Vapeadores en la mira del Congreso de CDMX
Legisladores locales buscan desincentivar y concientizar a la ciudadanía sobre el uso del cigarrillo electrónico, al que consideran más peligroso que el tabaco; especialistas estiman que se debe prohibir totalmente y sancionar su venta
David MartínezEl Congreso de la Ciudad de México busca regular el uso de vapeadores con la intención de desincentivar su consumo ante los daños a la salud que son mortales e igual de perjudiciales que el tabaco.
A nivel nacional, la Comisión Federal de Prevención de Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha negado las licencias para la venta legal de los también llamados cigarros electrónicos.
Sin embargo, aún así se pueden conseguir y su consumo no está regulado ni normado por ninguna autoridad a nivel local.
Lo que implica que cualquier persona en la ciudad puede comprar y usar en todos los espacios los vapeadores.
No existe nada que desincentive su consumo.
A nivel nacional, la Cofepris ha negado las licencias para la venta legal de los llamados vapeadores, pero aún así se pueden obtener y su consumo no está regulado
El 19 de septiembre pasado, la diputada local de Morena, Guadalupe Aguilar Solache, presentó una iniciativa para regular y desincentivar su consumo debido a las repercusiones negativas en la salud, principalmente, al aparato respiratorio.
Sobre los efectos negativos, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha documentado que en ese país se han presentado durante 2019, dos mil 290 casos de personas con padecimientos respiratorios derivados del vapeador, de los cuales, 47 fallecieron.
En México aún no hay estadísticas generadas respecto a las repercusiones negativas de vapear, práctica que se ha popularizado desde hace nueve años en el país.
Ante lo expuesto, la presidenta de la Comisión de Salud del Congreso, Lourdes Paz Reyes, comenzó en la última semana de noviembre los trabajos para crear el dictamen de ley que su compañera de bancada presentó con miras para que en 2020 exista un marco legal que regule el consumo del cigarro electrónico.
Paz Reyes menciona que la comisión que encabeza no solo busca regular el uso del cigarro electrónico, también ha exhortado a las autoridades a realizar operativos en tianguis para evitar la venta de los dispositivos.
La iniciativa referida propone modificaciones a Ley de Protección de los No Fumadores de la capital para prevenir el consumo de los vaporizadores. El artículo 1 de la propuesta busca establecer mecanismos, acciones y políticas públicas para prevenir y disminuir las consecuencias derivadas del consumo del e-líquido, solución con la cual funciona el cigarrillo electrónico.
Mientras que el artículo 2, tiene el objetivo de que al igual que los cigarros de tabaco, no se usen los vapeadores en lugares cerrados de acceso público.
El artículo 8 propone campañas permanentes de concientización a la población para desincentivar su uso.
Durante la última semana de noviembre, se realizó el primer foro de consulta de la ley con especialistas y Paz Reyes considera que para el primer semestre de 2020 se discuta ante el pleno.
En total serán tres foros para debatir, estudiar y probablemente añadir más elementos al proyecto de legislación.
La presidenta de la Comisión de Salud también informa que el tema del uso y consumo del cigarrillo electrónico es un asunto que preocupa a todo el órgano legislativo.
“Este tema ha sido tocado por varios legisladores y la preocupación es seria”, indica la diputada de Morena.
Añade que la regulación es necesaria, pues aunque sea vapor de agua el que se inhala, las sustancias que expide como nicotina y algunas ocasiones THC, psicoactivo de la cannabis, son perjudiciales para la salud.
Regulación de vapeadores insuficiente
La doctora en medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investigadora sobre los efectos del tabaquismo, Guadalupe Ponciano, considera que no sólo se debe regular al cigarro electrónico, sino prohibir totalmente y sancionar su venta.
Esto debido a que se ha demostrado en estudios de otros países que es más dañino que el cigarro de tabaco y no quita la dependencia a la nicotina.
“Se están viendo de manera muy rápida las repercusiones, las evidencias científicas muestran que los daños a la salud son agudos”, menciona la académica de la UNAM.
La especialista argumenta que el contenido de nicotina del e-líquido de un cigarrillo electrónico equivale a fumar hasta 30 de tabaco.
“Son seis veces más las probabilidades de tener un infarto”, refiere.
Por otra parte, menciona que el cigarro electrónico tampoco ayuda a dejar de fumar tabaco, pues convierte a las personas en consumidores duales.
“Tengo varios pacientes que quieren dejar de fumar el electrónico y hay quienes se convierten en consumidores duales, esto significa que en donde no pueden fumar el cigarro normal, usan vapeador y llegando a su casa, tabaco”, señala para indicar que el instrumento no quita la dependencia a la nicotina.
Añade que la regulación tampoco es positiva porque aunque se llegara a normar el uso, la venta y el consumo, no se puede hacer lo mismo con el e-líquido.
La fórmula de los e-líquidos contiene nicotina, sabores artificiales, agua, glicerina, propileno, algunos casos THC, entre otras sustancias.
Sin embargo, Ponciano considera que los usuarios del cigarrillo electrónico pueden ocupar cualquier líquido para inhalar.
“Aunque tú regules el contenido del líquido, nunca vas a regular al fumador, él podría ponerle fentanilo o cualquier cosa líquida”, explica.
Afirma que una prohibición que sancione su venta, podría alejar a los menores de edad del consumo de cigarro electrónico.
“El componente tecnológico y los sabores del líquido lo hacen más atractivo para los menores de edad, quienes comienzan a vapear primero y después siguen con el tabaco”, explica la especialista.