Dobles sueldos, viajes internacionales y choferes de lujo pagados del erario universitario, como lo ha documentado Reporte Indigo, han convertido a la Universidad de Guadalajara (UdeG) en la generadora de una élite que se concentra en la burocracia.
A estos dispendios se suman erogaciones que, bajo el pretexto de seguridad, han servido para mejorar las instalaciones de la alta burocracia universitaria, como lo son los millones que cada año se etiquetan para remodelar el edificio que alberga a la Rectoría General.
Durante cada año, el presupuesto universitario destina recursos públicos a lo que denomina Infraestructura física de la administración general, recursos que en remodelaciones al edificio que alberga a la administración central ha sumado un total de 138 millones 818 mil 408 pesos durante el rectorado de Tonatiuh Bravo Padilla, de 2014 hasta este 2016.
Una revisión de Reporte Indigo a los presupuestos, iniciales y ampliados, refleja un presupuesto que alcanzaría para pagar el subsidio de más de 3 millones 200 mil alumnos, considerando el subsidio por alumno de 42.24 pesos que paga la UdeG, uno de los más bajos del país.
Esta búsqueda resultó luego de que la Coordinación de Transparencia de la UdeG respondiera al expediente 608/2016 sobre el presupuesto de 2016 para la remodelación de las instalaciones centrales de la universidad.
Oficinas a su gusto
Un total de 17 millones 300 mil fueron para la remodelación del piso menos uno del edificio, según la respuesta, aunque este monto es mayor debido a lo que en el presupuesto de 2016 se etiquetó, con todo y la reciente ampliación, por lo que al final la infraestructura de la administración central representó un gasto de 14 millones 220 mil pesos sólo para el edificio de la rectoría.
El mayor gasto fue en 2014, cuando se erogaron 77 millones de pesos, de esa cantidad 21 millones se etiquetaron en diversas obras que en el presupuesto quedaron como “Entorno urbano. La universidad como desarrolladora de su entorno”.
Dicho proyecto incluía un proyecto ejecutivo de la imagen urbana de la calle de Escorza, a un costado del Paraninfo de la UdeG, cambios en la plazoleta y las banquetas aledañas a los edificios centrales de la universidad, y el proyecto ejecutivo de un edificio en Enrique Díaz de León y Vallarta con seis niveles para oficinas y tres para 95 cajones de estacionamiento.
Mientras que los otros 55 millones 730 se destinaron para la remodelación de diversos pisos, los de algunas dependencias principales.
Dichos pisos han sido el 5, 7, 9, 11 y 12, que albergan a la Secretaría General, cuyo titular es Alfredo Peña Ramos, la Vicerrectoría Ejecutiva, a cargo de Miguel Ángel Navarro, la Contraloría General, con Asunción Torres Mercado.
Sobresaliendo el caso de los pisos 11 y 12 del edificio, donde se encuentra la Rectoría General, a cargo de Tonatiuh Bravo Padilla.
Anteriormente estas oficinas se encontraban en un solo piso, siendo el 12 destinado para la radiodifusora local de la universidad, que fue removida a la zona de los Belenes por el requerimiento de espacio por parte de Bravo Padilla.
¿Presupuesto insuficiente?
Bajo el argumento de que el recorte federal afectará significativamente el reparto en el gasto universitario, el rector ha optado por hacer pública su necesidad de más recursos. Sin embargo este tema no es bien visto al interior de la propia casa, pues grupos descontentos con el reparto actual mencionan que hay egresos que resultan no sustanciales.
Así lo expuso Enrique Cuevas Rodríguez, profesor de econometría de la UdeG y miembro del Colectivo de Reflexión Universitaria durante el foro “Presupuesto universitario: ¿cómo se usan nuestros recursos?”, que se realizó el jueves pasado junto con colectivos estudiantiles.
“Los ingresos que tiene la universidad son gigantescos comparados a los magros resultados que da en cuanto a indicadores, que a veces quien los presenta y es la rectoría, oculta mucha información”, señaló Enrique Cuevas.
Aunque la matrícula ha incrementado poco, reflejo del interés por los alumnos, ya que la UdeG tiene un subsidio por alumno de 42.24 pesos y un sueldo a los profesores de asignatura, los más bajos del escalafón, entre los 80 y 100 pesos por hora-clase impartida.
“¿Saben la matricula en cuánto ha crecido en la universidad? Sólo 3.6 por ciento, mientras que el presupuesto 10 por ciento en términos nominales, 7 por ciento en términos reales. Es decir, el doble del crecimiento se lo ha llevado el presupuesto y la matricula se ha quedado abajo”, explicó Cuevas Rodríguez durante su ponencia.
La bonanza en Rectorías
Estas inversiones parecen mínimas en oposición a otros gastos, como el sueldo del rector general de la UdeG, por encima del salario del gobernador.
Así lo evidenció un reciente trabajo de investigación del diario El Siglo de Torreón, en el cual la UdeG queda posicionada entre las 11 universidades cuyos rectores reciben una remuneración mayor al de los gobernadores de las entidades federativas.
Consultado por El Siglo de Torreón, Carlos Ornelas Navarro, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana campus Xochimilco, opinó que los gastos en burocracia y las prestaciones a los sindicalizados de las universidades han debilitado sus funciones básicas, como son la docencia y la investigación.
“Hay mucho desperdicio y gasto en burocracia que no se justifica, hay una sobrepoblación de trabajadores administrativos que no producen y que en otros países no se justificaría de ninguna manera. Esto de que los rectores de universidades ganen más que los gobernadores de sus estados”, expresó Ornelas Navarro.