Un diputado mafioso: ‘El Lince’
“El Lince”, quien fue candidato a diputado federal por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en Michoacán, estaba encargado de relacionarse con empresarios y de establecer puentes con las autoridades del Valle de México, según las autoridades.
Ya desde el 2009, otro de los testigos clave del “michoacanazo” denominado “Montana”, en su ampliación de declaración relató que fue el propio Nazario Moreno, alias “El Chayo” o “El más loco” quien designó a Saúl Solís como responsable en los municipios de Coacalco, Ecatepec, Talnepantla, Naulcalpan y Atlacomulco.
Indigo Staff“El Lince”, quien fue candidato a diputado federal por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en Michoacán, estaba encargado de relacionarse con empresarios y de establecer puentes con las autoridades del Valle de México, según las autoridades.
Ya desde el 2009, otro de los testigos clave del “michoacanazo” denominado “Montana”, en su ampliación de declaración relató que fue el propio Nazario Moreno, alias “El Chayo” o “El más loco” quien designó a Saúl Solís como responsable en los municipios de Coacalco, Ecatepec, Talnepantla, Naulcalpan y Atlacomulco.
A su vez, “El Lince” armó su propia estructura y delegó responsabilidades específicas a otros miembros de la organización a quienes les dio el cargo de comandantes de región.
Dichos “comandantes” cuentan con un número indeterminado de células, de acuerdo con el tamaño de la región asignada, los cuales se distribuyen a su vez en pequeñas células especializadas por tipo de delito, la que se encarga de los levantones, la que cobra las extorsiones, la que cobra los rescates, los responsables de ejecutar a quienes no cumplen y finalmente, los que distribuyen la droga en el territorio.
A lo largo de los municipios del Estado de México los llamados comandantes diversificaron las actividades delictivas de la Familia Michoacana, más allá de la venta de estupefacientes, fundamentalmente cocaína y marihuana.
Así se sumaron a la lista de extorsiones los propietarios de discotecas, bares y madererías, entre otros a quienes se les exigió un pago por derecho de piso.
Otro de los testigos de PGR que perteneció a La Familia Michoacana y proporcionó información de sus operaciones en el Estado de México, Marco Antonio Vásquez León, alias “El chino” detalló que al principio tenía un sueldo mensual de 16 mil pesos.
En cambio, quienes tenían el cargo de comandante de región obtenían recursos adicionales para la renta de casas, compra de carros, armas y alimentación; un millón y medio más se destina a la nómina con la que se paga el servicio de las autoridades que colaboran con el grupo.
“El comandante de cada región recibe cerca de un millón de pesos al mes para dichos gastos”, puntualizó.
Al puro estilo del “Michoacanazo” este hombre reveló que dentro de la nómina del grupo se encuentran servidores públicos del Estado de México, en particular del área de seguridad pública.
“Se encuentran a nivel estatal una persona de inteligencia de la Agencia de seguridad Estatal (ASE) en Toluca ya que coordina todo el Estado de México; el comandante Castillo, coordinador de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE) en Coacalco; en el Municipio de Melchor Ocampo, el hermano del edil que trabaja con él es el que recibe dinero para controlar a la policía municipal de ese lugar”.
De otros municipios mencionó sin dar nombres específicos al “director de seguridad del municipio de Jaltenco; el director de Seguridad Pública municipal de Nextlalpan; el subdirector de Seguridad Pública municipal de Zumpango, el director de Seguridad Pública de Tonalitla; de la Ministerial del Estado un elemento de apellido Albarrán y dentro de la UMAN DE Ecatepec (Unidad Mixta de Atención al Narcomenudeo) los comandantes de la ministerial y el AFI”.
El control de Solís Solís en el Estado de México concluyó con su detención el pasado septiembre de 2011. El Ejército Mexicano lo presentó como uno de los lugartenientes del grupo “Los Caballeros Templarios” que se separó de La Familia Michoacana.
La misma Sedena lo señaló como el encargado de la siembra y cosecha de enervantes, manejo de laboratorios de droga, extorsiones, secuestros y homicidios en diversos municipios de Michoacán, pero también del Estado de México.
En la recta final del sexenio de Felipe Calderón y de esta supuesta guerra contra el narco, los expedientes de testigos protegidos se apilan en la Procuraduría. El caso de Michoacán fue aleccionador. En el Estado de México simplemente no pasó nada mucho menos persecución.
Entre los gobernadores de ambos estados, Godoy de Michoacán y Peña Nieto del Estado de México, la diferencia es abismal; el primero marcado por la sombra de un hermano incómodo que a raíz de estos testigos protegidos es aún perseguido por sus presuntos nexos con el narco; el segundo, hoy busca la silla presidencial.