Un CISEN obsoleto
El aparato de inteligencia del Estado mexicano quedó al descubierto, nuevamente se discute si sus labores ayudan a preservar la seguridad nacional o si se ha convertido en una herramienta del gobierno federal en turno para espiar a adversarios políticos
Gibrán ZafraEl Cisen se colocó bajo la lupa. El aparato de inteligencia quedó al descubierto. Lo ocurrido con uno de sus agentes que fue evidenciado cuando seguía al precandidato Ricardo Anaya pone en el centro del debate, una vez más, si el organismo del Estado mexicano ha quedado obsoleto, ha perdido sus objetivos principales o le urge una reestructura.
Lo que pasó en Veracruz con el representante de la coalición Por México al Frente, formada por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, ha abierto la duda sobre si el despliegue de los agentes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional es utilizado para vigilar, e incluso intimidar a opositores.
En la grabación difundida por el panista se aprecia a un civil, quien al ser cuestionado, de inmediato revela que es del Cisen y que está comisionado para que no pase nada, luego da a conocer su nombre, José Juan Gaeta. Se transporta en un vehículo oficial, un Jeep gris con placas YHA8608.
En su defensa, el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, justificó que sí se da seguimiento a las campañas, pero que es burdo que se hable de espionaje, y agregó que el agente cuenta con una amplia trayectoria de 26 años.
Expertos sobre el tema concluyen dos cosas: la primera que no debe de ser una de las labores del Cisen seguir campañas políticas y la segunda es que la definición sobre las tareas del aparato de inteligencia incluidas en la Ley de Seguridad Nacional, reglamento del 2005, son ambiguas.
La experta en seguridad agrega que el Cisen debe contar con mecanismos de transparencia para responder a las acusaciones de espionaje político, porque no puede haber sospecha de que los aparatos de inteligencia son utilizados contra la oposición.
Otro factor importante, según Salazar, es que las tareas del organismo se han complicado con el nuevo Sistema de Justicia Penal, ya que todo tiene que ser traducido en pruebas para presentar ante un juez, y en varios informes, por ejemplo los del crimen organizado, no se quiere transparentar la forma en que se obtuvo la información.
Inteligencia no es espionaje
“En forma deliberada es un acto intimidatorio, se le puede dar la lectura de que el Estado está interesado en que la persona a la que se le da seguimiento se entere de que lo están vigilando, es preocupante, ya sea por torpeza o por intimidación”, afirma el experto en seguridad.
Tirado afirma que se debe pedir una revisión y reestructuración a los servicios de inteligencia en México, ya que se siguen basando en la Ley Seguridad Nacional, que ha quedado muy limitada.
Agrega que hay una imagen de que el Cisen se convirtió en un aparato faccioso que sirve a los intereses del gobierno federal en turno y eso es preocupante y debe ser cambiado.
Sin evolución
Alejandro Hope, analista de seguridad, ve una definición muy amplia sobre las tareas del Cisen incluidas en la Ley de Seguridad Nacional, en vez de ser estrechas dejan todo muy abierto, pueden ser aplicadas a cualquier cosa y critica que la norma del 2005 no ha tenido una evolución.
La Ley de Seguridad Nacional marca once atribuciones al Cisen, entre las que destacan operar tareas de inteligencia y procesar información que generen sus operaciones, entre otras, además de que identifica doce amenazas a la seguridad nacional en las cuales debe actuar este órgano.
Para el experto, las tareas específicas al interior del país del Cisen deberían ser el seguimiento a grupos armados, extremistas, terroristas o guerrilleros; y en el exterior es defender los intereses nacionales.