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Hace una semana, Rafael andaba buscando pitayas en el cerro de playa Bruja, en La Paz.
El día estaba claro y había nubes en el cielo. No presagiaba tormenta.
Ayer, todo era diferente.
La ciudad, su ciudad, está destrozada. Todo es un caos. Hay rapiña, saqueos, violencia.
El huracán Odile azotó con toda su fuerza a la Baja California y ahora La Paz y Los Cabos son tierra sin ley.
“Ya robaron todo lo que podían robar de las tiendas, ahora van con las casas, andan encapuchados y armados asaltando, los vecinos entre ellos mi hermano tienen que velar toda la noche para cuidar de sus casas y no ser robados”, escribió la hermana de Rafael en Facebook para pedir ayuda.
A través de la radio local, las autoridades señalaron que detendrían e interrogarían a cualquier persona que encontraran en la calle al anochecer, esto para asegurarse de que tenían motivos legítimos para estar fuera a esa hora.
El gobierno evitó describir la medida como un toque de queda.
Ayer WalMart de México denunció saqueos en cuatro de las ocho tiendas que tiene en el estado, de donde se robaron desde mercancía hasta cajas registradoras.
“Tenemos una situación que nos impediría en el corto plazo reabrir las tiendas aun cuando tuviéramos mercancía porque tenemos robos de básculas, de cajas registradoras, de cables de cobre o de sistemas que hacen muy difícil que uno simplemente entre, arregle la tienda, ponga mercancía y se ponga a vender”, dijo en entrevista para El Economista, Antonio Ocaranza, director de comunicación corporativa de la tienda en México y Centroamérica.
Como la tienda, las calles de las ciudades más afectadas por el paso de Odile están destrozadas. Aún hay postes de luz tirados y muchas de las avenidas se encuentran cerradas. Moverse de un lado a otro de la ciudad es una verdadera odisea.
“Hasta el momento la situación en Los Cabos, B.C.S. es de alerta máxima. No hay comunicación de ningún tipo debido a la perdida de una conexión de fibra óptica. Ni telefonía fija ni celular esta activa. No hay luz y el agua potable no esta llegando a las casas debido a la falta de electricidad en pozos y plantas desalinizadoras”, reportó ayer el portar Cabovisión.
Por eso, la hermana de Rafael hizo un llamado en las redes sociales para que la gente se solidarice, porque por si fuera poco, asegura que la ayuda no ha llegado.
El miércoles, el Gobierno Federal anunció una serie de programas de apoyo para ayudar a la reconstrucción de Baja California, sin embargo, la mayoría de esos planes son en materia fiscal a fin de promover la reconstrucción del estado.
Pero en el día a día, miles de los afectados por el huracán siguen sin luz y sufriendo la escasez de agua potable, combustible y víveres.
> Llevan comida
Un buque militar mexicano llevará víveres a los damnificados del huracán Odile.
El Zapoteco irá de Mazatlán a La Paz para trasladar los comestibles que se reciban en centros de acopio en todo el país, informó la Secretaría de la Marina.
> Sin aeropuerto
El aeropuerto de La Paz ya ha reanudado operaciones, pero el de Los Cabos, destrozado por el huracán, tardará por lo menos 10 días más en reabrir.
> Ya hay detenidos
El Comisionado General de la Policía Federal informó que siete personas han sido detenidas, acusadas de rapiña. Indicó que ayer llegaron 500 elementos federales más a la zona afectada.
> Logran salir
Hasta la tarde de ayer se había logrado evacuar a 14 mil turistas en Los Cabos y La Paz, de acuerdo a información oficial.
> Viene Polo
Hasta ayer, el huracán Polo también avanzaba hacia Baja California y había provocado el cierre del puerto de Manzanillo. Polo se ubicaba a 760 kilómetros al suroeste de Baja California, informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
> Los quieren en casa
El Departamento de Estado de Estados Unidos recomendó a sus ciudadanos afectados por el huracán Odile, trasladarse lo más pronto posible al aeropuerto de San José del Cabo, pues de ahí saldrán vuelos para transportarlos de regreso a la Unión Americana.