Leo, de seis años de edad, despertó una mañana alarmado por una llamada. El pequeño explicó a su abuela, a cuyo cuidado se encontraba en ese momento, que al contestar el celular con el que regularmente juega en línea una voz de hombre pronunció su nombre, lo que le generó pánico.
Después de colgar esta llamada, Leo reportó a su abuela y a sus tíos lo sucedido, tras verificar que se trataba de una clave lada de otra entidad, su tío pudo relacionar el número de teléfono con un jugador en línea, adulto, quien suele interactuar con menores de edad.
Niñas, niños y adolescentes se encuentran vulnerables durante el uso de redes sociales y aplicaciones de juegos por internet, debido al peligro que implica no conocer quién está del otro lado de la pantalla.
Ser adicto a Internet es una manera en la que niños y adolescentes escapan de sus problemas, pero ¿qué riesgos hay? https://t.co/sDnMR9nu4y pic.twitter.com/Mh34DFUSdO
— Reporte Índigo (@Reporte_Indigo) May 13, 2017
De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el 70 por ciento de los mexicanos usan internet, de los cuáles, un gran porcentaje son adolescentes. Entre el 80 y 94 por ciento de las niñas, adolescentes y jóvenes de entre 12 y 17 años tienen acceso a una computadora.
Además de riesgos como el ciberacoso, los menores de edad se encuentran expuestos a ser víctimas de delitos como el robo de identidad, de datos personales y la posibilidad de ser enganchados a redes de trata con fines de explotación sexual a través de la interacción entre usuarios de juegos en línea.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), 8 de cada 10 niños en edad escolar pasan más de dos horas diarias frente a una pantalla, lo que los expone a ser víctimas de estos delitos.
Derechos digitales
Lo que le sucedió a Leo es cada vez más común, debido a que los criminales buscan contactar a menores de edad a través de juegos en línea y redes sociales.
Además de la interacción con adultos que se hacen pasar por niños y los riesgos que esto implica, de acuerdo con Unicef el contenido sexual explícito, al que los menores pueden acceder fácilmente a través de redes sociales, el robo de material sexual autogenerado, de datos personales y de identidad son otras de las dificultades a las que las niñas, niños y adolescentes se enfrentan al integrarse al mundo digital.
La dirección General Científica de la Guardia Nacional identifica también como peligros emanados de internet para las infancias los retos en línea, el ciberacoso escolar y la pornografía infantil.
Aunque alejar a los menores de edad de los medios digitales se presenta a menudo como una solución, lo cierto es que las niñas, niños y adolescentes tienen el derecho de usarlos, según lo previsto por la Convención sobre los Derechos del Niño, en su Observación general número 25, relativa a los derechos de los niños en el entorno digital.
Continuamos con las palabras inagulares de la Senadora @JosefinaVM, Presidenta de la Comisión de Derechos de los Niños y Adolescentes de la Cámara de Senadores.
Gracias por visibilizar el contexto de los Derechos Digitales De los Niños y las Niñas en México. 🙌 pic.twitter.com/EHtIqamacm
— C Minds (@CMinds_co) March 14, 2023
Juan Martín Pérez García, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, coincide con esta visión, pues el uso de dispositivos con internet forma parte de su cotidianidad y su momento histórico.
“Ocho de cada 10 niñas, niños y adolescentes de todo el mundo, se comunican y socializan a través de dispositivos móviles, entonces el internet y la vida digital forman parte de este momento histórico para ellos y no podemos evitar que los usen”, afirmó Juan Martín.
De acuerdo con el exdirector de la Red por los derechos de la infancia en México (Redim), este hecho evidencia la necesidad de conversar más ampliamente acerca de los derechos digitales de los menores de edad y de la obligación de los Estados de garantizar un entorno digital seguro.
“Esto nos lleva precisamente a la necesidad de hablar de derechos digitales. Como personas, todas y todos tenemos derechos, y un conjunto de ellos son los digitales. Entonces las niñas y niños también tienen derechos digitales y esto nos lleva a reconocer que nosotros, las personas adultas somos migrantes digitales, o sea nacimos en el siglo pasado y no nos tocó el internet y el mundo digital en la misma medida, en nuestra infancia, que a nuestros niños, necesitamos entonces un diálogo intergeneracional, porque si partimos de nuestro criterio, puede no ser apropiado porque nuestra experiencia no fue digital.
