‘Tráiler de la muerte’, Los responsables

Las investigaciones penales que se siguen en Jalisco por el caso conocido como el “tráiler de la muerte”, señalan hasta ahora como los principales responsables de esa operación a los extitulares de la Fiscalía y del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), Raúl Sánchez Jiménez y Luis Octavio Cotero Bernal, respectivamente.

Las declaraciones de actores clave que ha recogido la Fiscalía señalan a Raúl Sánchez Jiménez como el funcionario que dio la instrucción de sacar el tráiler con 273 cuerpos no identificados del IJCF sin cumplir con ninguna formalidad legal, aunque estando bajo una gran presión de Octavio Cotero Bernal, quien ya no quería lidiar con el contenedor.

De hecho, Cotero Bernal habría llegado al extremo de advertirle a la Fiscalía que si no sacaba el tráiler de las instalaciones del IJCF, donde expedía olores fétidos, él mismo lo estacionaría frente a Casa Jalisco, el hogar del entonces gobernador, Aristóteles Sandoval Díaz.

“A mediados del mes de agosto de 2018 me llamó por teléfono a mi extensión el fiscal General (…) comentándome que habían sido presionados por el lic. Luis Octavio Cotero, y que tenían que mover la caja refrigerante que contenía cadáveres (…)

“En varias ocasiones vía telefónica el maestro Cotero Bernal me había dicho de manera molesta y con palabras altisonantes que si nosotros no movíamos esa chingadera, refiriéndose a la caja refrigerante, él la iba a agarrar y la iba a mandar afuera de la Calle 14 (en Fiscalía) o bien fuera de Palacio de Gobierno o Casa Jalisco”.

Así señala la declaración que rindió Bernardo Arzate Rábago, quien fuera coordinador General de Administración y Profesionalización de Fiscalía, el 20 de septiembre de 2018.

Los actores clave del ‘tráiler de la muerte’

En las declaraciones que ha recogido la Fiscalía se lee que si bien la instrucción de extraer el contenedor con los cuerpos fue del exfiscal general, la implementación de la operación corrió por cuenta de la exfiscal central, Marisela Gómez Cobos.

“En una decisión de emergencia, el entonces fiscal general instruyó a personal de la Fiscalía Regional para acompañar al doctor Eduardo Mota (exdirector del Servicio Médico Forense del IJCF), y conseguir un lugar a fin de poner la caja refrigerante que contenía cuerpos”, dijo Gómez Cobos a la Dirección de Visitaduría, Auditoria al Desempeño y Responsabilidades Administrativa de Fiscalía, en la carpeta de investigación 96705/2018.

Así fue que el tráiler se almacenó en la bodega de la Colonia La Duraznera el 31 de agosto de 2018.

A decir de Gómez Cobos fue también instrucción del exfiscal general que se usara la Bodega de Evidencias de Fiscalía en caso de requerirse, por eso se llevó ahí el contenedor luego de que los vecinos de La Duraznera se quejaran del mismo.

“El 13 de septiembre del presente año, el fiscal general me dijo que le autorizaron unos días de vacaciones y que si era necesario el tráiler con los cuerpos sería trasladado a la bodega de evidencias en la Calle 18”.

El 14 de septiembre se intentó ingresar el tráiler a esa Bodega de Evidencias pero no cupo debido a que una viga impedía su ingreso. Entonces la exfiscal declaró “le señalé (a Arzate Rábago) que realizaran las adecuaciones necesarias para que la caja refrigerante se resguardara ahí, ya que era orden del Fiscal General”.

Al no lograr que ingresara el tráiler a esa Bodega, la exfiscal habría validado que el mismo se llevara a un predio de Tlajomulco del dueño del contenedor, donde estuvo a la intemperie por 12 horas (de las 20:30 horas del 14 de septiembre a las 9 del día siguiente). En ese sitio se le tomaron las fotos que le darían la vuelta al mundo.

Esto lo declaró Salvador Marco Antonio Cruz Flores, exdirector de Área de Recursos Materiales y Servicios Generales de Fiscalía, y subalterno de Arzate Rábago “estando la caja fuera de la bodega, ya que no fue posible ingresar (…) el señor (dueño del tráiler) me comentó que él tenía un predio donde guardaba sus cajas, siendo en el municipio de Tlajomulco, diciéndome que ahí la podíamos dejar hasta que hiciéramos arreglos a la bodega”.

Cruz Flores lo consultó con su superior, Arzate Rábago, y agregó “el licenciado Bernardo me dijo que iba a pedir autorización a la licenciada Marisela Gómez Cobos, y minutos después el licenciado Bernardo me confirmó que sí se retiraría la caja y que provisionalmente se quedara en el terreno del señor, que estaba autorizado”.

Cruz Flores también precisó “quiero aclarar que quienes autorizaron que se sacara la primera caja refrigerante del estacionamiento del IJCF (…) fue la licenciada Maricela Gómez Cobos y el doctor Mota”. El 15 de septiembre el tráiler finalmente ingresó a la Bodega de Evidencias, aunque en medio ya de un escándalo que se volvería internacional.

Del lado del IJCF es clave la declaración que rindió Mota Fonseca, exdirector del Semefo, ante la Visitaduría de Fiscalía, en la carpeta citada, donde señaló que al interior del IJCF fue su extitular, Cotero Bernal, quien autorizó la salida del tráiler del estacionamiento. “La decisión en retirar la cámara refrigerante fue de mi director en su momento”, dijo.

Las pesquisas

Actualmente siguen en proceso seis indagatorias de tipo penal Carpetas de investigación en proceso Área: Visitaduría de Fiscalía Carpetas: 1 Clave:D-I/I96705/2018 Área: Fiscalía Anticorrupción Carpetas: 5 Clave: 1232/2018, 34/2019, 37/2019, 40/2019 y 43/2019 por estos hechos, una en la Visitaduría de Fiscalía y el resto en la Fiscalía Anticorrupción.

En la recomendación 10-2019 de la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) se determinó como responsables del caso a nueve exfuncionarios: seis de Fiscalía, encabezados por su extitular, Sánchez Jiménez; y tres del IJCF, comenzado por su extitular, Cotero Bernal.

La CEDHJ concluyó que esos funcionarios están involucrados en haber sacado de manera irregular e ilegal del IJCF la citada caja refrigerada móvil con cuerpos de personas fallecidas, sin cumplir con protocolos ni requisitos legales, además de que no generar ni siquiera una bitácora de la operación.

Por si fuera poco, los cuerpos no tenían “la toma de datos, información y exámenes periciales idóneos, básicos para la identificación”.

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