Ni la Comisión de Derechos Humanos del DF (CDHDF), la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y el Gobierno del DF juntos han logrado destrabar el conflicto en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).
Por eso los actores políticos ven en la cabeza de la rectora, Esther Orozco, la única forma de terminar con la huelga que está por llegar a los 80 días.
El problema es que la intervención del aparato de gobierno es complicada, ya que se trata de un órgano con autonomía.
Por eso comienzan a diseñar una estrategia legal que les permita forzar la salida de la rectora, que, ante los ojos de legisladores y funcionarios de la administración local, se ha radicalizado.
Oficialmente, solo la diputada perredista Yuriri Ayala se ha pronunciado de manera abierta por la salida de Orozco.
La razón es que, a pesar de que se habla de que ya hay acuerdo en siete de los nueve puntos que se pusieron en la mesa, lo cierto es que existe un solo consenso: la cabeza de la rectora. Por eso, la legisladora afirmó que las valoraciones van en un solo sentido: quién representa a la parte que no quiere ceder, “y si es la parte de la rectora le hacemos un exhorto a que ella valore su permanencia”.
Y sobre la estrategia a seguir para poder intervenir en el conflicto, la Asamblea Legislativa está trabajando sobre una reforma a la ley de la universidad, “donde se cree un órgano electoral que pueda estar vigilando y regulando las elecciones internas de la universidad”.
La finalidad es evitar que conflictos electorales como éste escalen y en su lugar “que se puedan resolver en el interior de la universidad”.
La tarde del martes pasado, el GDF, a través del secretario de Gobierno, Héctor Serrano; la Comisión de Gobierno de la ALDF; y el ombusdman capitalino, Luis González Plascencia, organizaron una mesa de diálogo.
Las expectativas fueron altas. Y de manera mesurada aseguraron que ya había acuerdos entre la disidencia y la rectora de la UACM.
Sin embargo, ambas partes salieron de la reunión sin confirmar la postura de los mediadores. Tan así, que de manera informal explicaron que la única forma de avanzar es removiendo a la rectora.
El día de ayer transcurrió sin declaraciones de ninguno de los dos bandos. Caso contrario al de los terceros en discordia: “los neutrales” que exigieron terminar con el conflicto.
Natalia Luna, una de las representantes de este nuevo movimiento, dijo que un sector importante del personal docente no estaba de acuerdo con ninguno de los dos bandos.
En la edición del 14 de noviembre pasado, Reporte Indigo dio a conocer la aparición de este nuevo grupo que busca que se respete el pago puntual de sus salarios y la reincorporación a sus actividades.
Hasta el cierre de esta edición, el presidente de la Comisión de Gobierno de la ALDF, Manuel Granados, se mantenía firme en el discurso de que se han logrado avances significativos.
“Lo que hemos venido construyendo es un espacio de diálogo, de respeto. Nosotros hicimos una mesa de diálogo que incluye a todas la partes y bajo esa parte se escuchó la problemática de todas las partes y soluciones planteadas por ellos mismos.
“Elaboramos un acuerdo legislativo de nueve puntos y hasta la madrugada de hoy la rectoría aceptó los nueve puntos y los paristas aceptaron siete de los nueve, por lo que hay un avance significativo”, dijo Granados.
Pero en la práctica, los planteles siguen tomados y las posturas llevadas al límite.