La política de fronteras abiertas que el Gobierno federal estableció durante los meses más álgidos de la pandemia en 2020 a diferencia de muchas otras naciones, provocó un aumento en la llegada de extranjeros para vacacionar o asentarse en viviendas del país.
A este fenómeno se suma que en México no hay restricciones para la compra de propiedades por parte de extranjeros, quienes obtienen una ventaja al pagar las viviendas con una moneda mucho más poderosa que el peso, haciendo de la CDMX un imán de extranjeros”, afirma Daniel Narváez CEO y cofundador de 3|10 Real Estate Studio.
De hecho, en la Ciudad de México, 20 por ciento de las solicitudes de informes de inversión en una propiedad las hacen personas de otros países, afirma el especialista en bienes raíces.
“Cada estado tiene regulaciones distintas en cuanto a la documentación de los extranjeros, pero por lo general pueden comprar una vivienda sin problema, pues a diferencia de otros países que a los extranjeros les piden tener la nacionalidad o una estadía, acá tienen libertad de poder invertir en propiedades, por eso es tan atractivo en materia de inversión inmobiliaria”.
El efecto contrario ocurre con los habitantes originarios de la Ciudad, quienes han decidido emigrar a otros estados del país debido al aumento en el costo de la renta y venta de viviendas.
“Mucha gente perdió su empleo, a mucha gente le redujeron el ingreso y eso provocó que las personas buscaran espacios más asequibles, quizá en zonas periféricas, y con esta oportunidad de trabajar desde casa muchos incluso se pudieron mover a otros estados”, apunta Narváez.
Entre las entidades secundarias con mayor variación positiva en la oferta inmobiliaria están el Estado de México, Morelos, Querétaro, Puebla, Hidalgo y Yucatán.
Esto aunque 50 por ciento de la demanda de inmuebles residenciales en el país se sigue concentrando en las principales metrópolis de entidades como el Estado de México, con 12 por ciento; Nuevo León, con 10.7 por ciento; Jalisco, con el 10.5 por ciento de la demanda, la Ciudad de México, con el 8.8 por ciento; Querétaro, con 7.2 por ciento; y Puebla con el 4.5 por ciento, acuerdo con la medición anual del Reporte de Bienes Raíces en México 2022, elaborada por el portal inmobiliario Lamudi.
“Lo que la gente quería era buscar una vivienda más económica o pagar el mismo precio pero por un espacio más grande”, dice Narváez.
El aumento en los costos de los inmuebles en la capital del país también genera un efecto de discriminación, afirma Rosalba González Loyde, consultora independiente en temas urbanos y profesora de la UNAM.
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