Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de Andrés Manuel López Obrador, visitó ayer Monterrey. La cita se dió en un café de la avenida Garza Sada.
Se esperaba la asistencia de 100 mujeres, pero para las 6 de la tarde las sillas en el salón del establecimiento no daban abasto. Las mujeres, en su mayoría entre los 45 y 65 años llegaban en grupos pequeños.
Beatriz fue a Monterrey para, aparte de apoyar a su esposo, dar a conocer a los candidatos ciudadanos de la Izquierda, Cristina Sada Salinas para el Senado, y Juan José González Rodriguez por la diputación del octavo distrito.
Cristina Sada presentó a Beatríz, y llegando casi al llanto le compartió que para ella sería “dolorosísimo que no te convirtieras en la Primera Dama”.
“Te confieso Beatriz, que me tembló la mano”, dijo Cristina al aceptar que el 2 de Julio del 2006 ella no votó por Andrés Manuel y le dió mejor su voto a Patricia Mercado.
Beatriz esperó nerviosa su turno ante el micrófono. Fue notorio que ser el centro de atención está fuera de su zona de confort, pero asume su tarea.
“Usted va a ser la Primera Dama”, le dice una señora en el fondo del salón. Beatriz se enaltece, pero contesa “Primero Ganar, eso es lo importante. Futurear no sirve mucho”. Quizás en su posición es inevitable no pensar en el futuro.
A pesar de no ser una figura pública natural, demostró ser una persona sociable, y sobre todo inteligente.
Evitó contestar las preguntas cliché, como las de los supuestos parecidos entre Hugo Chavez y su marido. No demostró miedo al exigir una mejor tarea de investigación cuando una señora cuestionó a los integrantes del equipo de su esposo, diciendo que muchos de ellos como René Bejarano –quien no figura en la planilla de AMLO– son corruptos.
“Los invito a tener la capacidad de discernir lo que es verdadero de lo que es falso”.
Desde la primera fila una señora le preguntó sobre lo que se habla en calidad de pareja entre ella y Andrés Manuel, de las esperanzas que tienen para México. “De la enorme responsabilidad de ver la esperanza en esas caritas que quieren un cambio”, contestó.
Beatríz Gutierrez sólo había encabezado unos cuantos encuentros privados con un quórum menor a 30 personas, pero su presentación al público es vital para entender el lado “amoroso” de Andrés Manuel.
El cambio de carácter del candidato presidencial de las Izquierdas es notable. Muchos dicen que es por tener a Beatriz de su lado.