Vallarta, la manzana de la discordia

Luego de tres administraciones priistas marcadas por los desvíos y el endeudamiento desmedido, Puerto Vallarta es gobernado por el partido Movimiento Ciudadano.

Los ciudadanos del puerto, aparentemente cansados de los excesos de los gobiernos priistas, sobre todo el del último alcalde Salvador González Reséndiz, votaron por la alternancia: un expanista al que apodan “El Mochilas”.  

Desde su llegada al poder, Ramón Demetrio Guerrero Martínez alzó la voz para señalar el endeudamiento de más de 3 mil 600 millones de pesos en que quedó el  Municipio.  

Paloma Robles Paloma Robles Publicado el
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Roberto Ascencio, síndico de Vallarta, denunció al alcalde por el ingreso violento a su oficina de parte de sus empleados
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Luego de tres administraciones priistas marcadas por los desvíos y el endeudamiento desmedido, Puerto Vallarta es gobernado por el partido Movimiento Ciudadano.

Los ciudadanos del puerto, aparentemente cansados de los excesos de los gobiernos priistas, sobre todo el del último alcalde Salvador González Reséndiz, votaron por la alternancia: un expanista al que apodan “El Mochilas”.  

Desde su llegada al poder, Ramón Demetrio Guerrero Martínez alzó la voz para señalar el endeudamiento de más de 3 mil 600 millones de pesos en que quedó el  Municipio.  

Criticó al PRI y a los gobiernos priistas de Gustavo González Villaseñor (2003-2006), Javier Bravo (2006-2009) y Salvador González Reséndiz (2009-2012). 

Dijo que no iba a hacer una cacería de brujas, pero que tampoco sería “tapadera de nadie”. 

Pero el discurso de la oposición en el puerto duró poco.

Las denuncias penales por desvíos de recursos nunca llegaron.

 Tampoco la entrega recepción del gobierno pasado, donde se enlistarían una por una las cifras del “desfalco”. 

Puerto Vallarta tuvo crisis generadas en administraciones priistas, pero que desembocaron en esta; tal fue el caso de la recolección de basura (véase La bomba de la basura, publicado el 24 de enero de 2013). 

Pero ni eso sirvió para que la autoridad reaccionara. 

En cambio, las reuniones en lo oscurito con funcionarios priistas y panistas estuvieron a la orden del día. 

Los viajes del alcalde a Guadalajara se hicieron constantes. 

También las contrataciones de personajes de las administraciones panistas estatales que quedaron descobijados tras la entrada del PRI al poder.

El hermano de Emilio, asesor 

Eugenio González Márquez, el hermano del exgobernador Emilio González Márquez, encontró cabida como asesor del Ayuntamiento de Puerto Vallarta. 

El poder detrás del poder en Vallarta es el padrino político de Guerrero Martínez, Abraham González Uyeda, mismo que trabajó como subsecretario de Gobernación, durante la gestión de Francisco Ramírez Acuña como secretario de gobierno en el sexenio de Felipe Calderón. 

González Uyeda dijo alguna vez en una conversación con un periodista de este medio, que él había ayudado a terminar la Ley de Ingresos de Puerto Vallarta 2013, donde se incrementaron los costos para la instalación de casinos en el puerto. 

Con ello intentó desmarcarse de su relación con el Casino Vallarta, casa de apuestas que se aloja en Deck 12, desarrollo del abatido secretario de Turismo, Jesús Gallegos Álvarez. 

González Uyeda también está “asesorando” al Ayuntamiento en la creación del reglamento municipal. 

Ramón Guerrero Martínez, el alcalde que llevaría el “cambio” a Puerto Vallarta, terminó por convertirse en tapadera de todos.

Regidores de su propio partido en el ayuntamiento critican su  cercanía con el gobernador de Jalisco Jorge Aristóteles Sandoval Díaz.  Y el pleito al interior del municipio creció al grado de una denuncia penal contra el hoy alcalde de Vallarta. 

Roberto Ascencio Castillo, síndico del Ayuntamiento de Puerto Vallarta, denunció al alcalde por el ingreso violento a su oficina de parte de sus empleados. 

