Transporte público en la ZMM, una pesadilla diaria

Pese a la incorporación de 2 mil nuevas unidades, el uso del transporte público en la entidad sigue siendo un calvario para los miles de usuarios que diariamente se desplazan por la Zona Metropolitana de Monterrey viajando, incluso, de un municipio a otro
Miguel Fortozo Miguel Fortozo Publicado el
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El calvario comienza antes del viaje, en las interminables filas que se observan metros antes de llegar a la parada del camión, en donde ya aguardan, como todos los días, decenas de personas que buscan llegar a sus casas luego de una extenuante jornada laboral.

Al interior de la unidad, la saturación es más que evidente: los pasajeros, amontonados, se ven forzados a realizar prodigios de flexibilidad para alcanzar a sujetarse del pasamanos; dedos propios se rozan con dedos extraños y el mal humor sube como la espuma, inundando cada rincón del vehículo.

El trayecto es pesado para todos, pero quienes viven en un municipio y trabajan en otro se llevan la peor parte, pasando hasta cinco horas de su día transportándose, sobre todo si residen en emplazamientos de la periferia.

Tras varias horas de empujones, hacinamiento y estrés, los más de un millón y medio de personas que utilizan el transporte público en el “nuevo Nuevo León” deben irse a dormir con un pensamiento terrible: mañana toca hacer todo otra vez.

Déficit de transporte ¿fue resuelto?

El pasado 7 de enero, el gobernador Samuel García afirmó haber integrado hasta 2 mil nuevas unidades de transporte público a la red de camiones urbanos, tal y como se prometió en el Plan Maestro de Movilidad presentado en mayo de 2022.

“Nos dejaron un déficit de más de 2 mil unidades, lo que hicimos fue reponerlas poco a poco”, afirmó Hernán Villarreal, titular de la Secretaría de Movilidad, refiriéndose a la administración de Jaime Rodríguez.

De acuerdo con estimaciones gubernamentales, el “número mágico” para solventar la crisis del transporte en la Zona Metropolitana de Monterrey era de aproximadamente 4 mil 500 unidades, combinando las antiguas, que siguen en funcionamiento, con las recién llegadas.

Aunque desde el Gobierno de Nuevo León se afirmó que estas cifras han sido alcanzadas, los usuarios que utilizan el transporte público viven una realidad muy distinta todos los días.

“No es cierto, eso es una mentira; desde que entró el gobernador dicen lo de los camiones, pero ¿dónde están? Las filas siguen tremendas, en Villa de García y acá en el centro, con los estudiantes”, afirmó la usuaria María de los Ángeles Solís, quien esperaba la llegada de una unidad en la parada localizada frente al Obelisco de la calle Juan Ignacio Ramón, en pleno centro de Monterrey.

En municipios de la periferia el panorama no es muy distinto: las unidades llegan a cuenta gotas, y muchas de ellas carecen del espacio suficiente para cubrir la demanda de quienes laboran en la ZMM.

“Nos están afectando, el daño es para el ciudadano en tiempos de traslado, algunos hasta han perdido trabajo por tanta espera”, afirmó una vecina de la colonia Los Pilares, en el municipio de Salinas Victoria, ubicado a poco más de 30 kilómetros de Monterrey.

Transporte con poca capacidad y mucho costo

Los nuevos camiones tienen una capacidad de asientos menor que la de sus antecesores, una situación incompatible con el crecimiento poblacional del sector.

“No dimensionaron la cantidad de ciudadanos que viven en este lado del municipio, y si antes los camiones que tenían más asientos eran insuficientes, imagínate ahora, con tantas colonias nuevas (…) Yo no dudo que los hayan metido (las nuevas unidades), pero aquí deberían de hacer otros estudios, porque esos son insuficientes, hay otros modelos con mayor cantidad de pasaje, ¿por qué no venir y revisar?”, cuestionó la usuaria.

Al problema de capacidad de las unidades se une el del alto costo que representa trasladarse diariamente: en promedio, un trabajador que reside lejos de la ZMM puede llegar a gastar hasta 50 pesos diarios en transporte, una cantidad fuerte para el sueldo de muchos obreros.

“Hasta una hora esperando el camión, y luego me cobran 15 pesos; ahorita ya casi no salgo porque no tengo el dinero para transportarme, sólo que sea muy necesario (…) Los obreros a veces pierden su bono o el día a causa de la tardanza, no es justo, el Gobierno debe pensar en ellos”, afirmó otra usuaria.

Aunque desde la administración de Samuel García se afirma que la llegada de 2 mil nuevos camiones dotará a la ciudadanía de “la movilidad que siempre debieron tener”, un gran porcentaje del millón y medio de usuarios que utilizan el transporte público en Nuevo León sigue viviendo una pesadilla diaria al intentar llegar a casa.

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