Aunque en 2005 se registraron tres veces más aprehensiones de migrantes que las ocurridas el año pasado, durante 2012 se reportó un mayor número de decesos de personas que tratan de cruzar la frontera de México hacia Estados Unidos.
Una nota publicada ayer por The New York Times revela que aunque estos datos indican que los cruces van a la baja, los indocumentados eligen cada vez tramos más peligrosos para evitar toparse con la seguridad fronteriza.
“El número de aprehensiones de migrantes ha disminuido de manera precipitosa en los años recientes, uno de los más fuertes indicadores de que menos gente ha tratado de cruzar la frontera ilegalmente. Pero las cifras de muertes de migrantes permanece alta”, dice la publicación.
Según datos de la organización estadounidense National Foundation for American Policy (NFAP), durante el año fiscal 2012 que terminó en septiembre, se reportaron 477 muertes de migrantes, y aunque es el más alto desde 1998, no logró superar al 2005 cuando se registraron 492 decesos.
El reporte de la organización también asegura que actualmente una persona que quiere cruzar la frontera ilegalmente tiene ocho veces más riesgo de morir en el intento que hace una década.
El diario explicó que el endurecimiento de la seguridad en la frontera ha empujado a los migrantes a buscar rutas de cruces en lugares más remotos y peligrosos. En el Valle de Río Grande (uno de los cruces más peligrosos) se recuperaron en el año fiscal 2011 150 cadáveres, casi la mitad de todos los de 2012.
(Con información de Notimex)
Narcos los reclutan
Parecería que cruzar la frontera es el reto más grande de los inmigrantes indocumentados en busca del sueño americano.
No suficiente con las bandas criminales y los obstáculos naturales que se cruzan por su camino, ahora los “recién llegados” están siendo reclutados a la fuerza por cárteles del narcotráfico.
Según un reportaje reciente de The Associated Press, 15 hombres fueron reclutados recientemente al otro lado del Río Bravo, en Brownsville, Texas.
AP relata que hombres armados llegan a los refugios y obligan a los inmigrantes a unirse a su grupo delictivo para que trabajen como guardias o transporten paquetes de mariguana a EU.
También los “coyotes” se ven obligados a pagarles por cada persona que llevan a la frontera.
