“El Mariachi de Garibaldi ha estado con nosotros en nuestros triunfos, cuando nos rompen el corazón, cuando festejamos con los amigos, lo mínimo que podemos hacer por ellos es echarles la mano para que no les pegue tanto el Coronavirus”, afirmó un transeúnte mientras bajaba de su camioneta papel de baño, pastas, aceite y leche para los músicos de la Plaza.
Reunidos al mediodía en la famosa Plaza de Garibaldi del centro histórico en la CDMX, mariachis se dieron cita para tocar su mejor repertorio a cambio de despensa o alguna palabra de aliento por parte del público.
Gilberto Macías ejerce el oficio del Mariachi desde hace 12 años y asegura que disfruta más dicha labor que su profesión de fisioterapaeuta.
En entrevista para Reporte Índigo, Gilberto declara que poder tocar es lo mejor del mundo para él y espera que con esta serenata pública pueda apoyarlos la gente.
Con cubrebocas y sus instrumentos, los Mariachis entonaron las canciones con las que estaban seguros que el público presente los iba a acompañar tales como Si Nos Dejan, Las Mañanitas y Sombras. Entre el público no faltaron quienes aprovecharon la serenata para bailar con su pareja y más de uno grabó el momento con su celular.
Con el ejemplo de su padre tocando en la Plaza de Garibaldi creció Silvia Lara quien ha formado parte del Mariachi desde hace 19 años.
Para ella, el grupo no solo es su vocación sino la manera con la que, siendo madre divorciada, sacó adelante a sus hijos y se hizo de su propia casa.
“La pandemia nos ha perjudicado mucho, nos han cancelado eventos y pues la verdad es que no hemos trabajado como antes, siempre venimos con la esperanza de trabajar y ahora llegamos y solo estamos parados viendo que desgraciadamente no hay nada. No hemos podido llevar algo a casa”, señala.
Pese a enfrentarse a un escenario incierto, Silvia no pierde la confianza en que va a pasar, que saldrán adelante pese a todo y sobre todo asegura que espera con ansías el día en que la Plaza vuelva a sonar su música.
Por su parte, Guadalupe, quien también forma parte del gremio, quiero hacer un llamado a las autoridades para que los ayuden ya que recalca que carecen de seguro social y prestaciones.
“Tenemos familias por que hay que ver, de mí depende mi hija por ejemplo. Una medida que tal vez pueda hacer el Gobierno es asignarnos horarios en restaurantes o lugares públicos, nosotros la estamos pasando mal, hay compañeros que están bajando mucho sus honorarios para poder trabajar”, sentencia.
Mientras acomoda los víveres que ya han llegado, Gilberto dice que si la gente los apoya no habrá duda de que puedan librar la situación.