UMA, herencia costosa
La administración de Salvador González Reséndiz se caracterizó por los excesos.
Las acusaciones sobre el aumento de la deuda pública tienen una explicación: nadie supo limitar las pretensiones del priista.
Primero fue la remodelación del Malecón; para esa obra se pidió un crédito de 46.5 millones de pesos con la banca comercial. El abrupto inicio de esas obras provocó inconformidad entre la clase empresarial y ciudadanos vallartenses.
Paloma RoblesLa administración de Salvador González Reséndiz se caracterizó por los excesos.
Las acusaciones sobre el aumento de la deuda pública tienen una explicación: nadie supo limitar las pretensiones del priista.
Primero fue la remodelación del Malecón; para esa obra se pidió un crédito de 46.5 millones de pesos con la banca comercial. El abrupto inicio de esas obras provocó inconformidad entre la clase empresarial y ciudadanos vallartenses.
Pero en el 2011 surgió la idea de hacer la nueva Unidad Municipal Administrativa (UMA) en la que se aglutinarían todos los servicios municipales en un mismo conjunto de edificios y con ello hacer más eficientes los procesos.
El Ayuntamiento encargó el proyecto arquitectónico al despacho Estudio 5.
Un edificio en “ele” y una torre administrativa rodeada de un plaza pública con árboles y bancas es parte del prototipo entregado a la administración.
La ubicación de la unidad fue motivo de críticas. Pues el terreno de nueve mil 226 metros cuadrados se encuentra en la colonia Portales, una zona proclive a inundaciones.
La obra se inició a principios del año pasado y tenía un costo de 41 millones de pesos según se informó al pleno del Ayuntamiento.
Pero año y medio después el municipio tuvo que pagar más de 120 millones de pesos: tres veces más de lo presupuestado.
Incluso se tuvo que donar una serie de terrenos –algunos en la zonas más exclusivas del municipio como Marina Vallarta– a la empresa Constructora Metropolitana de Guadalajara SA de CV a fin de pagar poco menos de 25 millones de pesos que aún le adeudaban.
Según el documento de entrega-recepción que elaboró la administración del actual alcalde Ramón Demetrio Guerrero Martínez, se “requiere la inversión de 160 millones de pesos para efectos de ser funcional”.
Pues para su operación se deben construir “obras pluviales, puentes y nodos vehiculares, alumbrado público y otras complementarias al interior del inmueble, como son: aire acondicionado, escaleras de servicio, instalaciones eléctricas, sistemas de voz y datos, señalética y sistemas de protección y seguridad”.
Según registros de la prensa el ex alcalde tenía vínculos con la empresa constructora. Pero González Reséndiz soslayó las críticas y siguió con el proyecto de edificación de oficinas.
Aún sin estar terminado el edificio y a pocos días de culminar su administración, González Resendiz determinó iniciar con la mudanza de tres dependencias entre ellas las direcciones de Desarrollo Social, Planeación Urbana y Obras Públicas.
Las oficinas del cabildo y otras dependencias quedaron fuera de la mudanza, por lo que el proyecto de convertir el actual Ayuntamiento en museo de arte moderno quedó en intención fallida.
De hecho ese proyecto tenía un costo adicional de 150 millones de pesos.