Como en el viejo juego de la pirinola en el que una de las ocho caras decía “todos ponen”… generaba la sensación de que nadie había ganado. Nadie podría celebrar que había arrebatado el triunfo.
Ese fue el destino de la reforma de telecomunicaciones en el Senado.
Una negociación en la que todos pusieron un poco y también recibieron. Por eso se vio una madrugada atípica en la que no corrió la sangre al río.
No sólo pusieron o sacrificaron posiciones en esta reforma los senadores, lo hicieron los empresarios, el gobierno federal y tendrán que hacer lo mismo los ciudadanos, pues es una primera muestra de que pueden tener injerencia en un proyecto tan grande.
La reforma que para muchos es histórica pasó con el apoyo de la mayoría de las bancadas. Los discursos y odas fueron unánimes. Las críticas más feroces fueron las de Manuel Bartlet y Layda Sansores, del Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano, respectivamente.
“Esa reforma la dictó la OCDE”, coincidieron los dos expriístas.
La senadora Sansores reconoció en la reforma un avance.
El propio Alejandro Encinas, perredista y vinculado al grupo de Andrés Manuel López Obrador, destacó el valor del consenso para el contenido del proyecto.
Y es que si en la Cámara de Diputados el proceso es el mismo, la reforma en Telecomunicaciones será el segundo parto exitoso del Pacto por México. Y apenas van 5 meses de gobierno priísta.
Las ideas de los tres principales partidos han logrado amalgamarse en la reforma educativa y ahora en esta que se promueve la competencia y se les da un apretón los monopolios televisivos.
De esta experiencia podría fincarse un camino para la reforma energética, que ha sido la que ya ha enfrentado ideológicamente en más de una ocasión a los tres partidos.
Principalmente en el PRD las posturas son inamovibles. Ya en el 2008 hubo un fuerte choque por esta reforma.
Lo que se aprobó entonces dio pie a marchas, tomas de tribuna y sesiones en sedes alternas.
Un poco de tensión
Durante la tarde del pasado jueves en que se sesionó para la aprobación de la reforma, el tema del uso de recursos de la Sedesol en Veracruz para influir en los resultados de las próximas elecciones, puso tensión a toda la negociación.
Por un momento los panistas amagaron con reventar la sesión si no se discutía el tema en tribuna. Esto hubiera desbarrancado todo lo logrado.
No se hubiera podido dar primera lectura retrasándose los tiempos y poniendo en riesgo el camino que hoy tiene bien trazado.
El PRI no tuvo más que aceptar. Se dio un breve debate.
Después fueron horas de deliberación porque el PAN se mantuvo en su exigencia de incluir las peticiones del Consejo Coordinador Empresarial.
Y es que el que no hubiera suspensión de un acto reclamado mediante la solicitud de un juicio de amparo en una resolución de la Comisión Federal de Competencia (Cofeco) lo consideraban un grave error.
Al no tener ese derecho, se les estaba privando de un acceso a la justicia igualitario. Lograron el cambio.
Sin embargo, se modificó sólo para multas y desincorporación de los activos.
“Las normas generales, actos u omisiones de la Comisión Federal de Competencia Económica y del Instituto Federal de Telecomunicaciones podrán ser impugnadas únicamente mediante juicio de amparo indirecto y no serán objeto de suspensión. Solamente en los casos en que la Comisión Federal de Competencia Económica imponga multas o la desincorporación de activos, las resoluciones se ejecutarán hasta que se resuelva el juicio de amparo que, en su caso, se promueva”, dice la redacción que finalmente avalaron.
El desplegado en diarios nacionales por parte de los capitanes de empresa rindió frutos.
¿A qué partido político no le conviene complacer un poco a los empresario del país?
La lección que deja esta reforma es que sí pueden conciliarse intereses.
Y en el próximo período de sesiones vendrá la segunda prueba de fuego: las reformas fiscal y energética.
El cobro y perdón de impuestos por un lado y el futuro del petróleo.
Reserven sus asientos.
Los cambios (por Georgina Howard)
> El Estado garantizará el derecho a la información.
> Habrá “acceso libre” a los servicios de telecomunicaciones.
> El organismo que controlará los medios públicos será descentralizado.
> Se especifica que existirán concesiones comunitarias e indígenas, pero que serán sin fines de lucro, aunque la reforma contempla que se puedan financiar con patrocinios.
> Las sesiones y resoluciones de los reguladores serán públicas.
> Las resoluciones de la CFCE en casos de multas y partición de empresas sólo se ejecutarán hasta que se resuelva el juicio de amparo.
> Los reguladores presentarán informes trimestrales, así como comparecencias anuales de sus labores.
> El Senado podrá remover a los comisionados por causas graves.
> El Senado nombrará a los comisionados presidentes por periodos de 4 años, renovables por una ocasión.
> Se reducen los requisitos para nombrar al comisionado.
> La Cámara de Diputados nombrará a los titulares de las contralorías que tendrán los órganos reguladores.
> Las opiniones de SCT y Hacienda no serán viculantes para el Ifetel y se presentarán en un máximo de 30 días.
> Se podrán interponer controversias constitucionales contra los órganos reguladores.
> Los reguladores no estarán obligados a avisar a los Ministerios Públicos cuando exista la probabilidad de un delito.
> El Ifetel intervendrá en la construcción del proveedor de servicios mayoristas en la banda de 700 MHz.