su decisión de renunciar y lo hizo en la sesión a la que atendieron todos los comisionados.
Renuncia bien anunciada
Reporte Indigo tiene en su poder el Acta de la Trigésima Sesión Ordinaria del Pleno en donde consta la renuncia de Olga Noriega Sáenz hecha ante los seis comisionados y la secretaría técnica.
Ahí, se asienta que a las 19:16 horas del 29 de abril de 2014, la comisionada manifestó ante las y los comisionados: “presento formalmente la renuncia al cargo de la Presidencia de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas”. Acto seguido se retiró de la sesión.
Entonces se procedió a nombrar como comisionada presidenta sustituta a Susana Pedroza de la Llave. Con cinco votos a favor y uno en contra, el Pleno acordó aceptar la renuncia a la presidencia de Noriega Sáenz.
En el acta se asienta que el comisionado Adrián Franco Zevada fue el único que no consideró adecuado que el Pleno adoleciera de un documento por escrito en el que se asiente formalmente la renuncia de Noriega Sáenz.
Acto seguido Pedroza de la Llave, en términos del artículo 87 de la Ley General de Víctimas, solicitó proceder para elegir a un nuevo presidente de la CEAV “en atención a la necesidad de hacer frente a las actividades inmediatas de la Entidad”.
Se propuso a Jaime Rochín “en atención a las cualidades de diálogo y concertación que, al momento, ha evidenciado al escuchar propuestas y buscar compromisos”.
Por mayoría de votos el pleno lo eligió a para presidir la CEAV por dos años.