Trabajo sexual: entre la lucha por sus derechos y la crudeza de la calle en CDMX
La Navidad puede ser una festividad con una cara cruda si se es una trabajadora sexual, que pasan las fiestas en las calles, las cantinas o en los cuartos de hotel
José Luis Ramos y Linaloe R. FloresEn la Ciudad de México (CDMX) elegir el trabajo sexual como una labor conlleva un entorno de discriminación y de distintas violencias que transgreden los derechos humanos de las personas que eligen este camino. Sin embargo, la temporada decembrina no solo es una época en la que se criminaliza este tipo de actividad, sino que también representa noches frías en las calles, o fiestas familiares con secrecía.
“Hay mucha población que se dedica al trabajo sexual que está en condición de calle, y pasan las fiestas así. En el caso de las personas que la pasamos con la familia, también puede ser diverso, están quienes sus familias no saben, es un secreto y se trata de mantener así, o es un secreto que se sabe, y nadie habla de esto”, explicó a Reporte Índigo Monserrat, mejor conocida como Midori, trabajadora sexual desde hace 18 años e integrante de la Alianza Mexicana de Trabajadoras Sexuales (Amets).
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“Estaría bien que podamos ver justo que somos personas de todo tipo que ejercemos el trabajo sexual, pero también hacemos otras cosas y si no las hacemos está bien, no obligamos a nadie a que recurran a nuestros servicios, creo que podríamos abrir ese diálogo”, concluyó la integrante de la Amets.
Estimaciones de organizaciones como la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”, A.C, señalan que en la CDMX existen alrededor de 15 mil 200 trabajadoras sexuales, de las cuales, cerca de cuatro mil podrían ser víctimas de trata.
Otra vez, como siempre: la calle
La Navidad 2024 se avecina complicada y sin grandes esperanzas. Decenas de miles en la Ciudad de México y cientos de miles de trabajadores sexuales en el país la pasarán en las calles, los bares, las cantinas o los cuartos de hotel. No será una noche excepcional. Elvira Madrid Romero, fundadora y directora de la organización Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”, A.C expone que el número de quienes ejercen el trabajo sexual y carecen de vivienda digna se ha incrementado.
“Basta observar las calles y a los seres humanos que ahí trabajan. Hay señoras ya grandes. (La historia detrás de ellas) es que no pudieron pagar la renta y fueron despojadas de sus viviendas. Muchas veces hasta las caseras se quedan con las pocas cosas que tienen. Eso las orilla a quedarse más en la calle y las pone más en riesgo, no solamente por todas las violencias que se viven de noche, sino también por parte de la delincuencia organizada”, expresa Elvira, quien entre los trabajadores sexuales es conocida como “Mamá Elvira”.
Sus palabras son ratificadas en la Calzada de Tlalpan, donde no hace falta que caiga la noche para que haya trabajadores sexuales. Tampoco importa la edad para señalar la falta de vivienda. “No hay casa. No, para nadie. La noche la puedes pasar, algunas horas, en el cuarto que te renten en el hotel. ¿Navidad? Nos da miedo. Hay pocos clientes … No hay hotel, pues, no hay techo”, dice alguien cerca de la esquina de la calle Libertad.
Muy enriquecedor participar en el Segundo Encuentro de Hombres que Ejercen el Trabajo Sexval. @somosclapmx @CDMX_SIBISO @COPRED_CDMX
Agradecemos la invitación y la apertura para dialogar sobre estos temas. 🫶✨☂️🔥
NADA DE LXS PVTXS SIN LES PVTXS pic.twitter.com/AA4cgeIvlh
— AMETS (@amets_mex) June 7, 2024
Pero, de cualquier forma, ¿la Navidad 2024 traerá algo de bonanza? Elvira Madrid sostiene que por el contrario. “En los últimos años y más después de la pandemia, se perdieron empleos y ahora mismo hay autoempleo. Los aguinaldos se terminaron. Lo que observamos en la calle es que los ingresos bajaron un 40 por ciento. Ellas pensaban que en diciembre iban a recuperarse por lo de los aguinaldos, pero esto no se ha visto”, puntualiza.
Así llega la noche del 24 de diciembre de 2024 a las calles de México.
Honor a Elisa Martínez
Elvira Madrid Romero inició su activismo a favor de las trabajadoras sexuales en la calle a finales de los 90 cuando acudió a realizar una investigación a la que convocó el sociólogo Francisco A. Gomezjara. Los seleccionados fueron 25 estudiantes. Ahí estaba ella, de Azcapotzalco, sorprendida con cada hallazgo: las altas multas, la red de “madrotas” y “padrotes”, la violencia a plena luz del día.
En La Merced conoció a Elisa Martínez quien portaba el síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Uno de sus logros fue que la hospitalizaran. Pero como paciente, Elisa también fue discriminada. “La hacían comer en el mismo plato en que defecaba”, recuerda Elvira.
La asociación que fundó Elvira lleva el nombre de Elisa porque a ella le tocó acompañarla en su muerte. En cada acción, le hace honor.
Desde aquel acontecimiento la situación ha cambiado. Hay algunos logros como la concientización de la conveniencia del uso del condón, la tipificación del transfeminicidio y el reconocimiento del término “trabajo sexual” cuando antes se decía, “prostitución”. Pero, al mismo tiempo, la violencia se agudizó. Las caravanas de migrantes y el delito de la trata de personas contribuyeron con volver la situación más difícil.
Elvira Madrid resume el año con una investigación que arrojó que hay por los menos 30 tipos de violencia que en su mayoría son ejercidos por funcionarios públicos. “El principal es por parte de la policía que las golpea, les quita su dinero o las abusa. Muchas veces esto termina en feminicidios. Pero también hay violencia para quitarles a los hijos”.
En Tlalpan hay otra voz. “No hay trabajo y no hay casa. La esperanza, un día también se acabará”, expresa una trabajadora sexual.