Todo el poder de los órganos autónomos

La iniciativa que propone la creación del Instituto Nacional de Mercados y Competencia para el Bienestar pone en riesgo la existencia de órganos autónomos claves en el desarrollo del país y vulnera, una vez más, la independencia de entidades que en este gobierno han sido cuestionadas y presionadas
Nayeli Meza Orozco Nayeli Meza Orozco Publicado el
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Los órganos autónomos vuelven a la discusión. La insistencia de Morena de querer intervenir en su estructura pone en riesgo su futuro y hasta su propia existencia.

La última jugada del grupo parlamentario guinda en el Senado busca fusionar al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para crear un superregulador: el Instituto Nacional de Mercados y Competencia para el Bienestar (Inmecob).

El proyecto impulsado por el senador Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), tiene como objetivo integrar en un solo regulador a los sectores de telecomunicaciones, radiodifusión y energético

La motivación del senador se apega a la política de austeridad, la cual, desde su perspectiva, es urgente aplicar más que nunca, ya que la pandemia requiere del apoyo de todos los poderes y órganos que integran al Estado mexicano para reducir costos de operación.

Sin embargo, no es la primera vez que a los órganos autónomos, como los que quieren desaparecer, se les ataca de manera frontal.

Uno de los argumentos más recurrentes de la bancada de Morena es que estas entidades son muy caras tanto en sus gastos operativos como en los sueldos que se les pagan a sus funcionarios.

Por ello, la propuesta establece que el Inmecob contará con un presupuesto total para operar de alrededor de 1,875 millones de pesos. Es decir, que los recursos al año de este organismo se reducirían 21.05 por ciento o 500 millones de pesos, en contraste con los 2,375 millones de pesos que se destinan en conjunto para la operación del IFT, la Cofece y la CRE.

En tanto que la plantilla laboral estará conformada por 1,618 plazas en todas sus unidades administrativas (23 incluyendo el pleno y la presidencia), en comparación con las 2,058 actuales de los tres órganos. En el documento de la iniciativa no se especifica qué ocurrirá con los 440 puestos que se perderían con esta fusión.

Uno de los puntos que se mantendrá es que si se llegara a aprobar la creación del Inmecob este contará con plena independencia en la implementación de su estructura orgánica y no estará supeditado a ningún otro órgano del Estado, aunque sí a un régimen de rendición de cuentas ante el Poder Legislativo.

También tendrá completa autonomía e independencia técnica, funcional y financiera y se someterá a la política de austeridad republicana.

La estructura del superregulador estaría conformada por cinco integrantes que serán consejeros y uno será nombrado presidente, y deben contar, entre otros requisitos, con al menos cinco años de experiencia relevante en competencia económica y regulación en los sectores de telecomunicaciones o energía.

El factor que más preocupa es que el presidente Andrés Manuel López Obrador podrá nominar a más funcionarios, aun cuando no cuenten con mucha experiencia en la materia, abriendo la puerta a que el Gobierno federal tenga mayor poder en este órgano a pesar de ser independiente.

Al respecto, Lucía Ojeda Cárdenas, socia de SAI Derecho & Economía, asegura que lo más preocupante es que se eliminen los filtros técnicos que se requerían para que alguien se convirtiera en parte de estos órganos autónomos.

“Quitando esos controles se puede volver una simulación y no tendría mucho caso tener un órgano que no tiene capacidades técnicas ni autónomas para poder tomar decisiones”, precisa la especialista en competencia económica.

Modelos fallidos en los órganos autónomos

El senador Monreal propone seguir los pasos de España con la fusión de diversos entes que en octubre de 2013 dieron vida a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), considerado como uno de los más deficientes en el mundo.

Medios y especialistas españoles aseguran que durante este tiempo el CNMC no ha hecho mucho por mejorar la defensa de los usuarios y tampoco imponer multas acorde a las acciones de los infractores.

La integración de la Comisión Nacional de la Competencia, Comisión Nacional de Energía, Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, Comisión Nacional del Sector Postal, Consejo Estatal de Medios Audiovisuales y Comité de Regulación Ferroviaria y Aeroportuaria no rindió los frutos que se esperaban, e incluso los funcionarios que integran el consejo de la comisión española son cuestionados por la falta de experiencia en la materia.

Mony de Swaan Addati, último comisionado presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), opina que si se quiere impulsar un superregulador en México lo mejor sería retomar los ejemplos de Reino Unido o Francia.

“El modelo español es, por mucho, el más ineficiente de todo Europa, el más criticado. La comisión no ha sido lo que los españoles hubieran querido porque no ha mejorado la competencia y tampoco ha tenido beneficios para el consumidor y ese ese es el ejemplo que está tomando el senador Monreal”.

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