Un estudio halló ADN de caballo en casi el 10% de la carne molida de res y platillos de carne a la venta en mercados públicos, carnicerías, puestos callejeros y expendios de tacos en cinco ciudades mexicanas.
Investigadores de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional Autónoma de México analizaron 433 muestras de filetes, carne molida de res y platillos a base de carne de diferentes negocios.
El porcentaje más alto de ADN de caballo fue hallado en la carne molida de res a la venta en puestos, mercados callejeros y puestos de comida, aunque menos del 1% de los vendedores reconoció vender carne de caballo.
Los exámenes fueron recolectados de 157 comercios en Aguascalientes, Zacatecas, Chihuahua, Ciudad de México, Pachuca y San Vicente Chicoloapan.
No se halló ADN de caballo en carnes a la venta en supermercados.
La Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios emitió directrices el viernes en las que les pide a los consumidores que revisen bien las etiquetas, pero al parecer gran cantidad de la carne en el estudio fue vendida sin una descripción.
“Los resultados de este estudio muestran que es importante que los consumidores que adquieren alimentos en mercados y tianguis se den cuenta de que es posible que ocurran prácticas de mal etiquetado o etiquetado engañoso de la carne, lo que podría ser dañino para su salud”, explicó el director de HSI en México, Anton Aguilar.
Los investigadores también encontraron el esteroide clembuterol en 29 de 43 muestras de carne que dieron positivo a ADN de caballo. Esta sustancia está prohibida en México como potenciador para el crecimiento del ganado, pero se sospecha que todavía se utiliza.
Si bien este tipo de carne no es ilegal en el país, con frecuencia a los caballos se les dan medicamentos que no están aprobados para animales que son criados con el fin de comerlos. Casi 85.000 caballos estadounidenses fueron importados a México para su consumo en 2015.