Una implicación muy poco clara

Los 500 millones de dólares que Pemex perdió en París hace dos años, durante el arbitraje por los pagos excesivos de la remodelación de la refinería de Cadereyta, podría recuperarlos, al otro lado del Atlántico.

La historia que ha llevado a que los periódicos mexicanos vuelvan a imprimir el nombre de César Nava, exfuncionario de la petrolera y uno de los hombres más cercanos a Felipe Calderón, inició en la capital francesa.

Peniley Ramírez Peniley Ramírez Publicado el
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En las horas previas al accidente de Pemex, hubo una declaración en sus oficinas de Paul Muller
De acuerdo con el testimonio de Muller ante notario, el abogado de Pemex, García Reza, les comunicó que no tenían interés en hacer público el caso
El asunto se reactivó dos semanas después de que Emilio Lozoya Austin fuera nombrado como director general de la petrolera
Mientras ocurría la explosión en la torre B2, los medios recogían la denuncia penal en Nueva York por supuestos sobornos en la refinería de Cadereyta

Los 500 millones de dólares que Pemex perdió en París hace dos años, durante el arbitraje por los pagos excesivos de la remodelación de la refinería de Cadereyta, podría recuperarlos, al otro lado del Atlántico.

La historia que ha llevado a que los periódicos mexicanos vuelvan a imprimir el nombre de César Nava, exfuncionario de la petrolera y uno de los hombres más cercanos a Felipe Calderón, inició en la capital francesa.

En diciembre de 2011, la Cámara de Comercio Internacional (CCI) determinó que Pemex debía pagar los sobrecostos en la remodelación de la refinería de Cadereyta, Nuevo León.

Según el laudo de cuantía de ese arbitraje, la petrolera se negaba a aceptar el pago de varios costos excesivos, algunos de los cuales incluían la compra de palos de golf.

La realidad es que aún con estos pagos absurdos, Pemex perdió el arbitraje. Era la última instancia.

Expertos consultados en esa ciudad europea confirmaron a Reporte Indigo que la decisión era irrevocable y que la paraestatal estaba obligada a pagar.

La intervención de la CCI terminaba con la determinación de la cuantía, pero no iba hasta la supervisión del cobro, que quedó como un acuerdo entre las partes.

El consorcio Conproca, conformado por la empresa alemana Siemens y la surcoreana SK, era el más interesado en garantizar el cobro de los pagos subsecuentes al contrato original, firmado a finales de 1997.

La respuesta de Pemex no fue el pago, sino otra demanda. Era el único camino posible, buscar en otra instancia judicial, distinta al arbitraje, la revocación de la multa, igualándola con otro pago similar.

Para lograrlo recurrió a lo que ellos mismos habían dicho que no buscarían: el escándalo.

Las inculpaciones

La tarde del 31 de enero, cuando las redes sociales comenzaron a publicar informaciones vagas sobre una explosión en la torre B2 de las oficinas centrales de Pemex, el tema en los medios era la denuncia penal en Nueva York por supuestos sobornos en la refinería de Cadereyta.

La semana anterior a la explosión, varios reportes especiales publicados por Televisa y el reportero Carlos Loret de Mola en su columna de El Universal, hablaban de algunos detalles del caso, que ya salpicaban a César Nava.

El asunto quedó suspendido en la opinión pública, eclipsada por el horror de los fallecidos en la explosión.

Pero las horas previas a este accidente, cuyas causas aún no son plenamente conocidas, albergaron la declaración en las oficinas de Pemex de Paul Muller, exfuncionario de Siemens México.

El 17 de enero, Muller compareció ante el notario público Alfredo Bazúa Witte en las instalaciones de Marina Nacional, de acuerdo con el acta de la declaración, de la que Reporte Indigo obtuvo una copia.

Dijo que había ostentado el cargo de director jurídico para la filial México de la multinacional Siemens AG desde mayo de 2007.

De acuerdo con la ampliación de la denuncia de Pemex en Nueva York, entregada el 8 de mayo, la reunión se dio gracias a la intervención del abogado Luis Rubén Esparza, quien se había ofrecido como intermediario entre Pemex y Muller.

Según la declaración del exfuncionario de Siemens, “desde los primeros días en este trabajo conocí los comentarios que se externaban en las oficinas corporativas, respecto del escándalo por haber salido a la luz pública diversos actos de corrupción, que internamente se sabía y se hablaba abiertamente de ella, que era corrupción en todos sus aspectos, o sea interna y externa, se supo también que se utilizaba doble contabilidad y que empresas ajenas a Siemens servían para canalizar los recursos monetarios para sobornar a personas”.

