Unas elecciones de riesgo
Ya están listos los preparativos para la elección de los Comités Vecinales 2013. Y en automático, los focos rojos comienzan a aparecer: se trata de siete delegaciones y del Tribunal Electoral del Distrito Federal (TEDF).
Las demarcaciones son un riesgo por las pugnas territoriales entre el PRI y el PRD –vía la Cruzada Nacional contra el Hambre–, por una delimitación territorial que no ha sido aceptada y por las señales de un conflicto social.
Jonathan Villanueva
Ya están listos los preparativos para la elección de los Comités Vecinales 2013. Y en automático, los focos rojos comienzan a aparecer: se trata de siete delegaciones y del Tribunal Electoral del Distrito Federal (TEDF).
Las demarcaciones son un riesgo por las pugnas territoriales entre el PRI y el PRD –vía la Cruzada Nacional contra el Hambre–, por una delimitación territorial que no ha sido aceptada y por las señales de un conflicto social.
Mientras, el Tribunal Electoral capitalino está a punto de convertirse en un elefante blanco para este proceso electoral, gracias a las reformas de la Ley de Participación Ciudadana del DF.
Por eso, el trabajo que realiza el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) de cara a los comicios vecinales –dado a conocer el pasado 30 de mayo– no garantiza que estos sean unos comicios tersos.
La semana pasada los consejeros electorales de la capital del país anunciaron los trabajos previos a la elección de los Comités Vecinales y el presupuesto participativo del año próximo.
Ahí, anunciaron la coordinación con las 16 jefaturas delegacionales, el Gobierno del Distrito Federal (GDF) y el TEDF para la celebración de dicho evento en materia de difusión y preparativos de la elección.
Se habló de una inversión, que supera los 65 millones de pesos, de la participación de cada instancia y de las expectativas de votación que se esperan lleguen al 11 por ciento de participación.
Pero fue imposible hablar de otros fenómenos que se salen de su margen de acción, en los que intervienen funcionarios del gobierno local, delegacional o federal.
Tampoco de los focos rojos como advierten los expertos en la materia o de las complicaciones legales que tendrá la elección vecinal en materia de impugnaciones.
Todo, por tratarse de asuntos que competen a todas las instancias de manera conjunta y que, políticamente hablando, representan un brazo de poder rumbo a las elecciones de 2015.
Las demarcaciones
Los tiempos políticos desdibujan la hegemonía del PRD y sus tribus. El sol azteca ha sido acotado por la lucha de poder entre todas las fuerzas que concentra el corazón del país. Hay varios frentes de batalla abiertos. El primero y más importante, el pleito entre la administración mancerista –que engloba una red de tribus– y René Bejarano, que dibuja una lucha de poder que se reflejará en la conformación de los comités vecinales. Lo relevante del tema es que ambos bandos pueden operar a través de las delegaciones y el aparato de gobierno a favor de sus líderes de grupo.
El segundo es la Cruzada Nacional contra el Hambre, que ya abrió una brecha entre el PRI y el PRD por la estructura territorial a través de los programas sociales en cuatro demarcaciones.
Se trata de las delegaciones Álvaro Obregón, Tlalpan, Iztapalapa y Gustavo A. Madero, donde los delegados aseguran que el PRI y la Secretaría de Desarrollo Social ya están operando electoralmente. Por esa razón, se ha desatado una cacería. Denuncias penales, acusaciones mediáticas y quejas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos dan prueba de ello.
Tercero, la redistritación que hizo el Instituto Federal Electoral (IFE) afecta el proceso de selección de Comités Vecinales. El punto de quiebra está en Tláhuac y Xochimilco.
Lo cierto es que la nueva cartografía del IFE pasa algunas colonias de Tláhuac a Xochimilco y viceversa. El problema mayor radica en que se trata de pueblos originarios, donde la gente tiene raíces fuertes y no está dispuesta cambiar su domicilio. En consecuencia algunos tendrán que adherirse a un comité de su nueva delegación, y eso, ya generó malestar entre los pobladores de las dos demarcaciones.
Por último, los conflictos sociales, como el que se vive en Milpa Alta, también alertan a las autoridades, ya que han surgido grupos de autodefensa contra la tala clandestina en la zona de conservación ecológica.
Esta delegación es de por sí, históricamente, un foco rojo, pues la simpatía por el PRI y el PRD está a la par y cada tres años provoca conflictos vecinales que han culminado en zafarranchos.
El escenario es peor aún, cuando entre ambos bandos se acusan de estar involucrados en la tala clandestina. Con la complicidad de funcionarios públicos y hasta grupos armados del estado de Michoacán.
Un Tribunal de adorno
El Instituto Electoral del Distrito Federal y los diputados locales acordaron unir las fechas de la elección de Comités Vecinales y la definición del Presupuesto Participativo 2014.
El pasado 24 de abril, la Comisión de Participación Ciudadana de la Asamblea Legislativa aprobó el dictamen mediante el cual, por única ocasión, se juntarán los dos procedimientos.
La presidenta de la Comisión, Lucila Estela Hernández, comentó que el ajuste tiene la finalidad de ahorrar recursos al unir los procesos e incrementar la asistencia.
Hasta el año pasado, la ley preveía realizar dos procedimientos. Uno para elegir comités y otro para determinar en qué se gastará el presupuesto participativo de las 16 delegaciones. Hasta ahí, un éxito.
El problema radica en que juntar los dos procesos provocó que la elección se recorriera para el mes de septiembre y dejó solo un mes para el periodo de impugnaciones.
La ley marcaba, según su artículo 107, que la elección debía realizarse el primer domingo de agosto y la toma de protesta (artículo 122) el primero de octubre de ese año; margen de impugnación de dos meses.
Ahora se ha modificado el primer artículo y no el segundo, por lo cual la elección será el 1 de septiembre y la toma de protesta el 1 de octubre. Y en ese mes los vecinos inconformes no podrán asistir a las dos instancias revisoras.
Además, los criterios actuales señalan que, una vez que tomen protesta, los actos reclamados son irreparables; la única alternativa de los comités será acudir directamente a la Sala Regional vía per saltum.
Esta figura consiste en acudir directamente a la última instancia para que se analice su caso por premura de tiempo, en vez de seguir el debido proceso, agotando cada una de las instancias.
De esta forma, y por lógica, los vecinos acudirán a la Sala Regional de manera directa para que en el lapso de un mes tengan una respuesta en definitiva a sus demandas y el TEDF se convertirá en un simple observador de la elección.
De manera informal, se habla de más reformas a la Ley de Participación Ciudadana, pero en realidad, los diputados no han entrado al estudio de este tema, que consistiría en retrasar la toma de protesta de los nuevos Comités.
Ni siquiera porque sus partidos tienen la mira puesta en la conformación de los Comités Vecinales