Una tendencia con nombre y apellidos

La tendencia más fuerte en Twitter relativa al caso Ayotzinapa tiene nombres y apellidos.

Detrás de los materiales más difundidos con el hashtag #YaMeCansé hay un grupo reducido de personas del medio artístico que se unieron para compartir información y crear conciencia.

“Más que un grupo, somos una red. La idea es que esté compuesta por profesionales del cine, la televisión, la cultura, las artes y la publicidad.

“Con asesoría de derechos humanos, llevamos a cabo piezas audiovisuales en solidaridad con los padres de Ayotzinapa. Donamos nuestro tiempo y nuestras herramientas para producir materiales. Funcionamos a manera de una productora gratuita compuesta por puros voluntarios”, cuenta Natasha Ibarra.

La guionista junto con el productor teatral Jaime Morales forma parte de un pequeño colectivo, el cual no integra más de 20 personas.

La intención de mantenerlo como algo cerrado es por cuestiones de seguridad, cuenta a Reporte Indigo.

Si una persona desea integrarse, necesita forzosamente conocer a uno de los participantes, que son en su mayoría artistas.

Algunos tienen una agenda de activismo en temas específicos desde hace dos décadas, otros se unieron a la red a raíz de la reforma en telecomunicaciones y, más recientemente, de la  desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa.

¿Qué está pasando en México?

Como medios actuales de difusión, el grupo ya cuenta con el sitio web yamecanse.mx, un canal de Youtube, una cuenta en Facebook y otra en Twitter.

Todos los días producen infografías y han subido varios videos, el más difundido hasta ahora es de What’s Happening in México? (¿Qué está pasando en México?), enfocado a difundir fuera del país la situación de crisis social a raíz de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa.

En sus primeros 5 días tuvo más de un millón de vistas en Youtube.

Los rostros visibles en este material, como los artistas Eréndira Ibarra, Alfonso Herrera o Tiaré Escanda, dan voz a una serie de estrategias que se deciden en colectivo.

Sus integrantes decidieron explícitamente no referirse a sí mismos como un “comité”.

“En el caso de Luis Gerardo Méndez, Alfonso Herrera, nos prestan su imagen, son afines a esta red sabiendo que tienen el peso de su imagen y parte de esta labor es que hay influencias”, explica Natasha Ibarra, quien se encuentra actualmente escribiendo una película.

Activismo a largo plazo

Los integrantes del #YaMeCanse niegan ser activistas de escritorio y aseguran que han participado en todas las marchas.

“En del primero de diciembre, repartimos volantes de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos sobre las detenciones arbitrarias, repartimos flores para romper la tensión, hemos abogado por la no violencia.

“Estamos empezando a hacer acciones a nivel calle. Nuestro plan es producir 111 acciones y/o materiales audiovisuales, que según las estimaciones de nuestro experto en tecnopolítica son la cantidad necesaria para concientizar y mover a 3 millones de personas”, explica Natasha Ibarra.

Planean un activismo a largo plazo.

“Queremos que la gente que como nosotros está ya cansada de la impunidad, de la violencia, tenga un espacio donde se puedan comunicar, que sientan que ya puedan alzar la voz”.

Jaime Morales agrega que el próximo objetivo de la red es la gente que no tiene Twitter, a quienes se está dirigiendo ahora el esfuerzo y los recursos del grupo.

Actores de alto perfil

La red tiene una segunda capa de gente activa que no está todos los días y un grupo de difusión, donde están los actores de alto perfil, como John Ackerman, Epigmenio Ibarra y Jesús Robles Maloof, algunos de los más influyentes en redes sociales en los temas relativos al #YameCansé en Twitter, de acuerdo con los análisis elaborados por la consultora de Guadalajara Indatcom.

Natasha Ibarra insiste en que “todo es voluntariado, no hay intercambio de dinero por ninguna parte”.

Jaime Morales por su parte, detalla que algunos de sus materiales consisten también en difundir “frases ingeniosas” o en tomar las imágenes subidas por los asistentes o grabadas por miembros de la red en las marchas y editarlas como un video de memoria de cada manifestación.