También resaltó que la salida del jurídico del Municipio, Salvador López Aréchiga (por presuntos actos de corrupción) se debió a que tanto Ascencio Castillo como López Aréchiga se negaron a firmar varios documentos, entre otros la constitución de un fideicomiso del gobierno de Vallarta para evadir impuestos. 

Son tantos los intereses que se cruzan en Vallarta que hoy la disputa llega a varios niveles; Enrique Alfaro Ramírez, excandidato a la gubernatura, estuvo ayer  de visita en el puerto, al mismo tiempo que el gobernador de Jalisco. 

Aristóteles y Alfaro  

Aunque pareciera que la relación de Enrique Alfaro y Aristóteles Sandoval se mantiene tensa, diversos encuentros a lo largo del último año dan cuenta que en varias ocasiones ambos actores políticos han buscado acercamiento.

A pocos días del inicio de la campaña electoral de 2012, la propuesta del PRI de abanderar a Enrique Alfaro Ramírez como senador por el tricolor fue desechada por el exalcalde de Tlajomulco de Zúñiga, quien argumentó que rechazaba la propuesta pues no andaba en busca de “chamba”.

“No estamos aquí en un proyecto de ambiciones personales y de intereses mezquinos, aquí nos estamos jugando el futuro de Jalisco”, dijo en rueda de prensa previo a las elecciones de 2012. 

Algunas de las gestiones de esa negociación corrieron a cargo del priista Héctor Pizano, quien es cercano a Alfaro Ramírez, pues ambos pertenecieron al grupo político del empresario priista Raymundo Gómez Flores.

A inicios de 2013, trascendió una reunión que sostuvo Alfaro Ramírez con el entonces gobernador electo Aristóteles Sandoval y el mandatario panista, Emilio González Márquez, quien pedía que se ampliara la deuda del estado con la aprobación de un empréstito superior a los 3 mil millones de pesos.

Entonces el propio Enrique Alfaro reveló una reunión con Aristóteles Sandoval en la casa particular del hoy gobernador y desmintió que Sandoval Díaz le haya ofrecido 500 plazas en el gobierno del estado para su equipo.

Ayer, el diario La Jornada Jalisco informó sobre otro presunto encuentro entre ambos actores políticos en el que habrían dialogado sobre el Pacto por Jalisco.

Vía Twitter, Alfaro Ramírez aseguró que la información publicada por ese medio local era falsa y refirió que desde la toma de protesta ha visto al gobernador tres veces.

¿Silencio a modo? 

El equipo de Movimiento Ciudadano y Alianza Ciudadana ha sabido colocarse como una oposición responsable en la opinión pública, pero únicamente a través de temas sensibles y de alta rentabilidad. 

Movimiento Ciudadano repartió cientos de panfletos informativos sobre la situación del transporte público, que a dicho de sus dirigentes orilló al gobierno del estado a iniciar el dialogo con organismos de la sociedad civil y  la ciudadanía. 

El grupo cercano a Enrique Alfaro inició otro frente de ataque con la designación de nuevos consejeros electorales. A través de las redes sociales se hizo una larga discusión sobre los perfiles que debían cubrir los nuevos consejeros.

Pero Enrique Alfaro ha sido cauto en otros tema; por ejemplo, la muerte del secretario de Turismo, Jesús Gallegos Álvarez, asesinado a nueve días de su designación y vinculado con lavado de dinero.

Alfaro Ramírez ha preferido guardar silencio y hacer largas a las repetidas peticiones de entrevista por parte de este medio. 

Movimiento Ciudadano emitió un escueto comunicado a nombre de su presidente Hugo Luna en el que exige al gobierno del estado una explicación sobre la contratación del exfuncionario.

Pero la versión fue tan corta, que parece que más bien buscan no subirse a un tema que involucra jugosos negocios del exsecretario de Turismo en el puerto. 

Y es que como oposición, bien podrían estar revelando la verdad detrás de los desarrollos donde miembros del gabinete del gobernador –y el propio mandatario de Jalisco- tienen departamento, como Icon Vallarta y Deck 12. 

La combinación en Vallarta es explosiva: y es que no solo los priistas de Jalisco cuentan con departamentos y desarrollos, algunos miembros de la oposición también; quizá por eso prefieren guardar silencio. 

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