Theresa May, primera ministra británica, Theresa May anunció que las empresas que contraten extranjeros pagarán más impuestos.
Para la líder conservadora, el gobierno aumentaría la contratación de trabajadores inmigrantes de fuera de la Unión Europea y los empresarios tendrían que pagar una tasa de 2 mil 000 libras anuales por cada uno, obligando a los empresarios a pagar más por utilizar la sanidad pública.
Este anuncio se da cara a las elecciones anticipadas del 8 de junio respecto a negociación de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.
De acuerdo con el diario El País, May se compromete a reducir la inmigración neta por debajo de los 100 mil (la diferencia entre la gente que viene al país para quedarse más de un año y la que se va).
Un artículo del diario español señala que se trata de una idea complicada de cumplirse sin afectar la economía de ese país pues la tasa de empleo de Reino Unido es inferior al 5 por ciento y “ muchos empresarios han dicho públicamente que su supervivencia depende de la mano de obra extranjera”.
“La inmigración incontrolada tiene un impacto negativo en la gente, sobre todo en aquellos de rentas más bajas, al tirar hacia abajo de los salarios y desplazar directamente puestos de trabajo”, dijo May.
Otra de las medidas que se aplicaría será que los empresarios estarían obligados a pagar más para contratar a inmigrantes extracomunitarios.
“Se duplica una tasa que se paga por cada trabajador inmigrante extracomunitario, en vigor desde el mes pasado, que pasaría de 1.000 a 2.000 libras anuales. El dinero recaudado irá para la formación de trabajadores británicos”, indica el periódico.
Objetivo poco realista
David Cameron, exprimer ministro británico, señala que el objetivo de May es “un poco realista que los propios miembros del Gobierno rechazan en privado”.
La inmigración neta en el país es de 273 mil, casi el triple que propuso en los últimos siete años Cameron.