El acuerdo para que en México se produzca y distribuya una de las potenciales vacunas contra el COVID-19 es una muestra de la importancia del país para la investigación farmacéutica y es una oportunidad para contener de forma más rápida los efectos en la salud que la pandemia deja a su paso.
Los trabajos en una posible cura significan también un respiro para el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que mediante el anuncio del convenio recalcó que la población podría acceder a una solución antes de lo esperado.
Los protagonistas son la farmacéutica británica AstraZeneca y Fundación Carlos Slim, quienes concretaron una alianza para contribuir en la producción de la vacuna en México y Argentina y distribuirla sin un beneficio económico en América Latina.
Se prevé que 150 millones de dosis sean repartidas en la región latinoamericana en el primer semestre de 2021 si los ensayos clínicos resultan exitosos; es decir, que este proceso aceleraría la obtención de la cura y beneficiaría la agilización en su distribución.
Especialistas consultados por Reporte Índigo consideran que este convenio y su anuncio desde la conferencia matutina del presidente lanza dos mensajes: por una parte fortalece el papel de México en la industria farmacéutica global y abre la puerta para que más convenios entre la iniciativa privada se concreten para combatir otras problemáticas no exclusivas de la salud, como el desempleo o la caída de la economía.
Cura política
El 13 de agosto, el presidente López Obrador y el canciller Marcelo Ebrard anunciaron la alianza de Fundación Carlos Slim y AstraZeneca.
López Obrador dio el visto bueno a este acuerdo e indicó que permitirá proporcionar la vacuna de manera gratuita a nivel nacional.
Al respecto, Maribel Flores, especialista en gestión pública y ciencias políticas del Tecnológico de Monterrey, afirma que México no solo da la certeza a sus habitantes de que puede contar con una vacuna en el corto plazo para contrarrestar el virus SARS-CoV-2, sino que también responde positivamente a las críticas por el manejo de la pandemia.
Actualmente, el país rebasa el medio millón de contagios y acumula casi 60 mil muertes. Además, desde marzo, médicos y personal de hospitales se han manifestado por la falta de insumos.
“En este periodo de pandemia hay tensiones, preocupaciones, críticas, diferentes manifestaciones de los empresarios y de otros gobiernos. Como parte de la recuperación y de lo que debe atender el presidente, hablamos de que es una colaboración importante la que se está haciendo para conseguir la vacuna”, menciona Flores.
Por otra parte, considera que México toma un liderazgo importante a nivel latinoamericano, pues junto con Argentina, podrían ayudar a abastecer a la región de la vacuna, lo que también impulsará a la industria farmacéutica y por ende a la recuperación económica.
Y, como un tercer aspecto, Flores considera que la colaboración de Carlos Slim y su buena relación con la administración de López Obrador abre la puerta a que el sector empresarial también participe en otros proyectos de recuperación económica.
Apenas en abril pasado, el Gobierno federal rechazó un plan del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) para apoyar a la iniciativa privada a través de créditos, diferir impuestos y solicitar préstamos a entidades financieras internacionales.
Tampoco aceptó la propuesta de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) de distribuir un salario solidario conformado por aportaciones de los empresarios y de las autoridades.
México, atractivo para la investigación clínica y farmacéutica
Cristóbal Thompson, Director Ejecutivo de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), afirma que México es importante en la investigación clínica internacional y por ello, vacunas que están en desarrollo y en la fase final de estudio serán probadas en el país.
El 11 de agosto, Marcelo Ebrard dio a conocer que México firmó tres convenios con tres empresas Janssen, Cansino Biologics y Walvax Biotechnology para llevar a cabo protocolos de investigación de vacunas para COVID-19.
Thompson informa que hasta el momento hay 167 vacunas en desarrollo a nivel mundial, 28 de ellas en una fase clínica y seis en las fases finales.
En la primera etapa, dice el director de la AMIIF, se escoge a un grupo de entre 60 y 80 personas para evaluar el funcionamiento del nuevo medicamento.
En la segunda, explica el representante de la organización, se miden dosis y efectos secundarios. Igualmente, se eligen a 100 o 200 sujetos de prueba.
Mientras que en la última, son hasta 3 mil personas a las que se les aplica el nuevo fármaco.
Thompson señala que la aplicación de las pruebas en México dependerá de la información proporcionada por las compañías a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y el protocolo que determine; rango de edad de la población y características.
Por último, menciona que además de que las pruebas permitirán dar inmunidad a un sector de la ciudadanía el beneficio para el país está en la derrama económica de las farmacéuticas; por cada peso de inversión, existe una ganancia de 1.6 pesos.