A Joaquín ”El Chapo” Guzmán todos lo quieren.
Estados Unidos lo quiere extraditado, el gobierno mexicano lo quiere preso, los otros cárteles lo quieren muerto… incluso hay un puñado de gente en Sinaloa, que lo quiere libre.
El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jeh Johnson, destacó el interés de su gobierno en conseguir la extradición de Guzmán a la brevedad posible, aunque reconoció que eso sería al término de las sentencias que tiene que purgar en México.
“Tal vez sea más fácil alcanzar el acuerdo adecuado con el gobierno de México que alcanzar un acuerdo adecuado entre los seis fiscales federales que quieren perseguir a este individuo”, afirmó Johnson durante una audiencia de seguridad interna de la Cámara Baja.
De acuerdo a versiones de la prensa estadounidense, el secretario ya reportó al Congreso el interés de la administración del presidente Barack Obama de enjuiciar al narcotraficante mexicano, detenido el pasado sábado.
“Quiero que enfrente a la justicia en los Estados Unidos y asegurarme que nunca más salga a la calle nuevamente”, destacó.
Pero el deseo de Johnson tal vez no se cumpla pronto, pues “El Chapo” cuenta con varios procesos abiertos en la justicia mexicana, además de la condena pendiente desde que se fugó del penal de Puente Grande.
En entrevista con el periodista León Krause, Enrique Peña Nieto no descartó que Guzmán pueda ser extraditado a Estados Unidos, pero afirmó que esperarán la solicitud formal para evaluarla.
“El proceso para la extradición puede tomar tiempo”, dijo Peña Nieto, “tendrá que iniciarse y aún no se ha dado de manera formal, más allá de haber una solicitud verbal, tendrá que darse un proceso, y creo que es una ponderación que tendrán que hacer la propia Procuraduría General de la República”.
Eso, recalcó, no riñe con que eventualmente haya una solicitud de extradición, y el momento para hacerla a partir de los convenios internacionales que tiene celebrado México con los Estados Unidos y con otros países.
“Tendrá que ajustarse a los términos de esos convenios internacionales”, explicó Peña Nieto.
Una marcha antimarcha
La marcha realizada el miércoles en Culiacán para pedir la liberación de Joaquín Guzmán tuvo tintes surrealistas.
Hubo tamales, cerveza, banda y hasta mariguana.
La más pura expresión de la narcocultura tan arraigada en esa parte del noroeste del país.
Nadie supo quién la convocó, pero más de mil personas participaron vestidas de blanco y con carteles que pedían de todo.
Pidieron la liberación del capo, la no extradición y hasta que “les hiciera un hijo”.
Durante toda la marcha, la gente dejó muy en claro que estaban en contra de la extradición de Guzmán a EU argumentando que a él si le importaba la gente de su ciudad.
Ayer, comenzó a circular en redes sociales la convocatoria para una marcha de reivindicación. Una marcha para resarcir la “vergüenza” de haber sido el estado que marchó en apoyo a un narcotraficante.
Una marcha por la dignidad. Sin embargo, se dice que ante tal propuesta muchos hay una pregunta recurrente.
“¿Habrá ‘cheve’, ‘mota’ y banda como en la otra?”.
