Terror en Cinépolis, no es la primera vez

A casi dos semanas del crimen del menor Hendrick Cuacuas, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) puso fin a las especulaciones de su muerte al informar, según resultados de dictámenes periciales, que el disparo se hizo al exterior de Plaza Ermita y no al interior de la sala de Cinépolis.

El subprocurador de Averiguaciones Previas Centrales de la PGJDF, Edmundo Porfirio Garrido Osorio explicó públicamente lo que ocurrió la tarde del 2 de noviembre en la sala de Cinépolis, mientras Enrique Cuacuas y sus dos hijos veían una película.

Icela Lagunas Icela Lagunas Publicado el
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Ahora se sabe que el proyectil extraído del cráneo del menor corresponde a una arma de fuego calibre 9 milímetros que fue activada desde el exterior 

A casi dos semanas del crimen del menor Hendrick Cuacuas, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) puso fin a las especulaciones de su muerte al informar, según resultados de dictámenes periciales, que el disparo se hizo al exterior de Plaza Ermita y no al interior de la sala de Cinépolis.

El subprocurador de Averiguaciones Previas Centrales de la PGJDF, Edmundo Porfirio Garrido Osorio explicó públicamente lo que ocurrió la tarde del 2 de noviembre en la sala de Cinépolis, mientras Enrique Cuacuas y sus dos hijos veían una película.

Ahora se sabe que el proyectil extraído de la cavidad craneana del menor corresponde a una arma de fuego calibre 9 milímetros que fue activada desde el exterior y no adentro de la Sala dos donde murió el pequeño.

 “De la inspección ocular realizada en el techo de la sala de cine, los peritos encontraron un orificio que atraviesa la lámina y el plafón”, informó la PGJDF. 

A partir de ahí se desprende que se localizó otro proyectil, el cual fue enviado para su estudio al laboratorio de balística donde se estableció que corresponde también a una pistola calibre 9 milímetros.

 “Por la dirección y análisis de caída, el orificio corresponde al asiento 16 de la fila G, donde peritos encontraros rastros hemáticos”.

Dado que el tema escaló en las redes sociales y el interés de los ciudadanos reclamaba una investigación y resultados de las autoridades, el jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, ordenó esclarecer los hechos y atender a la familia mediante atención sicológica.

Hasta ayer, la Policía de Investigación tenía muy poca pistas en sus investigación. La mas fuerte apuntaba a buscar a un hombre moreno con el pelo pintado de rubio con quien Enrique Cuacuas, padre del menor tuvo un altercado al interior de la sala de cine.

El padre del menor asesinado mientras veían una película al interior de Cinépolis, Enrique Cuacuas recordó ante las autoridades de la Procuraduría capitalina que tuvo un altercado con un joven, de aproximadamente 18 años, que estaba muy cerca de la butaca donde ocurrió la agresión.

La discusión ocurrió al interior de la sala, cuando se percató que su hijo Hendrick de apenas diez años convulsionaba.

En ese momento comenzó a gritar en busca de auxilio por parte de personal del complejo cinematográfico. El padre de familia volteaba hacia todos lados en busca de un posible responsable de la agresión.

“Qué poca, lastimaron a mi hijo”, gritó en ese momento cuando aún no dimensionaba la magnitud de la agresión.

En respuesta, un joven moreno con el pelo rubio reaccionó de manera agresiva y le gritó desde una butaca muy cercana, dos filas atrás, que se cayera, que dejara ver la película “seguro usted le pegó al chamaco”, le dijo.

Hendrick estaba mal herido.  Su padre, un empleado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) donde se desempeña como subdirector de Adquisiciones, recuerda que esa joven estaba en compañía de otros dos hombres, con quienes veía la cinta.

El relato que Iván Arellano, Gerente de Cinépolis es otra de las líneas de investigación que maneja la Policía de Investigación en torno al caso.

Arellano habla de un hombre moreno, robusto, que se acercó al grupo que atendía al pequeño Hendrick, cuando era preparado para sacarlo de la sala del cine. Este hombre del que tampoco se proporcionan mayores características también despareció entre la multitud.

A casi dos semanas de que ocurrieron los hechos en los que Hendrick, de diez años, perdió la vida a causa de un balazo que recibió en la cabeza cuando veía Ralph “El Demoledor” en compañía de su padre y hermana.

El día de los hechos, el niño fue trasladado por personal de Cinépolis al hospital más cercano al cine, el de la Comunidad Económica Europea; luego su padre lo mudó al Dalinde, en la colonia Roma, donde finalmente falleció.

Por eso es que la averiguación previa por homicidio se inició en la Fiscalía Desconcentrada de Cuauhtémoc con el número CUH-7/T3/3642/12-11 y no en Iztapalapa, delegación donde ocurrieron los hechos.

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