Jornaleros alzan la voz

En demanda de un trato humano digno, salarios justos y respeto a los derechos laborales, un centenar de jornaleros agrícolas del Valle de San Quintín, en Baja California, inició una marcha hacia la Ciudad de México a fin de visibilizar el grado de explotación del que son objeto por parte de empresas transnacionales.

J. Jesús Lemus J. Jesús Lemus Publicado el
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“La mano de obra baja (…) está en riesgo de trabajo forzoso dentro del sector agrícola”
“(Las trasnacionales) mantienen su producción agrícola a base de una descarnada explotación humana”
Fidel Sánchez JiménezVocero de la Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal Por la Justicia Social

En demanda de un trato humano digno, salarios justos y respeto a los derechos laborales, un centenar de jornaleros agrícolas del Valle de San Quintín, en Baja California, inició una marcha hacia la Ciudad de México a fin de visibilizar el grado de explotación del que son objeto por parte de empresas transnacionales.

En el Valle de San Quintín, en Baja California, se está gestando una nueva forma de esclavitud, dijo el vocero de la Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal Por la Justicia Social, Fidel Sánchez Jiménez, quien denunció que las empresas agrícolas trasnacionales que aquí operan, “mantienen su producción agrícola a base de una descarnada explotación humana”.

La zona agrícola del Valle de San Quintín, donde su pobreza es tan grande como su extensión territorial, comprende una superficie de siembras agrícolas de más de 36 mil kilómetros cuadrados, casi el 70 por ciento del suelo de Ensenada y casi la mitad de todo el estado de Baja California.

En esta región productiva son más de 25 mil los trabajadores agrícolas que se encuentran al servicio de grandes corporativos nacionales e internacionales, en donde el pago de salarios oscila entre los 80 y los 120 pesos por jornales de 12 horas, en donde las mujeres y niños reciben sueldos de hasta el 30 por ciento menos que el asignado a los hombres.

Por esa razón, en la ciudad de Mexicali, de donde partió la marcha con el apoyo de organizaciones civiles, de protección de derechos humanos y ambientalistas, el sindicato Independiente Nacional y Democrático de Jornaleros Agrícolas, liderado por Lorenzo Rodríguez Jiménez, denunció las condiciones de explotación laboral por parte de empresas norteamericanas.

Las compañías denunciadas por el trato inhumano y de bajos salarios a los trabajadores agrícolas son Berrymex y Discroll’s, que mantienen el control en la siembra y cultivo de hortalizas y frutos rojos, principalmente fresa, que se comercializan en tiendas de las cadenas Costco y Wal-Mart.

No es posible, dijo Fidel Sánchez, que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS) no se entere de lo que está sucediendo en el Valle de San Quintín.

Los trabajadores agrícolas de esta región del país son obligados a jornadas de trabajo de hasta 18 horas, “en donde a los jornaleros no se nos permite en ocasiones ni siquiera un descanso para ir al baño. Nuestras necesidades fisiológicas las tenemos que hacer a escondidas”, dijo Josefina Ortiz, una trabajadora sumada al movimiento.

 “Los trabajadores no cuentan con el derecho de inscripción al Seguro Social”, ni tienen permiso para enfermarse. “Los jornaleros que por condiciones de salud no laboran un día, son suspendidos indefinidamente del empleo”.

Su marcha por trato justo

Alrededor de cien trabajadores del Valle de San Quintín, en Baja California, se dirigen a la Ciudad de México para protestar durante el Congreso Nacional de Jornaleros Agrícolas, el 17 de marzo.

Las fresas del dolor

Las fresas y verduras que cómodamente consumen muchos mexicanos que compran el fruto en Walmart y Costco están regadas no solo con el sudor, sino con el dolor y el padecimiento de todos los jornaleros prácticamente esclavizados en el Valle de San Quintín, detalló Fidel Sánchez.

El movimiento de protesta se dirige al Congreso Nacional de Jornaleros Agrícolas, en la Ciudad de México, del próximo 17 de marzo.

La fecha del congreso no es fortuita, será justo cuando se cumplan dos años del paro de los trabajadores agrícolas del Valle de San Quintín, quienes en marzo del 2015 realizaron una protesta de brazos caídos en denuncia de las condiciones de trabajo planteadas por las transnacionales, causando pérdidas económicas por más de 25 millones de dólares a la empresa Berrymex.

A base de disparos de arma de fuego con balas de goma, la policía estatal de Baja California dispersó a los manifestantes que se apoderaron de los campos agrícolas.

El despertar de los jornaleros se está dando, dijo Fidel Sánchez, e insistió que las condiciones de esclavitud de los jornaleros no pueden seguir, so pena de un levantamiento social, pues a la fecha son más de 2.3 millones de mexicanos los que se encuentran sometidos a condiciones de explotación laboral, principalmente en el campo, donde no hay contratos laborales.

La explotación

Diversos organismos denuncian las condiciones de esclavitud de los jornaleros:

>> 25,000

Trabajadores agrícolas en el Valle de San Quintín, al servicio de corporativos nacionales e internacionales

>> 80-120

Pesos pago por jornadas de 12 horas; para mujeres y niños es 30 por ciento menos

>> 376,800

Personas en condiciones de esclavitud moderna en México, reporta Walk Free de EU

Esclavitud reconocida

De acuerdo al estudio Índice Global de Esclavitud 2016, que elabora la fundación Walk Free de Estados Unidos, se estima que en México son más de 376 mil 800 personas las que viven en condiciones de esclavitud moderna.

Se ubican dentro de los renglones de explotación sexual, matrimonios forzados y trabajos forzados, en este último se encuentra la mayor cantidad de mexicanos en condiciones de esclavitud, en particular en el trabajo agrícola.

“La mano de obra baja, semi-o no especializada, doméstica y extranjera está en riesgo de trabajo forzoso dentro del sector agrícola (en México), dice el informe del Índice Global de Esclavitud 2016.

Se exponen casos como el de 49 víctimas, incluyendo niños, que fueron encontradas trabajando en un campo de pepino “bajo condiciones modernas de esclavitud en la región mexicana de Colima”.

Se suman el de otras 452 personas que se encontraron trabajando en condiciones de servidumbre inhumana en los campos agrícolas del Valle de San Quintín.

Entre los indicativos de condiciones de esclavitud destaca la sujeción de los jornaleros a “condiciones de vida y trabajo pobres, horas de trabajo excesivas, retención y no pago de salarios, confinamiento a plantaciones, falta atención médica y abuso físico y sexual”.

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