Expediente rasurado

El asunto se mantuvo en silencio durante el resto de la administración de Calderón y se reactivó dos semanas después de que Emilio Lozoya Austin fuera nombrado como director general de la petrolera.

Muller relató que habían entregado a Pemex varios correos electrónicos, que él había visto, en que se hablaba del pago de sobornos a Pemex. Pero estos mensajes “no fueron integrados al expediente de la Procuraduría General de la República (PGR)”.

“Recuerdo, por haberlos leído, varios correos (…) en los que se informa que ya se había entregado el paquete a los interesados y que no se esperaban más problemas con el contrato de Conproca y que estos recursos servirían para que Siemens México obtuviera cualquier autorización respecto a los trabajos extraordinarios, sobrecostos y cualquier otro concepto que Pemex no quisiera autorizar”.

La referencia al término “paquete” en esta comunicación significaba el pago de sobornos, según acotó el exfuncionario de Siemens.

Añadió que también había visto la minuta de un interrogatorio que respondió el líder del proyecto de remodelación de la refinería dentro de Siemens, Víctor Warketin, a los abogados de la SEC.

“A él le parecía obvio y nunca tuvo duda alguna que el dinero que se pagó al consultor de negocios finalmente terminaría en manos del alto funcionario de Pemex que los ayudaría para que Conproca lograra cobrar unos sobrecostos que Pemex estaba renuente a autorizar, por no existir certeza de que se hubieran causado”, dijo Muller.

Añadió que había visto los cheques pagados a Camil, que fueron exhibidos por Televisa en enero, que sirvieron “para comprobar la salida del dinero”.

Esta declaración se dio en presencia de Luis Rubén Esparza Navarro y María Yolanda Malanco Portas.

En esta primera declaración Muller no hizo referencia alguna a Nava, ni a ninguno de los otros funcionarios de Pemex que se mencionan en la ampliación de la denuncia en  Nueva York.

Meses después, Esparza ofreció a la petrolera concertar otra cita con Muller, pero pidió 1.3 millones de dólares para asegurar testimonios futuros.

Según los archivos en Nueva York, el abogado fue detenido el 16 de abril, acusado de extorsión, pero el 6 de mayo el exejecutivo de Siemens México declaró durante ocho horas ante la PGR.

La declaración, cuyo contenido aún no se conoce, tampoco haría referencia directa a Nava, según el texto de la ampliación que hizo Pemex ante la corte neoyorkina. Hasta ahora y según la documentación en poder de este diario, no está clara aún la implicación de Nava en los hechos.

Acuerdos con EU

Dos meses después de su ingreso a la compañía, de acuerdo con este relato validado por el notario, Muller tuvo que participar en varios interrogatorios de un despacho estadounidense que investigaba los casos de corrupción internacional de Siemens, que terminaron con un arreglo judicial entre la compañía alemana y la Securities and Exchange Commission (SEC) de Estados Unidos, por 1.6 billones de dólares en diciembre de 2008, “entonces la multa más alta que se había impuesto por este tipo de conducta”.

El reporte de la SEC, publicado por Reporte Indigo, dio cuenta de que el organismo estadounidense había concluido que en México existieron sobornos a Pemex a través de un consultor privado por 2.6 millones de dólares.

“Yo pude ver las facturas bajo las cuales se operó este esquema de soborno, ya que me mostraron dentro de la empresa facturas que elaboró el señor Jaime Camil y que presentó para su pago en Siemens México y que autorizó pagar el entonces director financiero, José Querubín”, dijo Muller en las oficinas de Pemex.

Agregó que en una reunión privada con Querubín, “estando solos los dos tratando el tema de la investigación del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, al revisar los papeles del caso, entre ellos los cheques de pago al consultor, me confirmó que él los había autorizado (…).

“No le podían acreditar ningún ilícito pues en el contexto estaba claro que finalmente el señor Jaime Camil entregó ese dinero a una persona con capacidad de decisión dentro de Pemex, que utilizó su cargo para influir en beneficio de Siemens México”.

Al conocerse los resultados de la investigación de SEC, Siemens decidió buscar al abogado general de Pemex, Néstor García Reza y contratar como abogado a Alberto Zínzer.

De acuerdo con el testimonio de Muller ante notario, el abogado de Pemex, García Reza, les comunicó que no tenían interés en hacer público el caso pero que sí debían interponer una denuncia ante el Órgano Interno de Control de la petrolera.

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