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A más de un año de la entrada en vigor de la nueva Ley de Salud Mental para Jalisco, expertos en el tema señalan que urge una reforma a la citada legislación, pues, aseguran, constituiría una solución al problema en la entidad.
Jalisco se sitúa en el segundo sitio a escala nacional, y por encima de la media nacional en cuanto a casos de suicidio.
En mayo del 2014, el secretario de Salud en Jalisco, Jaime Agustín González Álvarez, afirmó que con la nueva Ley de Salud Mental, que entró en vigor en febrero del año pasado, la meta sería de reducir en un 80 por ciento el número de suicidios que anualmente se presentan en el estado.
Francisco Gutiérrez Rodríguez, director del Centro de Evaluación e Investigación Psicológica e investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG), señala que la iniciativa de ley quedó corta
“Qué lamentable que en la Ley que se propone para el estado se ve una psiquiatrización del problema (…) Se tiende más al consumo de fármacos, que serán necesarios en algunos padecimientos, yo creo que esta Ley tiene que pulirse”, describe el experto.
Menciona además que debe ponerse atención especial a las medidas de prevención ya que éstas en ocasiones solo se reducen a conferencias, de las cuales no se tiene bien definido un registro sobre su efectividad.
“El modelo de prevención a veces está basado en dar pláticas, conferencias, no bajo mapas de riesgo de zonas donde están siendo detectados el mayor índice de casos de suicidio, por sector de la sociedad, por municipios, con un proceso escalonado de prevención”, explica Gutiérrez Rodríguez.
Isabel Valadez Figueroa, profesora e investigadora del Departamento de Salud Pública de la UdeG, declara que en el contexto del incremento del suicidio en niñas, niños y adolescentes las instancias gubernamentales crean medidas para impactar en la opinión pública, y aunque se tratan de “buenas intenciones” están desarticuladas.
“Son buenas esas medidas, pero yo las considero desarticuladas, aisladas, como un ente. Pasa el ‘boom’ y como que ya cumplieron ellos diciendo ‘es que hicimos una ley así, propusimos una iniciativa’, pero no se fijan en qué más puede pasar”, señaló.
Valadez Figueroa agrega que el suicidio no debe abordarse sólo desde el aspecto psicológico; para ella, es un fenómeno social que involucra al individuo, por lo que otras disciplinas tienen que ser integradas en la solución del problema.
La puerta a otros suicidios
“Cada año, por cada suicidio cometido, hay muchos más intentos de suicidio. Significativamente, un intento previo de suicidio es el factor de riesgo más importante de suicidio en la población general”, reconoce el más reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “Prevención del suicidio: un imperativo global”, publicado en 2014.
México es el noveno país de muertes autoinflingidas o suicidios, de una lista de alrededor de 53 países, de acuerdo con información de la Secretaría de Salud federal (SSA).
Y al interior de la República Mexicana, Jalisco se encuentra por encima de la media nacional, ubicado en el segundo lugar en el número de casos registrados, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En 2013, la entidad registró 481 suicidios, cifra apenas debajo de los 681 casos que sucedieron en el Distrito Federal.
La SSA asegura que el suicidio es la única muerte que se puede prevenir, aunque reconoce que no en todos los casos. También afecta mental y emocionalmente a los cercanos al suicida.
En 2012 la tasa de muerte por suicidio era de 11.4 por cada 100 mil habitantes; México, según cifras de la OMS, tiene hoy una tasa de 4.2, y se ha comprometido, junto con los otros 193 Estados miembros del organismo internacional, a reducir en un 10 por ciento la tasa de suicidios en un periodo que va de 2013 al 2020.
La tasa de Jalisco es de 6.7, casi dos puntos más que la media nacional.
“Los servicios de salud tienen que incorporar la prevención del suicidio como un componente central (…) La identificación temprana y el manejo eficaz son fundamentales para conseguir que las personas reciban la atención que necesiten”, advierte la OMS en su informe.
Rezago añejo, nueva ley
“Nuestra entidad tiene un rezago importante en la materia (de trastornos mentales en niñas, niños y adolescentes) y no cuenta con un lugar apropiado para el tratamiento integral del suicidio de esta población”, fue la advertencia que lanzó en 2010 en un pronunciamiento especial la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ).
Al igual que antaño lo hacía el organismo autónomo de derechos humanos, en la actualidad Francisco Gutiérrez Rodríguez señala que las instituciones han sido omisas en resolver la falta de infraestructura que atienda el suicidio en esa población, y abone a la prevención.
“Desde hace varios años venimos esperando la Clínica de Atención de Niños y Adolescentes, que se iba a instalar en el Instituto Jalisciense de Salud Mental y que lamentablemente este sector está desprotegido”, dice el investigador.
Con el rezago en medio del debate, académicos de la UdeG, en el marco del noveno Congreso Internacional de Salud Mental, llevado a cabo en marzo pasado, anunciaron que presentarán una reforma a la nueva Ley en la materia.
José de Jesús Gutiérrez Rodríguez, jefe del Departamento de Clínicas de Salud Mental, señaló aquella vez que la iniciativa de reforma incluye buscar un incremento en el presupuesto destinado a este tema, de mínimo 10 por ciento; en el Distrito Federal es de un 5 por ciento.
Los conocedores mencionaron que la inclusión de los colegios de psicólogos es básica en la integración del Consejo Estatal de Salud Mental –la participación de éstos no está contemplada en la norma.