La pandemia por COVID-19 asestó el golpe más duro de la historia al turismo en México.
Una industria que asegura se necesitan realizar acciones extraordinarias en estos momentos como respaldar los puentes largos, la inversión extrajera en playas o exenciones fiscales para que la industria subsista.
El Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET) entregó a la Cámara de Diputados y al Senado de la República una iniciativa de apoyo al sector, pues prevé que en México desaparecerán un millón de empleos, aunado a que las pérdidas en materia fiscal rondan ahora los 100 mil millones de pesos.
Además, el sector informal también sufrirá un colapso, ya que en los puntos turísticos hay trabajadores que ofrecen servicios que dejaron de operar con esta pandemia.
La afectación principal provino de la medida de confinamiento que va contra toda la lógica de la actividad turística al recomendar a la gente que se quede en casa.
Otra mala noticia es que a esto no se le ve final hasta que llegue una vacuna o un tratamiento contra la enfermedad, ya que puede presentarse un rebrote de COVID-19. En tanto, los centros turísticos operarán con menor capacidad y esto podría encarecer la actividad.
El sector está verdaderamente asfixiado y la situación actual tiene tres puntos que explican por qué el turismo fue tan afectado, dice Francisco Madrid Flores, director del Centro de Investigación y Competitividad Turística Anahuac (Cicotur).
“Uno es la medida de quedarse en casa, la del confinamiento obligatorio, como segundo punto, la recesión que le pega al ingreso de las personas que seguramente preferirían otro tipo de consumos antes del turismo.
“Y tercero, como no sabemos qué va a pasar, hay una parte de la población que tendrá aversión a viajar por miedo al contagio”, explica.
Un dato alarmante es que hasta la fecha han cerrado en el país 30 mil restaurantes, que en cuestión de empleos suman alrededor de 200 mil plazas del sector turismo.
La iniciativa del sector privado
El CNET lanzó un llamado de ayuda a los congresistas para que apoyen al sector en esta situación inédita a través de paquetes legislativos que permitan la inversión privada en playas nacionales, la creación de puentes vacacionales y exenciones fiscales para prestadores de servicios, entre otros.
“En el caso de México nosotros pensamos que puede suponer una caída del consumo turístico de 1.6 billones de pesos, que es el 25 por ciento de Presupuesto de Egresos de la Federación, que alcanza para construir 11 trenes mayas completos u ocho refinerías como la de Dos Bocas, una cifra verdaderamente descomunal.
“Eso puede hacer que de los 7 puntos que pensamos caerá el PIB nacional, un poco más de la mitad tenga que ver con la crisis del turismo”, afirma Francisco Madrid Flores.
Señala que en otros países se han articulado estrategias para enfrentar la caída en el sector y por ello es imperante que el Poder Legislativo apoye a la industria a través de estas reformas urgentes.
“Con la disminución de ingresos públicos una caída de esta naturaleza puede suponer una reducción en términos de captación fiscal federal de un poco más de 100 mil millones de pesos de IVA e ISR y del derecho de no residente”, dice.
Imagen de México en riesgo
Si la imagen de México queda dañada por la estrategia para contener el COVID-19 esto incidirá en la llegada de visitantes a nuestro país, alertó la doctora Ilia Alvarado Sizzo, investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM
“Algo relacionado con el COVID que está afectando gravemente, no solo el presente sino también el futuro turístico del país, es la imagen que se está proyectando de México como un país en el que la epidemia está fuera de control, que no se están tomando las medidas adecuadas.
“Hacia el exterior esta situación va a afectar muchísimo a la recuperación turística porque la afluencia turística de un sitio depende mucho de la imagen que se proyecta”, apunta la especialista.
“Si México ahora mismo está proyectando la imagen de un país que no puede lidiar con la crisis, que no puede solucionar el problema de coronavirus, eso evidentemente va a afectar la decisión de futuros visitantes para venir”.
“Chichén Itzá, que es el sitio arqueológico en el sureste que recibe más visitantes extranjeros, está lleno de vendedores de artesanías, alimentos, guías turísticos, que quizás no están registrados”, ejemplifica Alvarado Sizzo.
“Todas estas personas no estarían apoyadas por las estrategias del gobierno y yo creo que viéndolo en términos realistas son quizás después de las empresas hoteleras, de aviación y de transporte, el segundo sector que será más afectado”.
El Gran reto del turismo
El gobierno y la industria del turismo tienen que buscar cuál es la mejor estrategia para después de la pandemia.
Lo que está claro es que la llegada masiva de visitantes extranjeros dejará de ser una opción para muchas empresas, asegura el investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM Jafet Quintero Venegas.
“La pandemia tendría que servir para replantearnos nuestra relación con los viajes porque si lo que se va a ver como algo negativo son los espacios con grandes grupos de personas, con grandes aglomeraciones, el turismo masivo ya no es opción”, explica el especialista.
“Pienso en Acapulco en Semana Santa, que se supone que es lo que no se va a querer, pero al mismo tiempo es el tipo de espacios que más turistas logran concentrar a lo largo del año, entonces ese es el gran reto: cómo se le va a hacer para que los espacios sean atractivos pero que al mismo tiempo se mantengan las reglamentaciones de salud”, cuestiona Quintero Venegas.
Recuerda que los viajeros ahora tendrán muchas restricciones en las que podrían pasar hasta cuatro horas en los aeropuertos, y aunque podría haber un abaratamiento de los paquetes para vacacionar, las empresas de transportación aérea, terrestres y los hoteles no podrían con sus gastos al tener una ocupación máxima de 30 por ciento, como se prevé en esta nueva etapa.
“En el semáforo naranja los hoteles pueden abrir pero al 30 por ciento de su capacidad, los vuelos se supone que tienen que tener esta distancia de un metro entre pasajeros. Yo veo muy difícil que se dé un turismo barato y también veo muy difícil que las líneas abaraten sus costos”, explica.
El experto llama sobre todo a seguir un “código ético de turismo” para la recuperación del sector como no explotar los recursos naturales.