Desde que fue creado en 2006, Twitter se convirtió en un laboratorio en el que se puede medir e incluso predecir el comportamiento de la sociedad. Funciona como megáfono para replicar denuncias, pero también mensajes de odio. Es un escaparate, pero también una guillotina.
Ahora, la red social propiedad del multimillonario Elon Musk puede ser utilizada para predecir el resultado de las elecciones.
De acuerdo con las conclusiones de la investigación “Design and analysis of tweet-based election models for the 2021 Mexican legislative election” realizada por la empresa Metrics y el Aspen Institute México, en conjunto con un grupo de científicos mexicanos de la UNAM y extranjeros del Niels Bohr International Academy, el termómetro de los posibles resultados de una elección pueden ser más precisos con Twitter que con los sondeos tradicionales.
La investigación comprueba que existe una correlación entre las preferencias políticas partidistas que los usuarios expresan en Twitter y los resultados electorales en México.
Los resultados se basaron en el estudio de más de 15 millones de tuits enviados durante las Elecciones Legislativas que se llevaron a cabo en el 2021, los cuales les permitieron a los científicos crear un modelo de predicción de resultados electorales con un margen de error más bajo que el de las encuestas tradicionales.
Twitter, la bola de cristal
Es decir, con Twitter se puede medir el comportamiento de los ciudadanos en edad de votar.
“Descubrimos que los modelos que utilizan datos con atributos geográficos determinan los resultados de las elecciones con mejor precisión que los métodos de sondeo convencionales. Estos resultados demuestran que el análisis de los datos públicos en línea puede superar a los métodos de votación convencionales, y que el análisis político y la previsión general probablemente se beneficiarían de incorporar dichos datos en el futuro inmediato”, concluye el estudio.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, en México existen más de 80 millones de usuarios de internet, lo que representa más del 72 por ciento. Debido al alto número de usuarios, las redes sociales cada vez son más un reflejo de la realidad y la línea entre on line y off line se borra.
“Estos hallazgos sugieren que hemos llegado a un periodo en el que la actividad en línea, debidamente curada, puede proporcionar una representación precisa del comportamiento fuera de línea”, agrega el estudio.
Usuarios verificados ganan a bots
Para comparar las opiniones en Twitter con los resultados electorales de 2021, los especialistas dividieron las simpatías y ataques al partido en el poder y sus aliados y del otro lado la oposición.
Si bien el modelo fue efectivo, la investigación señala que los bots, que pueden representar hasta el 15 por ciento de los usuarios de la red social, pueden interferir en los resultados pero no son definitivos.
“No todas las cuentas de bots son maliciosas, están activas simultáneamente o participan en propaganda política. Los estudios han explorado que los bots que participan en la propaganda política tienden a distribuirse en todo el espectro político y desempeñan un papel en la amplificación de un intercambio de contenido en lugar de crear una horda de seguidores partidistas.
“Existe evidencia de que las cuentas verificadas juegan un papel más importante que los bots durante eventos políticos polémicos. Por eso, no incorporamos detección y filtrado de bots en nuestro análisis. Centrarse en usuarios únicos y descuidar las lealtades extremadamente positivas o negativas es útil para marginar a los bots”, explica el estudio.
Espiral del silencio y nuevos algoritmos
Para el especialista en imagen y redes sociales, Enrique Ortega, las redes sociales comenzaron a ser un termómetro de la opinión popular y de la intención del voto en México desde el 2012.
“En aquel entonces de quién más se hablaba era de Enrique Peña Nieto, pero más de la mitad de menciones eran negativas. Aún así llegó a la Presidencia. Veíamos una tendencia en las redes sociales pero todavía no una definición. Ahora ya hay definiciones”, comenta.
Uno de los factores que puede interferir en la medición de las encuestas tradicionales, dice Ortega, es algo que se conoce como “La espiral del silencio”.
“Lo que estamos viendo en las encuestas ya lo vimos en Estados Unidos con Donald Trump. En las encuestas tradicionales la gente se inhibe a decir la verdad, lo que realmente piensa. Un poco por el qué dirán, un poco por el contexto, les da pena, van apurados. Las encuestas están demostrando una confiabilidad menor, pero en internet la gente se desnuda por completo.
“Un ejemplo de esto es que a partir de que Barack Obama asumió a la Presidencia de Estados Unidos, aumentaron las búsquedas del Ku Klux Klan, había mucha gente enojada de que una persona de color tomara la Presidencia, esto lo supo Donald Trump, lo capitalizó y esperó el momento del hartazgo popular y esa es la razón por la que se dio el bandazo al lado contrario”, explica.
A raíz de que Elon Musk se convirtió en el dueño de Twitter, dice Ortega, el algoritmo se comenzó a abrir y como usuario uno comienza a ver cosas que antes no veía.
“Existe cierta imitación al algoritmo de TikTok, en el que los temas y comentarios que a ti te gustan, Twitter los va a detectar y te va a mostrar tweets que tengan que ver con ese tema.
“Esto ocasionará que se agradezca el sentir de que si eres pro López Obrador creas que todo mundo es pro López Obrador. Va a haber una percepción ciudadana de más polarización, sin embargo, esa no será la realidad. Los expertos en medición de redes sociales van a tener mucha tarea”, concluye.