Los doctores que le intervinieron de emergencia encontraron restos de pólvora en su cerebro. En un intento por salvarle la vida le indujeron un coma y los próximos días serán cruciales para Juan Francisco Quinquedal, activista de “La Otra Campaña” del EZLN.
Su pareja sentimental, Eva Leticia Palma Pastrana, no le abandona. Después de la cirugía a la que fue sometido el maestro “Cuy”, como le llaman sus conocidos, los médicos la dejaron verle y le explicaron que presentaba una herida profunda en el lado derecho de la cabeza producida por un proyectil, sin determinar qué tipo.
La imagen del activista herido, al parecer por una bala en la cabeza, arrastrado en una improvisada camilla y con una exhibición de masa craneoencefálica, dio la vuelta al mundo en el primer día de gobierno de Enrique Peña Nieto.
En las afueras de la Cruz Roja de Polanco, Eva no se rinde y acusa a la Policía Federal y a los integrantes del Estado Mayor Presidencial de responsables de la agresión al maestro de teatro, originario de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Junto a ella está Teodulfo Torres Soriano, “El tío”, el hombre que acompañaba a Juan Francisco en el momento de la agresión.
Ambos caminaban por la avenida Eduardo Molina y se dirigían a la protesta a la que fueron convocados en las afueras del Congreso de la Unión, por simpatizantes de La Otra Campaña, que pretendían lanzar consignas en contra de Enrique Peña Nieto en el día de su toma de posesión como presidente de la República.
“Alguien gritó algo y comenzaron a llover bombas lacrimógenas y balas de goma. Escuché un grito y un impacto muy cerca, cuando volteé, vi al compañero tirado en el piso”, recuerda Teodulfo Torres.
Cuando un grupo de jóvenes se percató de la agresión al hombre de 67 años que se convulsionaba en el asfalto, miembros del Estado Mayor Presidencial y la Policía Federal arreciaron los balazos de goma.
“Un chavo valiente, se regresó y me ayudó a cargarlo. Juan Francisco se convulsionaba, alguien, no sé quien, acercó una camilla improvisada, lo sacamos corriendo, como pudimos y lo subimos a una ambulancia”
Los paramédicos de la Cruz Roja le daban instrucciones para que respondiera a su nombre. El maestro de teatro ya no contestaba, de su cabeza salía mucha sangre.
El “Tío” se había quedado a dormir en la casa de “Cuy” pues habían estado ensayando algunas obras de teatro y unas pastorelas que presentarían en diciembre en la delegación Iztacalco.
Los compañeros de “La Otra Campaña” y del colectivo “La Otra cultura” montan guardia afuera de la Cruz Roja de Polanco en apoyo a la mujer y dos hijos, Fernanda y Rodrigo, producto de un primer matrimonio de “Cuy”.
Eva Palma confirma que algunas mujeres del recién estrenado gabinete se han acercado para ofrecerle ayuda. Van de parte de Manuel Mondragón y Kalb, el exsecretario de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) que renunció a su cargo en uno de los momentos más cruciales en que lo necesitó su jefe, Marcelo Ebrard Casaubón.
Hasta el hospital acudió personal de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), donde Eva y “El tío” denunciaron los abusos de la policía, sobre todo de los federales y del Estado Mayor que blindaron desde días antes el Palacio Legislativo de San Lázaro.
A la denuncia se sumaron los dos hijos del maestro de teatro conocido por su labor social y activismo “apolítico”, según definió su familia.
Un activista comprometido
Desde las ocho y media “Cuy” y “El tío” salieron de su domicilio en la delegación Cuauhtémoc. Habían acordado con el grupo de “La otra campaña” manifestarse por la toma de Enrique Peña Nieto junto a gente de San Salvador Atenco. Pero no habían llegado a San Lázaro cuando el proyectil que se incrustó en la cabeza de Cuy frenó su camino.
Cuy llegó hace 47 años al Distrito Federal procedente de Nuevo Laredo, Tamaulipas y, desde esa fecha, no ha parado de hacer activismo, recuerda su pareja.
En 1968, cuando el día trágico de la “Matanza de Tlatelolco”, fue uno de los jóvenes que, para salvar la vida, tuvieron que salir de la plaza vestidos de mujer, auxiliados por una cubana que les resguardó una noche en su departamento para evitar que el Ejército Mexicano les detuviera tras la masacre estudiantil.