“Entonces este diálogo intergeneracional, los derechos digitales y el hecho de que los menores están socializando a través de internet, llevó al Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas a realizar la Observación General número 25, referente a las obligaciones de los Estados para que los derechos de las niñas, niños y adolescentes se respeten en el mundo digital, algo que supone varios desafíos”, mencionó.
Derecho no garantizado
Aunque el número de niños de entre 6 y 11 años que usan internet incrementó en los últimos años en México, pasando de 67.8 por ciento en 2017 a 74.9 por ciento en 2021, según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (Endutih) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), lo cierto es que el acceso a internet aún no ha sido garantizado a las infancias.
En su Observación general número 25, el Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas reconoce la importancia que el entorno ha adquirido en la vida de las niñas, niños y adolescentes y la importancia de que sus derechos se protejan aún en este entorno.
“Los derechos de todos los niños deben respetarse, protegerse y hacerse efectivos en el entorno digital. Las innovaciones en las tecnologías digitales tienen consecuencias de carácter amplio e interdependiente para la vida de los niños y para sus derechos, incluso cuando los propios niños no tienen acceso a Internet. La posibilidad de acceder a las tecnologías digitales de forma provechosa puede ayudar a los niños a ejercer efectivamente toda la gama de sus derechos civiles, políticos, culturales, económicos y sociales. Sin embargo, si no se logra la inclusión digital, es probable que aumenten las desigualdades existentes y que surjan otras nuevas”, menciona la ONU.
María subraya por qué queda mucho por hacer para proteger a los niños y niñas en el
espacio digital. Lee las reflexiones de niñas de América Latina y el Caribe sobre sus derechos
digitales: https://t.co/AuOaLDt16K#DigitalRightForGirls pic.twitter.com/E8OgH83pgc— Save the Children SV (@SCElSalvador) March 25, 2023
En este texto, se señala que, aunque el entorno digital no fue creado en su principio para los niños, ahora forma parte importante de sus vidas, por lo que los Estados deben garantizar que el Interés superior de la niñez también se cumpla en este ámbito.
“En esas actividades, los Estados partes deben recabar la participación de los órganos nacionales y locales encargados de vigilar que se hagan efectivos los derechos de los niños. Al considerar el interés superior del niño, deben tener en cuenta todos los derechos de los niños, incluidos su derecho a buscar, recibir y difundir información, a recibir protección contra todo daño y a que sus opiniones se tengan debidamente en cuenta, y deben asimismo garantizar la transparencia en lo tocante a la evaluación del interés superior del niño y a los criterios aplicados al respecto”, menciona el documento.
Ciberacoso en aumento
Uno de los problemas que las niñas, niños y jóvenes enfrentan con más frecuencia en su vida diaria es el ciberacoso.
El ciberacoso es definido por Unicef como “la intimidación por medio de las redes sociales o medios digitales como juegos o plataformas de mensajería. Es un comportamiento que se repite y busca atemorizar, enfadar o humillar a otras personas”.
De acuerdo con datos del Módulo sobre el Ciberacoso (Mociba) del Inegi, levantado entre agosto y septiembre de 2021, 21.7 por ciento de la población que usa internet vivió alguna situación de acoso cibernético, equivalente a 17.7 millones personas de 12 años o más. De este porcentaje 9.7 millones son mujeres y 8 millones hombres.
Del 100 por ciento de los adolescentes de entre 12 y 19 años encuestados, 29.9 habían sido víctimas de ciberacoso hasta 2021.
Mel, una niña de 12 años de edad, vivió una situación de ciberacoso a través de distintas plataformas por parte de sus compañeros de la escuela, quienes trasladaron el asedio al plantel escolar.
