El usual mote de “villa alfarera” hoy le queda grande a San Pedro Tlaquepaque.
Y es que al paso de administraciones priistas y panistas, las ventas de artesanías a base de barro, petatillo, cerámica y vidrio soplado han venido a la baja.
La causa principal es el desinterés de los gobiernos municipales en entregar recursos y espacios dignos para su promoción.
Es el caso del tercer nivel del Mercado Juárez, espacio que por décadas ha albergado a decenas de artesanos y que ahora trabaja al lado de un basurero y un estacionamiento abandonado.
Si para las familias que han trabajado la artesanía por más de dos décadas es complicado el panorama, los artesanos que inician en el municipio tienen aún más difícil su situación.
Actualmente, según el Instituto de la Artesanía Jalisciense, los artesanos registrados de Tlaquepaque son en su mayoría alfareros, con 46 registros en su directorio.
En la administración municipal priista de 2010-2012 el apoyo a emprendedores del municipio fue magro y dirigido principalmente al comercio de abarrotes, fabricación de muebles y venta de alimentos.
Según la Secretaría de Promoción Económica, en toda la administración pasada se entregaron sólo 34 apoyos de 30 mil pesos, en total cerca del millón de pesos.
En cambio, en otros municipios metropolitanos como Tonalá, esa bolsa fue de 10 millones de pesos en 250 créditos.
Para el regidor de Movimiento Ciudadano, Germán Ralis Cumplido, la actividad artesanal que destacaba a Tlaquepaque y su centro histórico está cerca de su “extinción” y agrega que debe existir un mejor apoyo al emprendedor de este ramo.
“No temerle al tema de promoción y apoyo al empresario, de manera que podamos incentivar que la gente venga a invertir a Tlaquepaque orientado siempre a un tema de rescate de las tradiciones de la identidad, de la cultura y del turismo”.
Afirma que los ediles de su partido presentaron una propuesta para crear una comisión técnica que trabaje en conjunto para crear un plan integral del centro histórico que facilite la movilidad ciudadana y estimule el mercado de artesanías locales.
“¿Qué sucede en un espacio que crece, que quiere ser un referente? requiere de servicios, requiere de un plan adecuado en el tema de promoción de la cultura, del comercio, de la empresa y de un tema que está en vías de extinción, que es la artesanía de Tlaquepaque.
“Hoy el artesano es el menos involucrado en las grandes decisiones, hoy es el que lucha por espacios para comercializar, hoy es el vendedor ambulante, en eso lo han convertido, en una economía informal.
“Recordemos que originalmente, Tlaquepaque lo lleva en su nombre, el quehacer artesanal. Hoy la artesanía es la menos presente dentro de las actividades”.
Según declaró Roberto Prieto, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CANACO) en Tlaquepaque, de diez artesanías que se venden actualmente nueve son de origen chino y comentó que lo que producen los artesanos locales es imitado por el mercado extranjero.
Por lo que los pocos espacios que tienen los creadores locales están ocupados por mercancía china.
En un comunicado, los regidores de Movimiento Ciudadano en Tlaquepaque representados por Ralis Cumplido señalan la baja de un 20 por ciento en la ventas de la artesanía tradicional del municipio.
Instalaciones indignas
En las calles del centro histórico apenas si se pueden ver algunos puestos de pulseras, loza, muñecas de trapo y artesanías atractivas para el turista.
Sin embargo, con el pretexto de cuidar la imagen urbana y de inhibir el ambulantaje, artesanos que trabajan por más de 20 años en Tlaquepaque están relegados en el tercer nivel del Mercado Juárez, al lado de un basurero y un estacionamiento.
Aunque han estado ahí por varios gobiernos y algunos se rehúsan a salir del lugar, lo cierto es que los 600 pesos semanales que gana María Hilaria Martínez Flores por la venta de sus artesanías apenas le alcanzan para darle educación a su hija. Es por eso que tiene que salir los fines de semana a buscar otros lugares donde obtiene mayores ganancias.
El camellón de avenida Chapultepec, en el municipio de Guadalajara, le trae ventas de hasta 700 pesos el día o incluso tiene que hacer eventualmente viajes a la Ciudad de México para traer una venta de alrededor de los 4 mil pesos.
Además, el gremio artesanal es beneficiado con favoritismos, pues solo algunos artesanos agrupados por la Casa del Artesano de Tlaquepaque, ajenos a los que llevan décadas en el mercado municipal, aprovechan las temporadas altas de vacaciones para instalarse en las afueras del Mercado Juárez y la Presidencia Municipal.
Esto afecta a las ventas de los que están en el tercer nivel del mercado, entre ellos María Martínez Flores y María Dolores Coronado.
Para Dolores Coronado, quien vende cerámica, lo que más necesitan es promoción pues el turismo que compra artesanías en ese espacio ha bajado en los últimos años.
“Hemos sobrevivido ya 28 años aquí arriba, ya es mucho y tenemos muchísima mercancía, lo único que necesitamos es promoción para que venga más turismo. Todo el turismo se va para Tonalá.
“El sábado es el día un poquito mejor, el domingo también, entre semana a veces no se vende ni para nada, ni para los permisos”.
Ella, su esposo y su hija trabajan en el oficio desde casi tres décadas y afirma que entre el año 2000 y el 2005 fueron años con mejores ventas, pero ahora, aún cuando los dejan bajar los sábados y domingos a vender en los andadores, las ventas apenas alcanzan para las dos familias.
Para Germán Ralis, el talento de los artistas locales debe permanecer, pero no existe una política municipal que incida en el tema.
“Al ser fallidas las estrategias de promoción, pues seguramente la gente buscará mercados alternos y eso va en detrimento de los recursos que tiene el municipio, de los empleos que se generan y un impacto gravísimo en las economías familiares.
“El artesano, más allá de una función tradicional, también tiene una función importante en la empresa familiar, en el tema económico, impacta su modo de vida. Hoy la gente está sufriendo un grave deterioro en sus ingresos porque la familia completa vivía de esta actividad”.
Espacios alternativos
Para María Hilaria Martínez Flores y otros artesanos que residen en San Pedro Tlaquepaque hace más de dos décadas, las opciones se agotan.
Pero existen en la ciudad otros espacios que brindan mayores ganancias que lo que obtienen dentro del centro histórico de Tlaquepaque por la venta de sus productos artesanales.
Entre ellos está el paseo Chapultepec en la Zona Rosa de Guadalajara y un mercado informal que se instala cada semana en Tonalá.
El primero es quizás una opción que no tiene demasiado cupo para los artesanos tapatíos, pero que propicia un mercado más justo y con precios más altos. Martínez Flores señala que lo que vende en un día ahí es lo que tarda toda la semana en conseguir en el Mercado Juárez de Tlaquepaque.
El mercado de Tonalá, que se instala cada jueves y domingo en la plaza centro Cihualpilli, así como en la calle Hidalgo y las afluencias de las calles Juárez y Emiliano Zapata, se ha convertido en un mercado alternativo al que cada vez más artesanos que no son tonaltecas se unen.