Ya en los años 70, recuerda su mujer, fue uno de los fundadores del Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) con Herberto Castillo.
Desde 2005, milita en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) tras un llamamiento del subcomandante Marcos para incorporarse al movimiento que surgió en el estado de Chiapas.
Ya como “zapatista” activo y desde el Distrito Federal, el maestro de teatro participó activamente en las acciones de San Salvador Atenco para recriminar a Peña Nieto como gobernador del Estado de México por las desapariciones y violaciones de quienes se oponían en ese poblado a la construcción del aeropuerto en el municipio de Texcoco.
Como parte del movimiento zapatista, se creó “La otra campaña” y luego el colectivo “La otra cultura” que el pasado mes de octubre participaron en el 29 aniversario del EZLN en el Monumento a la Revolución con los jóvenes del movimiento YoSoy132.
Con este último grupo, “Cuy” encabezó la llamada “toma de Televisa” en las recientes manifestaciones de protesta por los resultados de la jornada electoral que dio como ganador a Enrique Peña Nieto.
El nombre de Cuy y las imágenes de su rostro sangrante y su cabeza desbordante de masa craneoencefálica han dado la vuelta al mundo a través de la prensa internacional. ¿Será el primer muerto que se le adjudique a Peña como presidente?
Saldo violento
Los jóvenes activistas ya hablan de compañeros desaparecidos que no han vuelto a ser vistos por sus familiares, desde que salieron a la calle a encabezar protestas, y tampoco aparecen en la lista de detenidos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.
Muchos de los que participaron en la jornada de enfrentamientos del 1 de diciembre tomaron fotos de una camioneta negra con placas de circulación 230-TCG del Distrito Federal en la que supuestamente se habrían llevado a muchos de los manifestantes.
Las cifras oficiales que la Procuraduría de Justicia capitalina maneja son 107 detenidos a quienes se les acusa de ataques a la paz pública que se castiga con cinco a 30 años de prisión. La Cruz Roja mexicana indicó que en total los servicios de emergencia de la institución atendieron a 76 personas con heridas leves y otras 29 fueron trasladas a diferentes hospitales de la capital.
Hay 11 menores de edad que fueron enviados a la Agencia 57 del Ministerio Público especializada en atención de menores.
Al menos 10 abogados asisten a los detenidos y tienen de plazo hasta el próximo lunes para presentar las pruebas que demuestren su inocencia.
El mayor número de detenciones registradas por la policía de la capital ocurrieron en las calles de Regina; avenida Juárez y Eje Central Lázaro Cárdenas, así como Colón y Eje 2 Norte.
Según el GDF, la mayoría de los jóvenes pertenecen al Bloque Negro Anarquista, Cruz Negra Anarquista y la coordinadora Estudiantil Anarquista.
En las redes sociales de estos grupos considerados como “rojos” en la capital, se aprecian llamamientos a la acción desde semanas de anticipación. En algunos, incluso se instruye a los jóvenes para que sepan como derribar las vallas metálicas que el Estado Mayor Presidencial coloca cerca de San Lázaro.
Todavía ayer, la Procuraduría de Justicia capitalina se mantiene resguardada por cientos de granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública local para evitar que intenten rescatar a los detenidos que esperan la definición de su situación jurídica.
En la jornada vandálica registrada en el Distrito Federal, el jefe de gobierno, Marcelo Ebrard Casaubón, fue quien tuvo que salir a dar la cara para dar un balance de las detenciones al terminar la jornada.
Algunos de los colaboradores que le acompañaron aseguran que se mostró furioso por los daños ocasionados por los jóvenes al Hemiciclo a Juárez, que apenas hace unos días habían reestrenado como parte de la remodelación de la Alameda Central.
El monumento fue pintado por los vándalos, a su paso por avenida Juárez, donde las fotografías muestran los robos a negocios. los saqueos de refrigeradores y de los anaqueles de algunas tiendas de conveniencia.
Ebrard tuvo que salir a la palestra acompañado de Héctor Serrano Cortés, secretario de Gobierno y del procurador de Justicia, Jesús Rodríguez Almeida. El gran ausente, Manuel Mondragón y Kalb, a quien responsabilizó Andrés Manuel López Obrador por los hechos. El ahora funcionario federal fue el responsable de preparar este operativo policiaco que movilizó a 22 mil efectivos de la SSPDF.