Cuando la pandemia de COVID-19 estalló en 2020, Mel contaba con 10 años de edad. Ante la imposibilidad de salir durante las olas más fuertes de contagio, la pequeña se refugió en la creación de videos humorísticos junto a su padre, su madre, su hermana y otros familiares.
Los videos, los cuales fueron subidos a petición de la niña a TikTok por sus padres, aunque fueron creados con supervisión parental se convirtieron en un arma contra su creadora, pues dos años después uno de sus compañeros de la escuela encontró su canal y comenzó a difundir el material audiovisual creado por la menor a través de sus estados de WhatsApp, con el objetivo de burlarse de ella. Esto ocasionó serios problemas psicológicos en la adolescente como ansiedad.
Respetar el mínimo de edad
En su definición de ciberacoso, Unicef considera que acciones cómo difundir mentiras, burlas o publicar fotografías vergonzosas de alguien, así como enviar mensajes hirientes o amenazas a través de servicios de mensajería y hacerse pasar por otra persona y mandar mensajes de todo tipo a su nombre, constituyen este tipo de acoso.
Al respecto, Juan Martín Pérez García, resalta la importancia de que los padres respeten los límites de edad que fijan las aplicaciones para sus usuarios, pues en el caso de plataformas como TikTok, la edad mínima para poder usarla son 13 años.
No solo en la calle, escuela o trabajo. La violencia contra las #mujeres también se manifiesta de manera digital. Este #8Marzo2022 #NoEstásSola. Te decimos cómo actuar si fuiste víctima de #ciberacoso
https://t.co/PjZHNYAqBT pic.twitter.com/YDIKtE9Vn3— Reporte Índigo (@Reporte_Indigo) March 8, 2022
“Entonces que un niño acceda a varias redes sociales antes de los 13 años de edad se considera un problema de responsabilidad parental, la cual debe ser ejercida a plenitud por ambos progenitores, pues los términos y condiciones liberan a la industria de tener responsabilidad en estos casos”, mencionó.
Pérez García también llamó a cuidar la huella digital de los menores de edad, lo que implica no subir imágenes de los bebés, niñas y niños que por sus limitaciones de edad no están habilitados para dar o no su consentimiento.
Hacia un entorno digital seguro
Aunque varios de los peligros a los que se enfrentan las niñas, niños y adolescentes que navegan en internet son inevitables debido a la enorme cantidad mundial de usuarios, tanto los menores de edad como sus padres o tutores pueden establecer acciones para garantizar su seguridad en el mundo digital.
El uso de dispositivos bajo supervisión parental, es una de las primeras acciones que se pueden implementar desde el hogar para salvaguardar la integridad de los niños. A través de esta acción, los padres pueden ayudar a los menores a discernir sobre la información que obtienen en la red y enseñarles a reconocer cuándo se trata de información falsa.
De acuerdo con la observación general número 25 del Comité de los Derechos del Niño, los menores de edad tienen el derecho de recibir información veraz a través de medios electrónicos.
Juan Martín Pérez García, coordinador de Tejiendo Redes Infancia, destacó la importancia de que este y otros derechos, como la libertad de expresión y la privacidad, se garanticen.
“Otros derechos digitales de las niñas, niños y adolescentes son el acceso a información verificada, el derecho a la libertad de expresión, es decir, que ellos generen contenido, que no vivan invasiones a su privacidad; que sus equipos no sean revisados, que puedan organizarse en línea”, asegura.
Por otra parte, el Comité de los Derechos del Niño resalta la importancia de que los Estados trabajen activamente para que los derechos digitales de los niños no sean menoscabados.
“Los Estados partes deben cerciorarse de que los mandatos de las instituciones nacionales de derechos humanos y otras instituciones independientes pertinentes abarquen los derechos de los niños en el entorno digital y que estas puedan recibir, investigar y atender las denuncias presentadas por niños y sus representantes. Cuando existan órganos de supervisión independientes encargados de vigilar las actividades relacionadas con el entorno digital, las instituciones nacionales de derechos humanos deben colaborar estrechamente con esos órganos para garantizar el cumplimiento efectivo de su mandato en relación con los derechos de los niños”, menciona este organismo.