Un 25N muy violeta en México

Aunque la Organización de las Naciones Unidas (ONU) le asignó el color naranja a este día como símbolo de la eliminación de la violencia machista, las más de mil 500 mujeres que marcharon este sábado en la CDMX portaron el violeta como un mensaje de protesta por la prevalencia del flagelo en el país
Linaloe R. Flores Linaloe R. Flores Publicado el
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México aún no se pinta de naranja. El violeta predominó en las manifestaciones que desde las 12:00 horas de este sábado se realizaron rumbo al Zócalo capitalino bajo la etiqueta de 25N. Fue el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, según lo instauró la campaña Únete de la ONU para honrar a “las mariposas”. 

Ese fue el apodo que compartieron las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal quienes formaron parte del Movimiento Revolucionario 14 de junio en contra de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana. Sus cuerpos fueron encontrados el 25 de noviembre de 1960 con signos de ahorcamiento, tortura y golpes.

Color naranja

La ONU decidió asignarle al día un color: el naranja. La misma organización indica en sus documentos sobre la fecha que así se representa el optimismo y la libertad de las violencias infringidas en la historia hacia las mujeres. Pero Denisse, de 26 años, de pie en el Zócalo de la Ciudad de México, exclama que falta mucho para la erradicación de la violencia en este país y por eso, “el morado, el de la lucha, el de la lucha que aún tenemos que dar, aún manda, aún es el símbolo”. Está parada entre las figuras que honran a las ausentes por el delito de feminicidio. Ahí están sus nombres repartidos en la plancha del epicentro político de México sin señales de justicia.

Es la marea violeta como en 2019 o 2020. De frente, las vallas negras que resguardan Palacio Nacional y sobre ellas, la contundente leyenda: “México feminicida”. Es la escena mexicana que discrepa con las otras del mundo en las que el naranja sí se adoptó. Es el violeta vivo sobre todas las batallas. Una pancarta dice: “No sé coser, no sé bordar, pero sé abrir la puerta para ir a luchar”.

Luchar contra la violencia

En el micrófono se pide por las mujeres palestinas. “La violencia atraviesa las fronteras, compañeras, los de arriba están instalando la guerra como una nueva normalidad, pretenden que nos acostumbremos al horror, pero hasta la última célula de nuestros cuerpos se niega a someterse a este sistema de muerte. Las mujeres estamos en todos los territorios y nuestra solidaridad es global”, dice una voz de la Coordinación 8M.

Debajo del templete, Valentina quien inaugura su mayoría de edad, habla: “Aún no tenemos libertad de no ser violentadas físicamente. El violeta es nuestra identidad”. El ambiente a las 2 de la tarde ya tiene el tinte de la sororidad. Hay palabras y hay abrazos. Valentina comparte haber sido víctima de violación y abunda que el feminismo “es un camino para el alivio”. Y remarca: “No, no es naranja, es todavía violeta”.

La salida

Al mediodía, La Glorieta de Las Mujeres que Luchan fue el punto de encuentro para empezar la caminata. La vanguardia la tomaron las madres de víctimas de feminicidio, pero también marcharon ahí la Coordinadora Nacional de Usuarias en Resistencia, el Núcleo de Solicitantes de Vivienda sin Techo y la Acción Global Feminista por Palestina.

Con todo, el violeta no fue uniforme. La batucada la ejecutaron mujeres en amarillo quienes se identificaron bajo el feminismo internacional. La danza y el tambor tomaron 5 de mayo. Aunque los gritos exigían justicia y reclamaban la indiferencia ante el monstruo machista, hubo baile, risas, algo de fiesta. Más adelante, la chelista urbana, Valentina Montelongo, interpretó Bella Ciao, el himno de resistencia italiana en contra del fascismo.

Ningún disturbio durante tres horas. Ni siquiera el asomo del llamado “bloque negro”, ese grupo de encapuchadas que a veces toma acción en contra de monumentos y edificios. La consigna de “¡Fuimos todas! ¡Fuimos todas!” no fue necesaria en este 25 de noviembre de 2023. Pero, en las gargantas, sí estuvieron: “La policía no me cuida, me cuidan mis amigas”, “¡Varón aliado, te tenemos fichado!” “Ni una más, ni una más, ni una asesinada más” “¡Justicia!” Y tras las consignas, familiares y amigas de Lesly Martínez Colín, de 30 años, quien fue reportada como desaparecida el pasado 30 de abril en la Ciudad de México y cuyo cuerpo fue encontrado en Guerrero. Luz Perla, su mejor amiga, declaró: “Al color naranja no vamos a evolucionar mientras las carpetas de investigación en la Fiscalía no evolucionen”.

Más manifestantes

Al cuarto para las 15:00 horas otro contingente partió del Ángel de la Independencia. El grupo femenil “Ateneas” de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México lo flanqueó. Una colectiva de madres de víctimas de feminicidio cargó siluetas en las que se leían los nombres de sus hijas. La circulación de automóviles parecía indiferente y fue  desviado al Eje 1 Norte, Eje 1 Oriente, Fray Servando, José María Izazaga, Circuito Interior y Avenida Chapultepec. 

El Zócalo recibió a más contingentes del 25N. Alguien gritó su testimonio propio. A cambio recibió un abrazo colectivo. Más allá, se hiló un rap: “Soy la nieta de la bruja que no pudiste quemar … No conozco una mujer que no haya sufrido violencia … El miedo cambió de bando”. El suelo del Zócalo se llenó de letras negras que volvieron a preguntar por qué las mujeres son violadas y asesinadas y mutiladas y anuladas. 

A las 18:50, el Gobierno de la Ciudad de México contabilizó mil 500 manifestantes, Martí Batres Guadarrama, jefe de Gobierno, publicó un mensaje en la red social X. “Las diversas movilizaciones que se llevaron a cabo este sábado con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres se desarrollaron de forma pacífica y concluyeron con saldo blanco”, asentó. Pero fue el color violeta, el de la lucha permanente, el que predominó en este día en México.

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