Caso Serment
Apenas el año pasado, la sociedad mexicana tuvo conocimiento de la muerte de los cineastas León Serment y Adriana Rosique, quienes fueron asesinados de manera separada por órdenes de su propio hijo y la novia de éste, así la confirmó la Procuraduría General de Justicia de la capital.
Benjamín, el hijo de los Serment, pagó a dos personas para que simularan el asalto en el que fue asesinado el cineasta el pasado 27 de agosto, tras la llegada de la policía, el joven narró que se tiró al suelo con su perro, mientras los supuestos asaltantes mataban a su padre.
Días después, se informó que Adriana Rosique se había suicidado la noche del 19 de septiembre, Benjamín dijo que no se enteró del “suicidio” de su madre hasta varias horas después, pues supuestamente ese día había llevado a su novia al hospital.
Las cámaras de vigilancia mostraron que dos sujetos entraron con toda facilidad al edificio donde vivían los Serment, justo después de que Benjamín y su novia dejaran el lugar, además que en ningún hospital había registro de se hubiera atendido a la pareja.
No pasó mucho tiempo para que la Procuraduría determinara que Benjamín y su novia, eran los autores intelectuales de la muertes de los cineastas, pues al parecer habían planeado desde varios meses atrás el móvil del crimen para cobrar un seguro de vida.
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Caso Santoy Riverroll
En mayo de 2006, Diego Santoy Riveroll entró a la casa de Erika Peña Coss, en la colonia Cumbres de Monterrey, con quien había mantenido una relación que ella había decidido terminar unos días antes; aquella visita terminó en una de las tragedias más recordadas en México.
Santoy Riveroll apuñaló por la espalda al hermano de Erika, mientras que a la hermana la estranguló con la cinta de unos zapatos, el joven intentó huir, pero fue detenido en Oaxaca, en sus primeras declaraciones aceptó su culpa, pero días después señaló a su expareja.
El joven aseguró que el y Erika habían pactado la muerte de los pequeños, al tiempo que afirmó que ella había matado con sus propias manos a uno de sus hermanos, las acusaciones fueron desechadas por falta de pruebas y Santoy Riveroll fue sentenciado a más de 100 años de cárcel.
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Caso Narezo Loyola
La mañana del 17 de noviembre de 2002, la colonia Toriello Guerra, en Tlalpan, fue el escenario de una de las peores matanza familiares de las que se tenga memoria, seis miembros de la familia Narezo Loyola fueron asesinados, así como dos empleadas domésticas.
Tras la llegada de la policía, los agentes se percataron que ninguna de las entradas había sido forzada, lo que indicaba que el crimen podría haber sido cometido por alguien cercano a la familia, las investigaciones señalaron al vecino y amigo de los Narezo Loyola, Orlando Magaña.
El vecino, en colaboración con otro sujetó entró a robar a la casa de la familia, pero las cosas se salieron de control, lo que provocó que los intrusos quitarán la vida a cinco adultos y dos menores de edad, de 14 y 8 años, respectivamente.
Magaña y su cómplice fueron detenidos meses después y fueron identificados por un amigo de la familia que sobrevivió a la masacre del 17 de noviembre, a Orlando le dictaron una de las sentencias más altas registradas en los últimos años; 384 años de prisión.
Caso Agraz
Si bien el caso de Mireya es muy diferente a los anteriores, también conmocionó a México por la historia detrás del episodio. El pasado miércoles la Procuraduría capitalina informó del hallazgo de cinco cuerpos al interior de un domicilio en la Magdalena Contreras.
Las investigaciones señalan que Mireya y el abuelo de los tres niños pactaron suicidarse y privar de la vida a los menores, pues un juez había determinado días antes que los pequeños debían ser entregados a su padre, quien había sido acusado por su exesposa de abuso sexual contra los pequeños.
En la carta póstuma que dejaron Mireya y el abuelo se específico que preferían entregar a los niños a “Dios” antes que a su padre. Sin embargo, la Procuraduría ha señalado que el padre de los niños, Leopoldo Olvera, ya había sido exonerado de las acusaciones de abuso sexual.
La única sobreviviente del consumo de fármacos, que terminó con la vida de cinco miembros de la familia, es la madre de Mireya, quien se recupera en un hospital de la Ciudad de México, su testimonio será clave para esclarecer el último caso que ha cimbrado al país.