El día en el que Valentina cumplió un año sus padres decidieron que lo festejara junto con las decenas de hermanos con quienes compartió sus primeros meses de vida y también con sus nuevos hermanos con quienes convive actualmente en el día a día.
En la casa hogar Remar México, una organización no gubernamental que ayuda a niñas y niños marginados con problemas de maltrato y adicciones, hubo risas, pastel y dulces. Durante una tarde, Valentina compartió con sus excompañeros de casa a su nueva familia y su nueva vida.
Aunque se durmió temprano y salió cargada en brazos en la foto del recuerdo, sus nuevos padres confiesan que cuando Valentina concilia el sueño es porque está feliz y en paz.
A pocos días de Navidad, la familia Vázquez Zambrano espera un milagro, dejar de ser la casa de acogida de Valentina y poder adoptarla para legalmente convertirse en sus padres.
“Quienes cuidaban a mi Valentina antes de estar en mis brazos, la vieron, la recordaron y lloraron de emoción. Yo también con ellas. Me enseñaron fotos de cuando Vale era más bebé, me platicaron anécdotas y nos despedimos sabiendo que volveríamos. Pronto volveremos. Mi corazón y el de muchos otros más quieren darles más”, comenta Cynthia, mamá de Valentina, después de la visita de su nueva hija.
Un largo camino a su hogar
Cynthia y Michel, los padres de Valentina, junto con sus tres primeros hijos recorrieron un largo camino para completar a su familia, la llegada de la pequeña no fue fácil.
Desde agosto de 2020, la familia Vázquez Zambrano buscó formar parte del programa de hogares de acogida, una figura similar a la adopción pero en la que en cualquier momento, la madre o padre pueden reclamar nuevamente la guardia y custodia del menor.
Tras cumplir los requisitos consistentes en entregas de fotos, papeles, aplicación de exámenes psicométricos, realización de cursos, sólo se trató de esperar, la espera más larga de la vida de Cynthia y Michel, quienes deseaban compartir el calor de su hogar con un nuevo miembro.
Como muchos trámites, la pandemia de COVID-19 alargó el proceso para poder acoger a una niña, niño u adolescente que temporalmente no podía residir con su familia. Aunque actualmente, en caso de que se libere la patria potestad de la bebé, Cynthia y Michel son los primeros candidatos para adoptarla, este proceso podría llevar aún muchos años, por ello, los Vázquez Zambrano se encuentran a la espera de un milagro.
“Valentina llegó de un modo super inesperado”, relata Cynthia.
“Nosotros en nuestra solicitud habíamos gestionado que fuera un pequeñito, o una pequeñita más bien, porque te dan opción entre niño y niña, habíamos puesto una niña entre 2 y 5 años de edad, pero, como tenemos 3 hijos nos indicaron que lo mejor era buscar un bebé”, relata Cynthia.
El 11 de mayo Michel recibió una llamada, que no alcanzó a responder, por lo que intentaron contactar a Cynthia, quien sí pudo tomar la llamada. Después de decirle que ya habían sido calificados como idóneos para resguardar a un menor de edad, vino una sorpresa mayor.
“Quiero comentarte el siguiente caso (le mencionó la psicóloga encargada del caso) hay una pequeñita de cuatro meses y medio, duró un mes en hospital porque su mamá la dejó ahí, y al cumplir el mes la transfirieron a casa hogar y ahora la van a transferir a otra casa hogar o la pueden transferir a una familia”, comenta.
Cynthia le dijo a la psicóloga que lo platicaría con su esposo, pues aunque no se ajustaba a la edad que habían pensado. Después de decidir que sí y devolver la llamada para concretar la llegada de la niña a su hogar, el caso se tornó de atención inmediata.
“Me contestó ‘ok ¿a qué hora pueden pasar porque ya vamos a traerla directo aquí a Valentina para que no pase a otra casa hogar’. Entonces para mí fue una super sorpresa y también para Michel, porque nosotros no estábamos esperando eso, pensé que nos iban a dar fecha. Quedamos ese día en llegar a las tres a las instalaciones del DIF”, explica.
Acompañados de sus otros tres hijos, quienes se encontraban emocionados por el encuentro de la hermanita que tanto les prometieron, llegaron hasta el sitio para entrevistarse con las personas encargadas del proceso.
Vestida de rosa y con una única posesión, un biberón, Valentina llegó con su nueva familia, con la que ya lleva siete meses.
El reencuentro de Valentina con sus excompañeros
Valentina se reencontró con sus excompañeros el pasado 17 de diciembre, cuando cumplió un año de edad.
Para celebrar el primer año de vida de la pequeña, su madre decidió organizar la entrega de ropa, juguetes y comida en la casa hogar en la que fue cuidada durante sus primeros cuatro meses de vida.
“¿Por qué justo en el cumpleaños de Valentina? Porque como coincidencia del destino es el día libre en la casa hogar para nuestra visita y porque llevar un regalito y convivir con los niños así como con el personal de esta asociación es nuestra manera de agradecerles el tiempo que cuidaron de Vale” escribió su madre en una convocatoria para recibir donaciones para los 70 pequeños residentes en el lugar, cuyas edades van de los 0 a 12 años.
A la iniciativa de Cynthia se sumaron varias personas, quienes donaron ropa, piñatas, bebidas, desechables, helado, dinero, juguetes, entre otros artículos, además de la ONG Programa Integral de lactancia Universitaria (PILU), Dr Tattoo Clinical Studio, Rentería Bake House y Sany Kids.
Remar Occidente, la casa hogar en la que estuvo Valentina durante tres meses, acoge a menores de edad que se encuentran en situación de “exclusión social”, es decir, en estado de vulnerabilidad debido a múltiples causas como abandono por parte de los padres biológicos, padecimiento de adicciones, delincuencia, entre otras, par buscar la reinserción social.
Cada año la familia Vázquez Zambrano dona víveres para una convivencia a niños de casas hogares, este año decidieron compartir con la que una vez fue la familia de Valentina
Se trata de una iniciativa cristiana creada en España y replicada en países de América, África, Asia, Australia y Oceanía.
Cada año la familia Vázquez Zambrano organiza la entrega de donaciones y a su vez dona una convivencia a niños de casas hogares, este año decidieron compartir con la que una vez fue la familia de Valentina.
Al momento de gestionar la entrega de lo que acopiaron y la realización de la fiesta para los niños de la casa hogar, Cynthia mencionó ser la madre de acogida de Valentina, lo que provocó la alegría de quien tomó la llamada.
Después de comer, los pequeños jugaron, rompieron piñatas, disfrutaron de postres y cantaron las mañanitas a la cumpleañera, que en ese momento disfrutaba de una siesta.