Creyentes de la Santa Muerte corrieron de las afueras de su templo, ubicado en Tepito, Ciudad de México, a un predicador estadounidense que les pedía abandonar su culto pues irían al infierno.
Phillip Blair, un pastor fundador de la Iglesia Evangelista La Antorcha de Cristo, quien es ampliamente conocido en redes sociales, llegó hasta el sitio de culto de la Santa Muerte para reprochar a los fieles sus creencias.
El sujeto es conocido por realizar este tipo de actos de provocación y grabarlos en video, material audiovisual que después se comparte en su canal de YouTube.
Sin embargo, aunque los creyentes que se congregaban en ese momento en el Barrio Bravo no lo agredieron físicamente, sí le pidieron que se retirara del sitio.
Blair llegó hasta el conocido templo acompañado de un traductor y portando un micrófono de diadema que le permitía mantener las manos libres.
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Al llegar al sitio, el sujeto comenzó a decirles a los fieles que era un hecho irrefutable que irían al cielo o al infierno al término de los días, pero que seguir cultos como ese los ponían en camino a no lograr la salvación.
“No necesitan a la Santa Muerte. Necesitan a Jesucristo”, gritó a los fieles a través de su micrófono.
Según la biografía de Blair en Twitter, se trata de un ministro de la Iglesia La Antorcha de Cristo (Torch of Christ) quien se formó como marine en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.
Doña Queta, guardiana del templo de la Santa Muerte, solicitó al sujeto se marchara, al igual que a su traductor, de manera tranquila, sin embargo ambos hombres seguían atentando contra las creencias de las personas que esperaban para entrar a la iglesia.
Al ver que el predicador estadounidense y su traductor seguían con la provocación, fieles decidieron ponerle un alto y pedirle que se retirara, al no obtener respuesta uno de ellos le quitó de la cabeza la diadema con micrófono que portaba.
Blair no abandonó el sitio hasta que fue perseguido por fieles rumbo a la calle vecina.
El pastor de la Antorcha de Cristo causó controversia anteriormente cuando acosó a miembros de la comunidad LGBT en Nueva Zelanda y por insultar a discapacitados en Australia.
