Viajes de más de 600 pesos y pasaje de más de 30; el caótico regreso después del concierto de Bad Bunny

Los taxis, camiones y servicios por aplicación tenían tarifas elevadas y poca disponibilidad, lo que provocó que personas se tardaran hasta tres horas en encontrar transporte de regreso a sus casas
José Pablo Espíndola José Pablo Espíndola Publicado el
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La última canción en sonar ayer por la noche en el concierto de Bad Bunny fue “Después de la playa”, las luces marcaban el ritmo, mientras los fuegos artificiales adornaban las inmediaciones del Estadio Azteca. El fin de la fiesta había llegado, pero el caos, los abusos y la desesperación a penas comenzaban.

Los más de más de 80 mil asistentes salían del Coloso de Santa Úrsula para regresar a sus casas. Algunos traían carros y por otros pasaban familiares o amigos, mientras que los menos afortunados se encontraron con los altos precios de los transportes por aplicaciones, de taxis y camiones de la zona.

Tanto Uber como Didi, además de las tarifas excesivas que tenían, su disponibilidad era nula, ya que la gente pedía un viaje y la aplicación le marcaba que no había choferes disponibles. Los que lo lograban tenían que pagar hasta cuatro veces más de lo que pagaban normalmente.

Los taxis de calle o sitio no manejaban taxímetro, así que ellos fijaban las tarifas con precios exorbitantes. La cuota mínima era de 500, y de ahí para arriba. Un viaje del Estadio Azteca a Metro Ermita tenía un costo de 600 pesos, y al Aeropuerto de mil 200. Si querías llegar al estado de México los precios rebasaban los mil 500.

También estaban los camiones que se iban todo Tlalpan, hasta llegar a Metro Pino Suárez o los que sólo llegaban a Metro Taxqueña; estos cobraban 30 pesos por persona.

Ante tales precios, muchos de los asistentes al concierto decidieron esperar a que los presiones de las aplicaciones de viaje bajaran; sin embargo, esto no pasó. A las 3:30  horas, los cobros seguían siendo excesivos.

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