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Tras el rastro de un abusador

Los hechos violentos de Connecticut, Estados Unidos, y Xinyang, China, obligan a encender los focos rojos de la violencia dentro de las aulas. En las de México abunda la agresión sexual contra menores por parte de quienes, en teoría, tienen la misión de protegerlos, los maestros.

Si no fuera por el empeño de las familias afectadas, el caso de Adrián Limón Ramos, profesor procesado por abuso sexual, podría pasar desapercibido debido a una condena leve de cuatro años y cuatro meses
Una de las claves que permiten que ocurra el abuso sexual es el secreto y el miedo al escándalo público
Hay muchos cabos sueltos en la investigación en torno a este maestro, que esgrime como excusa para su comportamiento que quería a los niños como un padre

Los hechos violentos de Connecticut, Estados Unidos, y Xinyang, China, obligan a encender los focos rojos de la violencia dentro de las aulas. En las de México abunda la agresión sexual contra menores por parte de quienes, en teoría, tienen la misión de protegerlos, los maestros.

Coincidiendo con esas tragedias escolares, Reporte Indigo dio a conocer el caso de abuso sexual múltiple ocurrido dentro de los muros del colegio privado InterKids, en la delegación Tlalpan del Distrito Federal. Menos espectacular que otro tipo de agresiones, pero igualmente dañino para las víctimas, es sometido al secreto, al silencio tanto por las familias como por los agredidos. Es un gran iceberg, una realidad oculta por falta de cifras oficiales veraces y por las escasas denuncias sobre el número de episodios ocurridos.

Así sucede con Adrián Limón Ramos, profesor de robótica procesado por abuso sexual y con una condena leve de cuatro años y cuatro meses, impartida por el juez 45 penal del DF, Gerardo Campos Malagón, cuyo caso podría pasar desapercibido si no fuera por el empeño de las familias de las víctimas, que se muestran dispuestas a denunciar para que esto no vuelva a ocurrir.

Antecedentes

Igual que ocurre con Adam Lanza, el joven homicida estadounidense de apenas 20 años, cuya historia personal es clave para entender por qué mató a tantos, los antecedentes familiares de Adrián Limón Rojas, de 28 años, son fundamentales para ubicarlo como un agresor sexual.

Cuando era un niño, sufrió abusos por parte de un familiar, lo que le habría llevado a repetir ese patrón en su edad adulta con los niños de apenas cinco años que estaban bajo su custodia.

Hasta aquí los detalles conocidos. Pero quedan muchos interrogantes en la investigación en torno a este maestro que esgrime como excusa para su comportamiento que quería a los niños como un padre.

Entre los cabos sueltos, queda por investigar posibles episodios similares en otras escuelas donde Adrián Limón Rojas impartió talleres.

Esto fue al menos lo que hizo Alicia Sánchez, directora del Interkids, cuando sus alumnos denunciaron los hechos, de acuerdo con su declaración ministerial. Inició sus pesquisas, cogió el teléfono e hizo algunas llamadas que aparecían como referencia en el currículum vitae del maestro de cómputo.  

Así, llamó al Colegio Anglo Americano y Mexicano de Coyoacán, donde Limón Ramos trabajó durante tres años, indagando sobre su comportamiento. Primero, habló con la secretaria de la directora, Verónica Segura Tamez, que le habría dicho, al principio, que no se trataba de una persona confiable.

Al insistir en este punto y referir lo que había sucedido en su propio centro, encontró la verdadera respuesta de por qué decidieron despedirlo tras tres años.

“La maestra Verónica me dijo que efectivamente el maestro había salido por una conducta inadecuada con las niñas. Le pregunté si habían levantado un proceso legal, me dijo que no”, aseguró Alicia Sánchez.

Para la directora y dueña de InterKids quedó muy claro: no era la primera vez que Adrián Limón Rojas había vejado a menores, solo que en las ocasiones anteriores nadie lo había denunciado.

Si en el colegio Angloamericano el acusado se comportó así, existe la posibilidad de que lo haya hecho otras veces, ya sea que su conducta no fuera detectada, o bien porque las autoridades académicas optasen por el silencio por temor al escarnio público.

De hecho, Maricarmen Kubli, directora del Instituto Kubli, en la calle de El Riego de la colonia Narciso Mendoza, delegación Tlalpan, fue la persona que recomendó a Adrián Limón para que entrara a InterKids.

Sin embargo, cuando Kubli se enteró de las acusaciones de abuso en contra de Limón, negó que en su colegio existiera un antecedente similar por parte de su recomendado.

El agresor sexual también trabajó en el Colegio Woldman, que se localiza en Cafetales número 78, muy cerca de los otros centros.

Análisis psicológico

Más allá de posibles casos de abuso en las otras escuelas, el perfil de Adrián Limón Ramos es digno de análisis psicológico. En su página web, que todavía se puede encontrar en la Internet, se lee:

“Yo Adrián Limón Ramos, alias Wolfy-Six nací en Galact-R32 un planeta a 32 mil años luz de éste; soy un aventurero que ocupando un traje de MOLTEX simulo la piel humana, mi misión es reconocer y decodificar los patrones de conducta de la raza humana para determinar si deben de permanecer con vida en este planeta llamado tierra o largarse porque es mío y me lo gané en una rifa intergalática cuando no existían ni los dinosaurios”.

El también ingeniero en mecatrónica, titulado con diploma de excelencia académica por la Universidad del Valle de México, trabajaba también como titiritero y director de un espectáculo para niños denominado “El show de los Funppets”. 

En medio de este mundo de fantasías, y a pesar de ser declarado culpable de abuso sexual agravado, la sentencia podría resultar insuficiente para dejarlo en prisión.

Mientras sus abogados luchan por sacarlo de prisión, los padres de los menores afectados han emprendido una cruzada para asegurarse de que este “niñote”, como fue descrito por su apariencia, por una de las directoras del plantel, pague con su libertad por lo que hizo.

El pasado lunes, algunos de los padres de familia acudieron ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) para denunciar lo que está ocurriendo en este caso de abuso sexual intramuros que salió a la luz por voz propia de los pequeños afectados.

Pero en estas épocas decembrinas, los tribunales de justicia bajan la cortina para irse de vacaciones. ¿Habrá quién escuche a tiempo su exigencia de justicia? 

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