El tormento de Lucía comenzó en 2016, cuando ella tenía 18 años y estudiaba el primer año de la licenciatura en la Facultad de Derecho, de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC).
Ahí, un compañero de clase comenzó a hostigarla. Ellos habían sostenido tres encuentros sexuales, uno de los cuales fue grabado de manera consensual, pero luego de que Lucía (como es nombrada para proteger su identidad) no quisiera ser su novia, este se vengó y envió el video a los amigos y compañeros de la joven.
“Posteriormente lo difundió con licenciados, maestros de la facultad, así como en un grupo de hombres que existe en WhatsApp que tiene este tipo de imágenes”, relata.
“Fue a raíz de que yo decido cortar cualquier tipo de comunicación con él que empieza a insultarme y amenazarme. Este acoso fue constante hasta febrero (de 2019), porque yo en marzo de este año lo denuncié (penalmente)”, narra.
Él siempre la perseguía por los pasillos de la facultad, le tocaba senos o glúteos cuando podía y le tomaba fotografías. Además la amenazaba y decía que la iba a matar, agrega.
“Tenía mucho miedo de decir o hacer algo porque él empezó a trabajar con un magistrado y maestro de la facultad, así él era muy cercano y llegó a trabajar con el rector de la universidad. Él hacía comentarios como ‘tal magistrado, tal licenciado ya vio el video y todos concluimos que tú eres una puta y eres una zorra’”.
En marzo de 2019, la estudiante acudió al Centro de Empoderamiento de la Mujer donde lo denunció por la vía penal por el delito de violación a la privacidad debido a que todavía no estaba aprobada la ley en el estado de Coahuila por acoso sexual ni por amenazas, dice.
La denuncia desencadenó que desde ese momento Lucía también empezara a recibir amenazas de muerte de conocidos que apoyaban a su agresor.
“Afortunadamente lo vincularon a proceso y acaba de cerrar el plazo de investigación complementaria”, comenta.
En marzo, tras la denuncia, la UAdeC lo suspendió temporalmente hasta que se resolviera su situación penal. Sin embargo, en mayo, pese a la sanción, él se presentó a clase.
“Yo nada más veía que se reía, me tomaba fotos, me señalaba al igual que sus amigos. Él lo que hacía es que cuando yo pasaba me ladraba o me maullaba y alentaba a sus amigos a que me hicieran lo mismo, yo nada más escuchaba cómo maullaban, cómo ladraban”.
Actualmente, Lucía tiene una medida cautelar y él no se puede acercar a 500 metros de ella, de sus familiares ni de sus testigos.
Acoso recurrente en UAdeC
El caso de Lucía no es una excepción. Al menos 36 alumnas de la UAdeC denunciaron este año haber sido víctimas de acoso sexual por compañeros o profesores, pero las sanciones por parte de la escuela han sido mínimas.
Una alumna de la Facultad de Jurisprudencia instaló del 5 al 7 de marzo de este 2019 una casilla de denuncias con una urna que tenía la leyenda “la denuncia es libre y secreta así como el voto”, haciendo alusión a las numerosas elecciones que la UAdeC realiza cada semestre y que la ostenta como democrática.
“Podíamos recibir denuncias sobre violación a la intimidad, abuso sexual, hostigamiento y otro. La denuncia iba a ser anónima, con nombre o con seudónimo, ya dependía de la persona y también estaba el apartado contra quién iba la denuncia: el alumno, compañero, maestro o administrativo”, dice la promotora de la iniciativa, quien pidió anonimato para evitar represalias.
En total se recibieron 36 denuncias, algunas a través de correo electrónico, de compañeras que estaban de intercambio en otras partes del país o en el extranjero.
Luego de la actividad, más de ocho alumnas intentaron interponer sus denuncias ante la Procuraduría General del Estado, pero solo tres casos fueron consignados.
Además, el Consejo Directivo determinó que no iba a hacer nada hasta que no existiera una orden por alguna otra autoridad.
“Si una víctima no desea denunciar no significa que la facultad o cualquier universidad no deba de hacer nada al respecto de este tipo de conductas y era lo que buscábamos, que existiera este protocolo para que fueran sancionadas sin tener la necesidad de ser revictimizadas ante un Ministerio Público”, dice la estudiante.
Sin embargo, tras las denuncias ante la Fiscalía, uno de los alumnos fue suspendido y finalmente la UAdeC estableció dos protocolos universitarios: uno en la universidad y uno interno en la Facultad de Jurisprudencia.
El rector de la UAdeC también tuvo que pedir una disculpa pública en septiembre por violencia de género tras referirse como niñas a las universitarias y revictimizarlas; e informó que había procesos en contra de un estudiante de jurisprudencia, un catedrático de bachillerato y de un administrativo.
“Ha sido un proceso desgastante tener que enseñarles y decirles a las autoridades cómo actuar y cómo no actuar en un proceso y en una problemática de violencia de género que existe dentro de la universidad”, añade.
Director destituido
En enero de 2018, una maestra de la preparatoria Mariano Narváez, de la Universidad Autónoma de Coahuila, denunció el hostigamiento sexual que sufrió durante 6 meses por parte del director Martín Alday.
“El 29 de enero de 2017 me hizo propuestas indecentes, me dijo ‘me gustas mucho, me gustan tus nalgas, vamos a coger, sino ya sabes cómo te va a ir’”, dice la catedrática.
“En enero de 2018 interpuse una demanda del tipo penal ya que el señor siguió con un hostigamiento laboral después del incidente mencionado, las personas con las que yo convivía (…) me hicieron bullying laboral”, señala.
El directivo fue declarado culpable el pasado 5 de marzo y deberá pagar 104 mil pesos a la víctima, sin embargo, impugnó la sentencia y espera la resolución de un magistrado.
También alumnas y trabajadoras de otras facultades como la de Economía, en Saltillo; y la de Ingeniería, en Monclova, han denunciado públicamente acoso y hostigamiento sexual.