Transporte público: daño a la salud y al bolsillo
El Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire reveló que los camiones urbanos son el medio de transporte que más contamina y, además, buscan aumentar sus tarifas, pues sus concesionarios han dialogado con el gobierno de Jaime Rodríguez Calderón
Jesús PadillaLos usuarios del transporte público pueden verse afectados más allá de la baja calidad del servicio. El Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire (OCCAMM) reveló a Reporte Índigo que los camiones urbanos provocan la mayor contaminación del medio ambiente y sus concesionarios demandan el aumento de tarifas.
“Los que más estuvieron expuestos a estas partículas PM 2,5 fueron las personas que iban en el camión urbano”, informa el doctor Alfonso Martínez, director del Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire, en entrevista con este medio.
Estas partículas son indicadores de contaminación que miden el material respirable en la atmósfera, ya sea líquido o sólido, que proviene de los vehículos que utilizan diesel.
“El resultado donde menos se presentó contaminación fue el vehículo privado e íbamos con las ventanas abiertas; lo siguiente fueron las personas que caminaron y luego en bicicleta”, comenta Alfonso Martínez.
Los usuarios resultaron más afectados por la alta contaminación en calles de la metrópoli Juárez y Juan Ignacio Ramón, donde se concentran mayores emisiones de los vehículos diésel en la ciudad regia.
El informe arroja que la contaminación está más elevada en esta área en comparación con la estación de monitoreo más cercana, que está en la zona del Obispado, a un kilómetro y que presenta alto grado de partículas PM 2,5.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido en sus nuevos valores la recomendación de utilizar como indicador de la concentración de partículas materiales en el aire los valores de las partículas de diámetro inferior a 2,5 micras.
“Hay mucha producción de contaminantes, entonces hay personas que están esperando el camión y deben saber que se están exponiendo a altos índices de contaminación”, agrega Martínez.
Los efectos del PM 2,5 sobre la salud de las personas son muy graves por su gran capacidad de penetración en las vías respiratorias.
En este contexto, los concesionarios del transporte público de Nuevo León continúan luchando para que la tarifa se incremente. Pero acordaron con el gobierno estatal, que encabeza Jaime Rodríguez Calderón, que buscarán alternativas, como subsidios, a fin de evitar un impacto al bolsillo de los usuarios.
Los camiones urbanos también están en la mira del Congreso local. El diputado del PAN, Jesús Nava, consideró que antes de aplicar la verificación vehicular, primero se necesita un análisis completo de la contaminación, y señaló que no se tendría que empezar con los coches particulares.
“El tema de la verificación vehicular no se debe empezar con el automovilista, debemos de empezar con el transporte de carga y público”, dijo Nava.
Diésel de mala calidad
El doctor Alfonso Martínez, director del Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire, consideró que los camiones urbanos utilizan un diésel de mala calidad, que produce alto grado de contaminación.
“El diésel que se usa todavía no es un diésel de buena calidad, tiene mucho azufre, la cantidad de azufre que tiene diésel mexicano es muy alta, salvo en la Ciudad de México que es de 15 partes por millón. En Nuevo León es de 30 partes por millón, pero puede ser de 70 u 80, en otros países es de 10 partes por millón”, revela Martínez.
Operativos de la Procuraduría General de la República (PGR) revelan que rutas camioneras consumen diésel irregular, lo que puede desencadenar que no cumpla con los estándares de calidad.
En el mes de diciembre la PGR decomisó 20 mil 672 litros de diésel ilegal en el municipio de Ciénega de Flores. La autoridad también aseguró ocho camiones urbanos de la Ruta 51.
En septiembre pasado la misma autoridad encontró en un cateo 23 mil litros de diésel, una bomba despachadora y seis camiones de la Ruta La Playa.
“La gasolina que usamos se evapora mucho y produce PM 2,5, es decir, produce compuestos orgánicos volátiles que luego son precursores de PM 2,5”, explicó el experto en temas ambientales.
Mutar a gas natural, una opción
La diputada del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Ivonne Bustos Paredes, considera que los camiones urbanos tendrían que mutar de utilizar diésel a gas natural, con el objetivo de reducir emisiones de partículas PM 2,5.
“La problemática en nuestro estado en materia de calidad del aire usualmente tiende a ser por la proliferación de partículas PM 10 y PM 2,5, por lo que la reducción de emisiones vehiculares sería de gran utilidad”, argumenta la legisladora.
La flotilla de unidades de transporte público en el área metropolitana ronda las 4 mil unidades y, de acuerdo con el Gobierno del Estado, ha habido esfuerzos importantes para, poco a poco, cambiar el uso de estos vehículos de la gasolina convencional a gas natural.
“En el tercer informe de gobierno se hizo énfasis en este tema y el titular del Poder Ejecutivo mencionó que se realizó una inversión de dos millones de dólares para lograr el cambio tecnológico de los camiones urbanos al gas natural, combustible que no emite plomo ni partículas sólidas”, asegura la legisladora.